La vuelta de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos abre un capítulo de alta tensión para México. Si bien ambos líderes mantuvieron una relación pragmática en su primer encuentro político, el escenario actual está cargado de incertidumbre, con un Trump más radical y una administración mexicana que enfrenta complejos retos internos y externos.
El “arreglo tácito” que mantuvo la paz (por un tiempo)
Migración a cambio de indiferencia
En el primer mandato de Trump, el acuerdo entre ambos países fue claro:
- México contenía la migración hacia el norte, implementando medidas severas, incluso cuestionables en derechos humanos.
- A cambio, Trump evitaba presionar al gobierno mexicano en temas como seguridad, democracia y derechos humanos.
Este entendimiento, aunque políticamente conveniente, dejó rezagos en el estado de derecho y fortaleció percepciones de impunidad.
Un Trump más radical y sin frenos
A diferencia de su primer mandato, Trump regresa con:
- Menor presión institucional: Su respaldo político y judicial está en niveles sin precedentes.
- Apoyo consolidado de sectores extremos: La ultraderecha y los plutócratas del movimiento MAGA.
- Sed de venganza: Contra sus detractores en el ámbito judicial y político.
Esta postura radical incrementa las posibilidades de acciones agresivas hacia México desde el primer día.
Las espadas de Damocles sobre México
1. Migración y deportaciones masivas
Trump ha prometido intensificar las deportaciones de mexicanos y migrantes de otras nacionalidades. Esto podría desatar:
- Crisis humanitarias en la frontera.
- Saturación de los servicios en municipios fronterizos de México.
2. Aranceles y renegociación del T-MEC
Aunque el tratado establece una revisión técnica, Trump podría presionar por una renegociación que perjudique sectores clave como:
- Automotriz: Impulsando la manufactura estadounidense.
- Agrícola: Limitando exportaciones mexicanas y favoreciendo productos locales en EE.UU.
3. Intervenciones contra el crimen organizado
La designación de los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas abriría la puerta a:
- Operaciones militares estadounidenses en suelo mexicano.
- Aumentar las tensiones diplomáticas entre ambos países.
¿Está México preparado?
La postura del gobierno mexicano
El gobierno de México ha mostrado un cambio errático en su respuesta a Trump:
- Subestimación inicial: Apostando a que sus políticas perjudicarían más a EE.UU.
- Diálogo limitado: Intentando convencerlo con datos, pero sin resultados concretos.
- Tono patriótico: Llamados a la unidad nacional, aunque internamente persisten divisiones profundas.
Los retos internos
Con una economía debilitada, una reforma judicial cuestionada y organismos autónomos desmantelados, México enfrenta una posición vulnerable en esta relación asimétrica.
Lecciones del pasado: creerle a Trump
La historia reciente enseña que las amenazas de Trump no son meras bravatas. Desde su insistencia en construir un muro fronterizo hasta la imposición de aranceles, sus palabras tienden a materializarse.
El camino hacia la resiliencia nacional
El regreso de Trump presenta un desafío monumental para México. Su agenda antimexicana no es solo retórica, sino una amenaza tangible que podría impactar la economía, la seguridad y la estabilidad social del país.
Ante este escenario, México necesita:
- Fortalecer sus instituciones internas.
- Construir alianzas internacionales.
- Reparar el tejido social y político.
La clave está en transformar las divisiones internas en una verdadera cohesión nacional. ¿Estamos listos para afrontar este nuevo reto?
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