El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca no tardó en traer tensiones a la relación bilateral entre México y Estados Unidos. En menos de 24 horas, el magnate neoyorquino ya había firmado órdenes ejecutivas que afectan directamente a nuestro país: la declaración de emergencia nacional en la frontera sur, el restablecimiento del programa “Quédate en México” y un plazo de 10 días para evitar aranceles del 25% a productos mexicanos.
Ante este escenario, Claudia Sheinbaum, presidenta de México, y su equipo han comenzado a desplegar estrategias clave para proteger la economía nacional, garantizar la seguridad energética y responder a los retos diplomáticos.
Diplomacia y alianzas: la clave en el tablero político
La reunión reciente entre Sheinbaum y Bernardo Gómez Martínez, co-presidente de Televisa, destaca como un movimiento estratégico en la construcción de puentes con el gobierno de Trump. Con una relación documentada desde 2018, Gómez podría fungir como un canal de comunicación crucial para suavizar tensiones en áreas clave como migración y comercio.
Aunque se ha especulado sobre su posible designación como embajador de México en Washington, su discreción y enfoque en el negocio mediático lo mantienen en el ámbito empresarial, pero con mensajes de alto nivel que podrían ser determinantes en las negociaciones.
Plazos críticos para México: comercio y migración en la balanza
Los nuevos plazos establecidos por Trump obligan a México a negociar rápidamente para evitar mayores complicaciones:
- Aranceles del 25%: Con 10 días para encontrar un acuerdo, el impacto en la economía mexicana podría ser devastador si no se logran consensos.
- Designación de cárteles como terroristas: Una medida con implicaciones políticas y militares que podría abrir la puerta a injerencias extranjeras.
- Deportaciones masivas: La posible expulsión de un millón de migrantes mexicanos sería un golpe directo a las remesas y al tejido social de nuestro país.
La economía mexicana: resistiendo la presión de Trump
Marcelo Ebrard, secretario de Economía, junto con asesores clave como Herminio Blanco e Ildefonso Guajardo, lideran las negociaciones comerciales. Su experiencia en la implementación del T-MEC es un pilar para enfrentar las nuevas amenazas arancelarias.
Por otro lado, la crisis energética también se suma a los retos. La alta dependencia de México del gas natural estadounidense (70% del suministro) pone en riesgo la estabilidad energética del país. Cuitláhuac García, director del CENAGAS, enfrenta la urgencia de garantizar precios y almacenamiento ante posibles interrupciones.
Una estrategia integral en marcha
El equipo de Sheinbaum ha mostrado determinación al abordar estos desafíos:
- Diplomacia activa: Colaboraciones con empresarios como Bernardo Gómez fortalecen las relaciones bilaterales.
- Protección económica: Incentivos para mantener inversiones en México y proteger la industria nacional.
- Seguridad energética: Estrategias para diversificar fuentes de energía y garantizar el suministro en caso de crisis.
¿Qué sigue para México?
Con plazos que vencen en los primeros días de febrero, la respuesta de México definirá el tono de su relación con Trump en los próximos cuatro años. Aunque los desafíos son enormes, el gobierno de Sheinbaum parece estar apostando por una estrategia que combina diplomacia, pragmatismo y resiliencia.
La próxima semana será crucial para determinar si México puede sortear las tormentas políticas y económicas que Trump ha desatado o si estos desafíos marcarán un nuevo capítulo en la relación bilateral.
Un futuro lleno de retos, pero también de oportunidades para demostrar que México tiene la capacidad de salir adelante.
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