El retorno de Trump: Un triunfo histórico y polémico en EE.UU.
La reciente victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos marca un momento histórico. Este triunfo, en el que Trump se convirtió en el primer convicto en ganar la presidencia, ha dejado al mundo atónito. Desde la economía hasta la política exterior y la división interna del Partido Demócrata, varios factores se combinaron para llevar a Trump de regreso a la Casa Blanca.
¿Qué llevó a millones de votantes a darle una segunda oportunidad? A continuación, analizamos los elementos que, según expertos y analistas, explican su regreso al poder.
Economía e inflación: el factor decisivo para los votantes
La economía estadounidense ha sido un tema central en las elecciones. Tras la pandemia de COVID-19, el país enfrentó una alta inflación debido a medidas agresivas de estímulo económico. Este aumento en los precios se mantuvo por más tiempo de lo esperado, afectando el bolsillo de los ciudadanos y generando un malestar palpable. Trump, conocido por su enfoque en “América primero”, capitalizó este descontento al prometer medidas económicas que devolverían la estabilidad.
¿Por qué fue tan decisivo este factor?
Los votantes, cansados de ver sus salarios erosionados por la inflación, encontraron en Trump a alguien que prometía tomar medidas concretas. La administración Biden no logró transmitir una estrategia clara para controlar la inflación, y esto generó una percepción de incompetencia que los votantes no perdonaron. En este contexto, Trump representó una opción de “recuperación económica” que muchos consideraron necesaria.
Retiro de Afganistán y el debilitamiento de Biden
El caótico retiro de las tropas estadounidenses de Afganistán durante el mandato de Biden fue un punto de quiebre. La imagen de un presidente incapaz de manejar una retirada ordenada y responsable dejó una marca indeleble. Este evento no solo impactó la percepción de Biden, sino que también debilitó al Partido Demócrata en su conjunto, que perdió credibilidad en temas de política exterior.
Kamala Harris y su rol en la debacle demócrata
Kamala Harris, quien asumió como candidata demócrata tras la salida de Biden, tuvo la oportunidad de distanciarse de las decisiones de su predecesor. Sin embargo, su falta de deslinde y su conexión con la administración Biden le jugaron en contra. La decisión de Harris de evitar entrevistas con medios simpatizantes de Trump y su silencio en temas clave como la inflación aumentaron la percepción de distancia entre ella y el ciudadano común.
El efecto de la ideología woke y el desencanto en el Partido Demócrata
Durante años, Harris y otros líderes del Partido Demócrata se alinearon con una visión política que promovía políticas “woke”, es decir, una conciencia extrema en torno a temas como el género, la raza y la justicia social. Este enfoque, aunque bien intencionado, empezó a generar fricciones, especialmente entre votantes que veían en él un discurso restrictivo y polarizante.
El impacto de la cultura woke en la base demócrata
La ideología woke promovida por algunos sectores del partido demócrata generó una desconexión entre la élite y la base trabajadora. Muchos ciudadanos, especialmente aquellos con ideologías moderadas, se sintieron alienados por la insistencia en discursos correctos y la “cancelación” de figuras públicas. Esto favoreció a Trump, quien aprovechó el resentimiento en torno a esta ideología para posicionarse como un candidato antisistema que se opone al “Estado profundo”.
Machismo y sesgos de género: el desafío de una candidata mujer
Es imposible ignorar el rol que el machismo, consciente o inconsciente, pudo haber jugado en estas elecciones. La candidatura de Kamala Harris enfrentó una resistencia significativa, no solo por su asociación con la administración de Biden, sino también por los prejuicios en torno a su género. Históricamente, las mujeres en política enfrentan desafíos adicionales, y Harris no fue la excepción.
¿Qué peso tuvo el machismo en la derrota de Harris?
Aunque el machismo no fue el único factor, sí jugó un papel. Varios votantes expresaron reticencias ante la idea de ser liderados por una mujer. Esta mentalidad, aunque minoritaria, puede tener un impacto decisivo en elecciones cerradas. Para algunos sectores conservadores, Harris representaba una amenaza a las normas tradicionales, lo que fortaleció el apoyo hacia Trump como símbolo de liderazgo masculino.
El regreso de Trump y el impacto en el orden global
El regreso de Trump representa un cambio de dirección en la política estadounidense, con posibles repercusiones a nivel mundial. Sus políticas de “América primero” y su tendencia a minimizar los acuerdos internacionales podrían afectar las relaciones con otras naciones, especialmente aquellas en conflicto o en necesidad de apoyo.
México y Latinoamérica ante un segundo mandato de Trump
En Latinoamérica, especialmente en México, el regreso de Trump podría complicar la dinámica migratoria y comercial. Se espera que retome políticas migratorias restrictivas y renegocie algunos puntos del T-MEC, lo que podría traer tensiones en la región. Al mismo tiempo, su enfoque en contrarrestar la influencia de China en América Latina podría fortalecer alianzas estratégicas, pero también generar roces en temas comerciales y de inversión.
Europa y las relaciones con la OTAN
En Europa, los líderes de la OTAN también se encuentran en alerta. La relación de Trump con esta organización ha sido tensa, y su visión de reducir la participación estadounidense en conflictos europeos podría llevar a una reconfiguración de las fuerzas de defensa en la región. En el contexto actual de conflictos en Europa del Este, la postura de Trump será crucial para la estabilidad de la región.
Un punto de inflexión para Occidente
El triunfo de Donald Trump en estas elecciones marca un punto de inflexión para la democracia occidental. Más allá de las razones que explican su regreso, como la economía, la política exterior o la cultura woke, su retorno deja claro que una parte significativa de la sociedad estadounidense busca un cambio profundo en su liderazgo y en sus políticas.
El impacto de este triunfo no se limitará a Estados Unidos, sino que resonará en el resto del mundo. Países como México, Europa y otros aliados históricos de EE.UU. tendrán que adaptarse a un nuevo enfoque, más nacionalista y menos inclinado a la cooperación multilateral.
La historia apenas comienza, y el mundo observa con atención los próximos pasos de esta administración que promete sacudir el tablero geopolítico.
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