El expresidente surcoreano Yoon Suk Yeol es arrestado de nuevo por insurrección, sumándose a la larga lista de líderes caídos en desgracia. Conoce los detalles
En un nuevo y dramático capítulo de la política surcoreana, un tribunal ha ordenado el arresto del expresidente Yoon Suk Yeol por segunda vez. Acusado de insurrección, su detención reafirma la oscura «maldición» que parece perseguir a los líderes del país.
La justicia de Corea del Sur ha vuelto a sacudir los cimientos políticos del país. Un tribunal de Seúl emitió este jueves una nueva orden de arresto contra el expresidente Yoon Suk Yeol, enviándolo de regreso a un centro de detención apenas cuatro meses después de haber sido liberado. La decisión, que responde a la solicitud de un fiscal especial, se basa en el riesgo de que Yoon pueda destruir pruebas en la investigación que se sigue en su contra por uno de los cargos más graves posibles: insurrección.
El expresidente fue trasladado al Centro de Detención de Seúl, donde permanecerá en régimen de aislamiento mientras la fiscalía prepara la acusación formal. El caso se centra en su intento de declarar la ley marcial en diciembre de 2024, un movimiento que, según los fiscales, fue un intento de golpe de Estado para tomar ilegalmente el control del poder legislativo y aferrarse al poder.
Insurrección y Abuso de Poder: Cargos que Podrían Costarle la Vida
El equipo del fiscal especial, Cho Eun-suk, no solo acusa a Yoon de rebelión, sino también de obstrucción a la justicia, abuso de poder y falsificación de documentos oficiales. Son cargos de una gravedad extrema en la legislación surcoreana, que podrían acarrear una sentencia de cadena perpetua o incluso la pena de muerte.
La detención ha provocado una profunda división en el país. El opositor Partido Democrático, ahora en el poder, ha celebrado la decisión como un triunfo de la «justicia» y un paso crucial para «restaurar el orden constitucional». Por el contrario, el partido Poder del Pueblo, antigua formación de Yoon, ha calificado el arresto de «lamentable» e «ilegal», denunciándolo como una persecución política que daña la dignidad de la nación.
La «Maldición de la Casa Azul» Ataca de Nuevo
El arresto de Yoon Suk Yeol, sin embargo, no puede entenderse como un hecho aislado. Es el último y dramático episodio de lo que se conoce popularmente como la «maldición de la Casa Azul», un oscuro patrón que parece afectar a casi todos los que ocupan la presidencia de Corea del Sur. Desde la democratización del país, la mayoría de sus líderes han terminado asesinados, suicidándose o en la cárcel.
«La historia de los presidentes surcoreanos es una trágica letanía de escándalos, corrupción y desgracias personales, un ciclo que parece repetirse sin fin y que pone a prueba la resiliencia de su democracia.» – Análisis de la política surcoreana.
La lista es larga y sombría:
- * Park Chung-hee: El dictador que modernizó el país, fue asesinado a tiros en 1979 por su propio jefe de inteligencia.
- * Chun Doo-hwan y Roh Tae-woo: Ambos generales golpistas, fueron condenados a prisión por corrupción y traición tras dejar el poder.
- * Roh Moo-hyun: Acosado por un escándalo de corrupción que involucraba a su familia, se suicidó en 2009 saltando por un acantilado.
- * Lee Myung-bak y Park Geun-hye: Ambos predecesores inmediatos de Yoon (con la excepción de Moon Jae-in), fueron condenados y encarcelados por masivos escándalos de corrupción y abuso de poder.
El caso de Yoon, acusado de intentar subvertir la propia democracia, añade un nuevo y oscuro matiz a esta «maldición». Su detención, más allá del drama político, es una poderosa demostración de la fortaleza de las instituciones surcoreanas, capaces de llevar ante la justicia incluso a la figura más poderosa del Estado, reafirmando que nadie, ni siquiera un presidente, está por encima de la ley.


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