El año 2025 no solo marca el inicio del segundo tramo de la Cuarta Transformación, sino también un punto decisivo para la presidenta Claudia Sheinbaum. Aunque es innegable que llegó al poder como heredera del lopezobradorismo, la gran pregunta es si su sexenio será recordado como la continuación de un legado o como el inicio de un liderazgo autónomo.
El fantasma de Andrés Manuel López Obrador sigue rondando Palacio Nacional. Aunque el expresidente no aparece físicamente, su influencia aún se percibe en las decisiones, en el discurso político y, para muchos, en el poder mismo. Sin embargo, como dicta la política, solo cabe uno en la silla presidencial.
¿Continuidad o independencia? El dilema de Sheinbaum
Desde el primer día de su gobierno, Sheinbaum dejó claro que su administración se enmarca en la continuidad del proyecto de la Cuarta Transformación. “Somos del mismo movimiento”, declaró en su segunda conferencia matutina. Sin embargo, la continuidad no implica inmutabilidad.
En temas críticos como la seguridad y la salud, la presidenta ya ha marcado un contraste con el gobierno de AMLO:
- Salud: Sheinbaum ha reorganizado el sistema de compra de medicamentos, buscando erradicar los problemas de desabasto que marcaron al sexenio anterior. Además, eliminó el modelo de la megafarmacia centralizada, reconociendo el fracaso de una estrategia que dejó en crisis al sector.
- Seguridad: El lema “abrazos, no balazos” quedó atrás. Bajo su mandato, las autoridades han intensificado los decomisos de fentanilo (1.5 toneladas solo en Sinaloa, valuadas en 400 millones de dólares) y huachicol (1.2 millones de litros en Veracruz), dejando en claro que la estrategia ha cambiado.
El peso de la herencia: aliados, riesgos y expectativas
Aunque Sheinbaum ha dado señales de autonomía, también enfrenta un entorno complicado. AMLO no solo le heredó una narrativa poderosa, sino también un entorno político y económico lleno de retos:
- Políticamente, la presidenta está rodeada por figuras cercanas al expresidente, lo que podría limitar su capacidad de maniobra.
- Económicamente, recibió un país con incertidumbres fiscales y riesgos económicos que dificultan transmitir confianza a los sectores productivos.
El desafío es claro: transitar entre el respeto al legado de AMLO y la construcción de un gobierno con su propio sello.
2025: el momento de definir un estilo propio
Este año será crucial para Sheinbaum. Por un lado, debe demostrar que tiene la capacidad de liderar sin ser supervisada y, por otro, que puede avanzar sin desaires hacia el lopezobradorismo. Su reto más grande es equilibrar la lealtad al movimiento que la llevó al poder con la firmeza para marcar un rumbo propio.
Si lo logra, Sheinbaum no solo será vista como una albacea del legado de AMLO, sino como una presidenta capaz de escribir un nuevo capítulo en la historia de México.
¡Únete a nuestro canal en WhatsApp! Las noticias más relevantes del día directamente en tu dispositivo móvil.


TE PODRÍA INTERESAR