A tan solo 43 días de haber dejado la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sigue recibiendo protección por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Este esquema de seguridad se mantiene en su finca «La Chingada«, ubicada en Palenque, Chiapas, lugar que adquirió de sus padres y que ahora es su residencia tras su salida de Palacio Nacional.
Este resguardo de AMLO se da en un contexto de transición política en México. El 1 de octubre de 2024, Claudia Sheinbaum asumió la presidencia, lo que provocó que la atención se centrara en cómo se daría el cambio de poder. Sin embargo, la protección del expresidente es una de las claves que destaca en este cambio de administración, ya que representa un punto de inflexión en las políticas de seguridad que AMLO impulsó en su mandato.
La seguridad de AMLO: Un esquema militar en su finca
De acuerdo con una solicitud de información de EL UNIVERSAL, la Sedena ha confirmado que AMLO sigue siendo resguardado por un grupo de militares que velan por su seguridad en su finca particular. A pesar de haber renunciado a los excesivos privilegios de seguridad durante su mandato, el expresidente sigue contando con una vigilancia constante, algo que destaca en la política de austeridad que él mismo promovió.
La finca de AMLO en Palenque es un espacio que cuenta con cámaras de seguridad, cercado con alambre y resguardado por personal militar. Esta protección se encuentra en un contexto particular, ya que la finca está ubicada cerca de un hotel con alberca y una zona de alta vigilancia. Incluso se ha destacado la presencia de un viejo puente de madera que cruza un estanque compartido entre la finca y el hotel vecino, zona que está constantemente vigilada.
La polémica de la seguridad para expresidentes: AMLO y Sheinbaum
Desde que asumió el cargo en 2018, AMLO decidió retirar los privilegios de seguridad a los expresidentes, incluidos Vicente Fox y Felipe Calderón. Sin embargo, en 2019, tras las solicitudes de ambos expresidentes para mantener su protección, AMLO cedió y asignó ocho elementos de seguridad a cada uno. Esto abrió una discusión sobre la necesidad de protección para los exmandatarios y la utilización de recursos públicos en estos esquemas de seguridad.
Durante su gobierno, AMLO implementó un plan de austeridad que redujo los gastos excesivos de seguridad para figuras públicas. Sin embargo, la necesidad de protección de expresidentes generó controversia. A pesar de sus críticas sobre el gasto excesivo de recursos públicos en el pasado, AMLO reconoció que la seguridad para los exmandatarios era una necesidad en ciertos casos.
En contraste, Claudia Sheinbaum ha decidido no reforzar su esquema de seguridad en su mandato. Antes de asumir la presidencia, Sheinbaum descartó la idea de aumentar su seguridad, asegurando que esto iría en contra de los principios de la Cuarta Transformación, basados en la cercanía con la gente. Ella opta por viajar con un equipo reducido de ayudantía y sin escoltas visibles, mostrando un estilo de liderazgo más accesible y menos institucionalizado.
El futuro de la seguridad presidencial: ¿Cómo afectará a la sociedad?
La seguridad de AMLO en su finca en Palenque genera inquietudes sobre el manejo de los recursos públicos en términos de protección para figuras políticas. Aunque AMLO impulsó políticas de austeridad durante su mandato, sigue gozando de un esquema de seguridad privilegiado. La pregunta sobre si este modelo de protección debe mantenerse o si debe ser revisado por el nuevo gobierno de Sheinbaum, sigue siendo un tema de debate.
El contraste entre los enfoques de seguridad de AMLO y Sheinbaum también resalta la diferencia entre las prioridades de ambos en cuanto a la austeridad y la cercanía con el pueblo. Mientras que AMLO prefirió mantener un esquema de seguridad más tradicional para sí mismo y otros expresidentes, Sheinbaum busca acercarse al pueblo y mantenerse accesible sin los excesos de seguridad.
La transición de AMLO y la seguridad post-presidencial
La seguridad de AMLO tras dejar la presidencia de México ha marcado una pauta importante en la política de protección a expresidentes. Aunque el sistema de seguridad que AMLO implementó durante su mandato fue significativamente más austero que el de administraciones anteriores, su caso en Palenque demuestra que las necesidades de protección de figuras políticas siguen siendo un tema complejo. Mientras Sheinbaum opta por una seguridad más discreta, el esquema de AMLO sigue siendo objeto de debate. Lo que está claro es que, en una nación como México, la seguridad de las figuras públicas continúa siendo una prioridad, aunque su implementación varíe de un gobierno a otro.
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