El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha traído consigo una nueva ola de incertidumbre para la relación comercial entre México y Estados Unidos. Aunque el propio mandatario aseguró en el Foro Económico Mundial de Davos que la cooperación entre ambos países está en su mejor nivel, su vocera, Karoline Leavitt, reafirmó que los aranceles del 25% programados para el 1 de febrero siguen en pie.
La duda que persiste es si Trump realmente aplicará esta medida o si solo busca mantener la amenaza como un mecanismo de presión para garantizar mayor cooperación en materia migratoria y de combate al tráfico de fentanilo.
Los mercados financieros han mostrado una respuesta más contenida que en crisis previas. Mientras que el lunes 20 de enero la paridad peso-dólar llegó a 20.77, tras la declaración de Leavitt se estabilizó en 20.55, lo que sugiere que los inversionistas podrían estar descontando la posibilidad de que la medida no se concrete o que sea de corta duración.
Sin embargo, el impacto de esta incertidumbre ya ha comenzado a sentirse en sectores clave como la industria automotriz.
General Motors y la industria automotriz en alerta
Uno de los sectores más vulnerables ante la posible imposición de aranceles es el automotriz. Mary Barra, presidenta de General Motors, reveló que la empresa está acelerando la importación de vehículos desde México y Canadá para anticiparse a un posible golpe comercial.
En caso de que los aranceles entren en vigor, GM y otras compañías podrían ajustar su producción, trasladando más operaciones a Estados Unidos. Este movimiento afectaría directamente al sector manufacturero en México, donde la industria automotriz representa más del 3% del PIB y emplea a cientos de miles de personas.
La imposición de aranceles también abriría un nuevo frente de conflicto en la inminente revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), programada para el próximo año.
El TMEC y la incertidumbre de la relación comercial
La revisión del TMEC será un tema clave en la agenda de Trump. Desde su primera administración, el mandatario ha insistido en modificar las condiciones del acuerdo, buscando favorecer a la industria estadounidense.
Si Trump cumple su amenaza de imponer aranceles, no solo generaría un impacto inmediato en sectores clave como el automotriz y el agroindustrial, sino que también enviaría una señal clara de que está dispuesto a tomar decisiones unilaterales para renegociar el tratado comercial bajo sus propios términos.
Ante este escenario, el gobierno de Claudia Sheinbaum ha intensificado las reuniones con su equipo económico y el sector privado para evaluar posibles respuestas. Encabezando estos esfuerzos están Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda; Marcelo Ebrard, secretario de Economía, y Altagracia Gómez, coordinadora del nuevo Consejo Asesor Empresarial.
Las opciones sobre la mesa incluyen medidas de represalia comercial, incentivos para atraer inversión extranjera y una mayor diversificación de los mercados de exportación.
La revolución tecnológica y el auge de la inteligencia artificial
Mientras el comercio internacional enfrenta turbulencias, el sector tecnológico sigue avanzando a un ritmo acelerado. A pesar de la volatilidad en los mercados, las empresas más grandes de la bolsa de Nueva York han mostrado resiliencia en los últimos días:
- Apple: Alcanzó un valor de mercado de 3.6 billones de dólares, con un incremento del 7.2% en una semana.
- Microsoft: Se mantiene en 3.3 billones, con un alza del 2.8%.
- Nvidia: A pesar de una caída del 10.4%, sigue siendo la tercera empresa más valiosa con 3.2 billones.
- Amazon: Subió 2.6%, alcanzando un valor de 2.5 billones.
- Alphabet (Google): Aunque tuvo un ligero retroceso del 1.0%, sigue firme con 2.4 billones de dólares en valor.
Estos datos confirman que el boom de la inteligencia artificial y la computación en la nube sigue en marcha. Empresas como DeepSeek, de origen chino, están desafiando a gigantes como OpenAI, lo que demuestra que la competencia en el sector apenas comienza.
El impacto de la IA en la productividad empresarial y la economía global será determinante en los próximos años, redefiniendo sectores como la manufactura, el comercio y la educación.
Entre la presión comercial y el futuro tecnológico
México enfrenta un panorama complejo. La incertidumbre en la relación con Trump, la posible imposición de aranceles y la próxima revisión del TMEC obligan al país a fortalecer su competitividad y diversificar su economía.
Por otro lado, el auge de la inteligencia artificial y la innovación tecnológica representan una gran oportunidad para impulsar el desarrollo económico.
La clave estará en cómo el gobierno y el sector privado respondan a estos desafíos, asegurando que México se mantenga competitivo en un mundo en constante transformación.
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