La reciente cumbre en la Casa Blanca marcó un punto de inflexión en la guerra de Ucrania. Estados Unidos, de la mano de Donald Trump, anunció que la Unión Europea aportará 100.000 millones de dólares para financiar la compra de armamento estadounidense destinado a Kiev. Esta medida busca equilibrar el peso económico del conflicto, sin cargar toda la responsabilidad sobre el presupuesto de Washington.
El presidente francés, Emmanuel Macron, destacó que el acuerdo permitirá mantener un ejército ucraniano robusto, dotado de tecnología sofisticada para resistir los ataques rusos.
OTAN y aliados: un frente común para Kiev
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, confirmó que la coalición priorizará la entrega de nuevo material militar junto con refuerzos diplomáticos y económicos. Para Bruselas, esta estrategia no solo fortalece a Ucrania en el campo de batalla, sino que abre espacio para posibles negociaciones de paz en el mediano plazo.
De acuerdo con Reuters, el plan europeo incluye mecanismos de seguridad supervisados por Estados Unidos y coordinados con las misiones diplomáticas en Kiev.
Zelensky frente a Putin: negociaciones en el horizonte
El canciller alemán, Friedrich Merz, informó que Vladimir Putin estaría dispuesto a sentarse con Volodimir Zelensky en las próximas semanas. Sin embargo, el gran obstáculo sigue siendo la integridad territorial: mientras Washington plantea revisar la situación de Crimea y el Donbás, Kiev y la mayoría de las capitales europeas rechazan cualquier cesión de territorio.
Un diplomático europeo lo ilustró con una comparación contundente: “Aceptar la pérdida de Crimea sería como ceder Florida a otra potencia”.
Estados Unidos y la UE: una alianza estratégica
El secretario de Estado, Marco Rubio, explicó que este esquema permite que Europa asuma la mayor parte del gasto, mientras que EE.UU. facilita acceso a tecnología militar y logística avanzada. Trump lo resumió de manera clara:
“Estados Unidos coordina las garantías de seguridad y la Unión Europea pone el capital”.
Este reparto de responsabilidades podría convertirse en el nuevo modelo de cooperación entre Washington y Bruselas frente a los desafíos de Rusia.
Un pacto con impacto histórico
En 2022, cuando comenzó la invasión, Ucrania dependía casi por completo de la ayuda estadounidense. Hoy, tras dos años de desgaste militar, la foto en la Casa Blanca refleja otro escenario: Europa financiando y Estados Unidos liderando la estrategia militar.
El mensaje es claro: Occidente quiere evitar que la guerra desgaste exclusivamente a Washington y, al mismo tiempo, garantizar que Kiev siga resistiendo. Detrás de este acuerdo no solo hay armas, sino la promesa de que Ucrania no será abandonada en el campo de batalla ni en la mesa de negociación.
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