Rusia ejecutó uno de sus mayores ataques aéreos nocturnos el pasado 7 de junio, golpeando múltiples regiones y causando víctimas en Kharkiv y Kyiv. Mientras, Ucrania revela detalles de su audaz «Operación Spiderweb» con drones de largo alcance.
Estas acciones militares se producen en un contexto de crecientes advertencias diplomáticas, destacando las recientes declaraciones de un alto funcionario ruso hacia Alemania respecto a su apoyo militar a Kyiv.
Ataques rusos sacude Ucrania
Desde la noche del 6 de junio, las fuerzas rusas lanzaron un ataque combinado que incluyó más de 206 drones y 9 misiles, según fuentes ucranianas. Los objetivos se extendieron por al menos seis regiones: Donetsk, Kharkiv, Odesa, Sumy, Chernihiv, Dnipro, Kherson y la capital, Kyiv.
Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, fue una de las más afectadas. Múltiples ataques dejaron un saldo de al menos cinco personas fallecidas y más de 37 heridos, entre ellos niños. Los bombardeos dañaron edificios residenciales e infraestructuras civiles, incluyendo el Ferrocarril Infantil de la ciudad. El presidente Volodymyr Zelensky condenó estos «implacables asaltos».
En Kyiv, la caída de restos de drones provocó incendios y la muerte de tres rescatistas que acudían a emergencias. En Pryluky, región de Chernihiv, un niño de un año se contó entre las cinco víctimas mortales de un ataque con drones Shahed. La madre del menor, una oficial de policía, se había trasladado desde Kyiv buscando mayor seguridad para su hijo.
La Fuerza Aérea Ucraniana informó haber derribado 87 drones y neutralizado otros 80 mediante guerra electrónica. Además, reivindicó el derribo de un caza ruso Su-35 en la región de Kursk, Rusia.
Operación Spiderweb: La audacia de los drones ucranianos
El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) ha divulgado nuevas imágenes de la «Operación Spiderweb«, un ataque masivo con drones realizado el 1 de junio contra cuatro aeródromos militares rusos. Una de las filmaciones muestra un dron FPV impactando un bombardero estratégico ruso Tu-22M3 en la base aérea de Belaya, en Siberia, a más de 4,000 kilómetros de Ucrania.
Según el SBU, la operación, que tardó 18 meses en planificarse, implicó el contrabando de drones FPV profundamente en territorio ruso, ocultos en cabinas de madera móviles transportadas en camiones y lanzados remotamente. Las autoridades ucranianas afirman que estos ataques inutilizaron el 34% de los bombarderos rusos con capacidad de lanzar misiles de crucero, causando daños estimados en 7 mil millones de dólares. Los otros aeródromos atacados fueron Olenya (Óblast de Múrmansk), Diaghilev (Óblast de Riazán) e Ivanovo (Óblast de Ivanovo). El presidente Zelensky confirmó que en esta operación solo se utilizaron drones de producción nacional.
«Quería mucho usar solo lo que producimos y que la separación fuera muy clara», indicó el Presidente Volodymyr Zelensky sobre el uso de drones nacionales en Operación Spiderweb.
La intensificación de los ataques contra civiles y la capacidad demostrada por ambas partes para alcanzar objetivos lejanos aumentan el riesgo de errores de cálculo y una escalada descontrolada, complicando aún más cualquier vía hacia una solución pacífica.
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