En un contexto global cada vez más complejo, las relaciones comerciales entre México, Estados Unidos y Canadá continúan siendo un tema crucial para la economía del continente. En este escenario, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha afirmado categóricamente que no habrá una «guerra de aranceles» entre los tres países. La declaración se produjo después de que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara su intención de imponer impuestos del 25% sobre las importaciones provenientes de México y Canadá.
Esta postura de la mandataria mexicana tiene un fuerte enfoque en la cooperación regional, buscando mantener la estabilidad económica y social de América del Norte a pesar de los desafíos políticos.
La tensión sobre los aranceles y el T-MEC
El anuncio de Trump, hecho a través de su red social Truth Social, causó alarma tanto en México como en Canadá. El presidente electo de Estados Unidos argumentó que esta medida se implementaría como respuesta a la crisis del tráfico de drogas, especialmente el fentanilo, que atraviesa la frontera mexicana hacia EE. UU. En su publicación, Trump señaló que esta acción quedaría en pie hasta que México tomara medidas más severas para frenar el tráfico de este opioide mortal.
La revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que está programada para 2026, se presentó como una posible área de fricción. Sin embargo, Sheinbaum dejó claro que no había lugar para una guerra comercial, destacando que la relación bilateral seguiría siendo constructiva, enfocándose en soluciones que beneficien a los tres países.
La respuesta de Marcelo Ebrard: un golpe a la economía estadounidense
El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, se unió a la defensa de las relaciones comerciales y destacó los efectos negativos que la imposición de aranceles tendría no solo en México, sino también en la economía de Estados Unidos. En la conferencia matutina, Ebrard calificó la propuesta de Trump como «un tiro en el pie» para su país, señalando que afectaría directamente a las empresas estadounidenses que operan en México, como General Motors, Ford y Stellantis.
El gobierno mexicano ha advertido que la imposición de aranceles resultaría en la pérdida de cientos de miles de empleos en Estados Unidos, particularmente en la industria automotriz, además de frenar el crecimiento económico de su vecino norteamericano. Esta advertencia se ha sumado a las diversas consultas que empresas de ambos países han hecho con la Secretaría de Economía de México, buscando evitar confrontaciones y garantizar un futuro comercial próspero y seguro.
El enfoque de Claudia Sheinbaum: la cooperación sobre el conflicto
Claudia Sheinbaum subrayó que la prioridad de su administración es convertir a América del Norte en un bloque comercial más seguro, productivo y competitivo. La cooperación entre México, Estados Unidos y Canadá debe centrarse en resolver problemas de seguridad y económicos de manera conjunta, según la presidenta. La relación comercial trilateral, que ha sido históricamente fundamental para los tres países, no debe verse empañada por medidas unilaterales que puedan afectar negativamente a la población.
Sheinbaum también reiteró que su gobierno ha estado trabajando activamente para atender las causas del tráfico de drogas, con el objetivo de reducir la violencia y proteger a las comunidades. Sin embargo, remarcó que las soluciones deben ser multilateralmente negociadas, con el respeto mutuo entre los países vecinos como base.
¿Qué implica una posible guerra de aranceles para México y EE. UU.?
El impacto de una «guerra de aranceles» entre los países del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), ahora reemplazado por el T-MEC, sería devastador. En el caso de México, muchos sectores, especialmente el automotriz, la agricultura y el comercio electrónico, dependen de una relación fluida con su vecino del norte. Los aranceles afectarían directamente la competitividad de las empresas mexicanas y dificultarían las exportaciones hacia Estados Unidos, un mercado clave.
Para Estados Unidos, los aranceles resultarían contraproducentes. Las empresas estadounidenses que tienen fábricas en México verían encarecer sus productos, afectando sus márgenes de ganancia. Esto podría resultar en un aumento de los precios para los consumidores estadounidenses y en una pérdida significativa de empleos, especialmente en la industria automotriz. La administración de Trump tendría que reconsiderar estos impactos, ya que la implementación de altos aranceles podría generar más problemas económicos internos que beneficios a corto plazo.
El futuro de la relación México-EE. UU. bajo Sheinbaum
A pesar de los desafíos, la presidenta Sheinbaum está decidida a continuar fortaleciendo los lazos comerciales y diplomáticos con Estados Unidos y Canadá. En sus declaraciones, Sheinbaum destacó que México se mantendrá firme en su propósito de garantizar una política exterior que favorezca a sus ciudadanos y a su economía. La cooperación en temas de seguridad, inmigración y comercio será clave para asegurar que las relaciones trilaterales sigan siendo fructíferas.
El objetivo de Sheinbaum es transformar a América del Norte en una región próspera y segura, que no solo sea competitiva a nivel global, sino también más inclusiva y colaborativa. Este enfoque refleja el compromiso de su gobierno por lograr un crecimiento económico sostenible sin ceder ante medidas proteccionistas que solo generarían más divisiones.
Conclusión: Un camino hacia la cooperación y el crecimiento regional
Las palabras de Claudia Sheinbaum resuenan como una promesa de estabilidad para América del Norte. A pesar de las amenazas de aranceles por parte de Donald Trump, la presidenta mexicana ha dejado claro que su gobierno no caerá en la trampa de la confrontación comercial. La cooperación, el respeto mutuo y la búsqueda de soluciones conjuntas serán la clave para asegurar un futuro próspero para México, Estados Unidos y Canadá.
¡Únete a nuestro canal en WhatsApp! Las noticias más relevantes del día directamente en tu dispositivo móvil.


TE PODRÍA INTERESAR