La Comisión Europea planea un «hub» de seguridad marítima en el Mar Negro para monitorear a Rusia y proteger infraestructura submarina. Conoce los detalles y el rol de Turquía.
La Comisión Europea desveló este miércoles 28 de mayo de 2025 planes para la creación de un «centro de seguridad marítima» en el Mar Negro. Esta iniciativa busca intensificar la vigilancia sobre los movimientos navales rusos, reforzar la seguridad regional y proteger infraestructuras submarinas vitales, como cables de comunicación y energía, en una zona de creciente tensión geopolítica.
Bruselas da un paso al frente para asegurar sus intereses en el Mar Negro. En una medida que refleja la creciente preocupación por la actividad rusa y la seguridad de infraestructuras críticas, la Comisión Europea anunció hoy, 28 de mayo de 2025, su propuesta para establecer un «centro de seguridad marítima» (maritime security hub) en esta estratégica cuenca marítima. La iniciativa, que probablemente se ubicará en Rumania o Bulgaria, está diseñada para proporcionar una monitorización exhaustiva «desde el espacio hasta el lecho marino» y actuar como un sistema de alerta temprana ante diversas amenazas.
Este movimiento responde a las inquietudes expresadas por varias naciones ribereñas del Mar Negro, incluyendo a los estados miembros de la UE Rumania y Bulgaria, así como a Georgia, Moldavia, Turquía y, crucialmente, Ucrania, todos ellos afectados por la inestabilidad y la postura asertiva de Rusia en la región.
Objetivos Clave del Nuevo Centro de Seguridad
El propuesto centro de seguridad marítima tendrá múltiples funciones, orientadas a consolidar la presencia e influencia de la UE en un dominio estratégico cada vez más disputado:
* Monitoreo de la actividad naval rusa: Una vigilancia continua de los movimientos y capacidades de la flota rusa en el Mar Negro.
* Fortalecimiento de la seguridad regional: Contribuir a un entorno más seguro para todos los actores legítimos en la región.
* Protección de infraestructura submarina vital: Salvaguardar cables de comunicación, gasoductos y otros activos submarinos esenciales contra daños accidentales o deliberados. El centro funcionaría como un sistema de alerta temprana para este tipo de amenazas.
* Desarrollo de capacidades marítimas: Ayudar a los países de la región a mejorar sus propias capacidades de vigilancia y seguridad marítima.
* Apoyo a procesos de paz: Facilitar la negociación y el monitoreo de posibles acuerdos de alto el fuego, particularmente en el contexto del conflicto en Ucrania.
La Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Kaja Kallas, destacó que un primer paso fundamental es alcanzar un alto el fuego en Ucrania, y añadió que el centro podría desempeñar un papel importante en el intercambio de información con la OTAN y otros socios regionales.
La Amenaza Híbrida Submarina
El énfasis particular en la protección de la «infraestructura submarina vital», como los cables de datos y energía , pone de manifiesto una creciente conciencia en Bruselas sobre las vulnerabilidades asociadas a la guerra híbrida. Los cables submarinos son las arterias de la economía digital global, transportando la inmensa mayoría de las comunicaciones y transacciones financieras internacionales. Su disrupción, ya sea por sabotaje o accidente, podría tener consecuencias catastróficas.
Incidentes previos, como los ocurridos con los gasoductos Nord Stream, han servido como un crudo recordatorio de la fragilidad de estas infraestructuras. La capacidad de Rusia para operar en el dominio submarino es bien conocida, y estas infraestructuras podrían ser vistas como objetivos potenciales en un escenario de confrontación o para ejercer coerción. Por lo tanto, la creación de este hub no solo se enfoca en la actividad naval visible, sino también en la salvaguarda de activos críticos, aunque invisibles, que sustentan la seguridad y prosperidad europeas. Esta es una clara adaptación de la UE a las nuevas dimensiones del conflicto y la seguridad.
El Papel Crucial y Complejo de Turquía
Funcionarios de la UE han admitido que el éxito de esta ambiciosa iniciativa podría depender significativamente de la cooperación de Turquía. Ankara controla el Estrecho del Bósforo, la única vía de acceso al Mar Negro para las armadas de países no ribereños, de acuerdo con la Convención de Montreux.
La UE considera que Turquía podría desempeñar un «papel constructivo» en la lucha contra la denominada «flota fantasma» rusa (buques que operan eludiendo sanciones o regulaciones) y en la mejora general de la seguridad marítima y energética, siempre dentro del marco del derecho internacional.
Esta dependencia de Ankara subraya la compleja y a menudo tensa relación entre la UE y Turquía. A pesar de las diferencias en otros ámbitos, Bruselas reconoce el papel insustituible de Turquía en la arquitectura de seguridad del Mar Negro. Esto podría llevar a la UE a adoptar un enfoque de realpolitik pragmática en sus negociaciones con Ankara, donde la cooperación en el Mar Negro podría convertirse en una importante moneda de cambio e influir en otras áreas de la relación bilateral.
La propuesta de este centro de seguridad marítima representa una afirmación tangible de la voluntad de la UE de proyectar su influencia y proteger sus intereses en su vecindad oriental, adaptándose a un entorno de seguridad cada vez más desafiante.
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