La elección interna que declaró a Jorge Romero Herrera como el nuevo líder del Partido Acción Nacional (PAN) ha despertado una fuerte reacción de su principal rival, Adriana Dávila. En un mensaje publicado en sus redes sociales, Dávila manifestó su desacuerdo con el proceso electoral, poniendo en duda la transparencia y legitimidad de la elección que definió al próximo dirigente nacional del PAN.
Descontento y acusaciones de antidemocracia
Adriana Dávila, exsenadora y exdiputada federal, ha sido una voz crítica dentro del PAN en los últimos años. En sus declaraciones, Dávila denunció lo que llamó “prácticas antidemocráticas” durante el proceso de votación. Señaló que el partido está envuelto en prácticas de manipulación y favoritismo que, en su opinión, afectan la democracia interna y dividen a la militancia.
“La elección fue inequitativa y violó la legitimidad que debe caracterizar al PAN,” afirmó Dávila, aludiendo a lo que describió como una tendencia preocupante de centralizar el poder en el partido y beneficiar a ciertos grupos. Sus críticas fueron contundentes, acusando a figuras de alto rango de seguir un modelo que calificó como “simulador, tramposo y corrupto,” lo que, según ella, aleja al PAN de sus valores originales.
Resultados controversiales en las elecciones internas del PAN
En el conteo de votos, Jorge Romero recibió el 79.9% de los votos frente al 20.1% de Dávila, en una jornada que registró la participación del 45% de la militancia del partido. A pesar de estos resultados, Dávila interpretó el alto índice de abstencionismo como una señal de descontento interno y desconfianza hacia el proceso.
Según Dávila, este abstencionismo —en el que más de la mitad del padrón se abstuvo de votar— “evidencia el descontento de la militancia”, una señal que, en su opinión, debería tomarse en cuenta para evaluar el futuro del partido. “Las almas no se mueven con dinero, sino con conductas dignas de ser imitables,” sentenció Dávila en su mensaje.
Dávila pide autocrítica en el PAN y rechaza la división
La exsenadora asegura que su crítica no tiene el objetivo de dividir al PAN, sino de señalar las deficiencias en el proceso y fomentar una autocrítica que permita al partido reconectar con sus valores. “No deseo la división ni la muerte de Acción Nacional, pero la sumisión ante la mentira es cobardía,” expresó.
Dávila también cuestionó el liderazgo dentro del partido, acusando a algunos dirigentes de traicionar el legado democrático y liberal de Manuel Gómez Morin, uno de los fundadores históricos del PAN:
“El PAN necesita recordar que nació como una fuerza ciudadana que lucha por la justicia en libertad,” indicó, refiriéndose a los principios que inspiraron la fundación del partido.
Jorge Romero: Un llamado a la unidad panista
Por su parte, Jorge Romero celebró su triunfo en un evento en la Ciudad de México, donde expresó su agradecimiento a los militantes y llamó a la unidad en Acción Nacional. “Gracias al panismo nacional, ganamos la dirigencia,” expresó Romero frente a cientos de simpatizantes que se congregaron para escuchar su primer mensaje como dirigente virtual.
Romero destacó que esta elección demuestra la democracia interna en el PAN y reafirmó su compromiso de fortalecer al partido como la principal fuerza opositora frente a Morena en las próximas elecciones. Su mensaje se centró en mantener la unidad dentro del PAN y en posicionarse como un contrapeso sólido para las elecciones federales de 2027.
“Acción Nacional es el único partido que renueva su dirigencia por elección de sus militantes,” señaló Romero, en un aparente contraste con Morena y el PRI, que han sido cuestionados por sus métodos de selección de dirigentes.
Un partido en busca de reconciliación y dirección
Las posturas de Dávila y Romero reflejan un reto fundamental para el PAN en los próximos años: reconciliar las visiones divergentes dentro de sus filas y recuperar su esencia como partido de oposición. Dávila concluyó que en los próximos días revisará los resultados oficiales y decidirá el contenido de su próxima convocatoria, en la cual compartirá con la militancia el camino a seguir.
Por ahora, el PAN sigue adelante con Jorge Romero a la cabeza, quien tendrá la tarea de sanar las divisiones internas, atraer a nuevos militantes y devolverle al partido la relevancia política que tuvo en el pasado.
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