La alcaldesa de Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega, se ha posicionado públicamente como feminista y aliada de la comunidad LGBT+, defendiendo causas progresistas que marcan su estilo político. Sin embargo, una reciente reunión con la organización Nueva Derecha, considerada de extrema derecha religiosa, ha despertado cuestionamientos sobre la congruencia entre su discurso y sus alianzas. El encuentro, difundido en redes sociales por la propia funcionaria, mostró a la edil rezando junto a dirigentes de este movimiento, lo que abrió un debate público sobre la coherencia de su gestión y su compromiso con las agendas que dice representar.

Quién es Nueva Derecha y qué representa

La organización Nueva Derecha, encabezada por Raúl Tortolero, se autodefine como un movimiento en “combate” contra lo que considera el progresismo. Entre sus principales posturas está la oposición al feminismo, a la diversidad sexual y a lo que llaman “ideología de género”. El grupo también rechaza de manera abierta las luchas indigenistas, ecologistas y de derechos de las minorías, a las que acusa de buscar destruir lo que denominan la “familia natural”.

Un día antes de la reunión con Rojo de la Vega, esta organización había emitido un pronunciamiento contra la Segunda Semana LGBTTTIQ+ en la UNAM, calificándola como “propaganda homosexual”. En ese comunicado, Nueva Derecha sostuvo que dichas actividades “tergiversan la verdad biológica” y ponen en riesgo “la moral que ha sostenido a Occidente por siglos”.

El mensaje de Alessandra Rojo de la Vega

En redes sociales, la alcaldesa publicó un video donde aparece acompañada de líderes religiosos en su oficina. En su mensaje aseguró: “Hoy recibimos con mucho gusto a líderes religiosos y evangélicos en la oficina. Su acompañamiento y compromiso con la comunidad fortalecen el trabajo que hacemos todos los días para construir una Cuauhtémoc más justa, con valores, esperanza y unidad”.

El clip mostraba a la funcionaria rezando dentro de las instalaciones de gobierno, lo que de inmediato provocó críticas por el contraste entre su discurso feminista y pro-LGBT+ y el posicionamiento de sus invitados, abiertamente contrarios a estas agendas. Para algunos sectores, el acto refleja una contradicción política difícil de explicar en un contexto donde la coherencia con los valores defendidos públicamente es clave para mantener la credibilidad.

La visión de Raúl Tortolero

Tras el encuentro, Raúl Tortolero declaró que su objetivo es que Rojo de la Vega “deje atrás el progresismo” y apoye las banderas de la fe, la vida y la familia. Sus palabras fueron acompañadas de un mensaje religioso: “Dios todo lo puede. ¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!”.

Tortolero no es un personaje menor en la escena conservadora. Fue secretario de Comunicación del PAN, fundador del Ejército Cristero Internacional y participante en foros de la derecha global como la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) en 2022, donde compartió espacio con el expresidente brasileño Jair Bolsonaro. Su presencia en la política mexicana lo posiciona como un referente del activismo provida y profamilia, con una retórica que busca frenar el avance de los movimientos feministas y LGBT+.

Antecedentes de la relación

La reunión en la alcaldía no es el único vínculo entre Alessandra Rojo de la Vega y Nueva Derecha. En mayo, Tortolero publicó en YouTube un video donde aparece con la funcionaria frente a la Parroquia Sagrada Familia, lo que sugiere una relación previa y no un acercamiento aislado.

Este antecedente refuerza las dudas sobre el tipo de alianzas políticas y religiosas que podría estar construyendo la alcaldesa de Cuauhtémoc, pese a su narrativa pública como promotora de derechos progresistas.

Las contradicciones en la política local

El caso abre un debate más amplio sobre la consistencia de los liderazgos políticos. En un país donde la defensa de los derechos de las mujeres y de la comunidad LGBT+ ha sido producto de luchas históricas, el acercamiento con organizaciones que promueven mensajes contrarios genera preocupación.

La situación también refleja cómo en la política local se entrelazan discursos que buscan atraer a distintos sectores de la sociedad, aunque en ocasiones sean incompatibles entre sí. Para Rojo de la Vega, el desafío será explicar cómo puede conciliar su autodefinición como feminista y aliada LGBT+ con reuniones que avalan a quienes luchan contra esas mismas causas.

Un episodio que deja preguntas abiertas

El episodio de la alcaldesa de Cuauhtémoc con Nueva Derecha no solo marca una polémica momentánea, sino que abre interrogantes sobre el rumbo de su gestión. ¿Se trata de un intento de tender puentes con distintos grupos sociales o de un cambio de postura hacia alianzas conservadoras? ¿Cómo reaccionará la comunidad feminista y LGBT+, que ha encontrado en ella a una voz aliada, ante estos acercamientos?

Lo cierto es que la política mexicana sigue mostrando los claroscuros de figuras públicas que, en su búsqueda de legitimidad, se ven atrapadas entre discursos progresistas y alianzas conservadoras. En este caso, la controversia alrededor de Alessandra Rojo de la Vega refleja las tensiones de un escenario donde la coherencia política se convierte en un valor cada vez más difícil de sostener.