viernes, diciembre 19, 2025

Trump firma histórico acuerdo con Ucrania por minerales raros

Pacto que reconstruye, paz e intereses energéticos

Era una mañana tensa en Washington. Las banderas ondeaban frente a la Casa Blanca mientras una comitiva ucraniana ingresaba por la puerta norte. Pese al escenario diplomático de cordialidad, el ambiente estaba cargado. Días antes, una acalorada discusión entre Donald Trump y Volodímir Zelenski había paralizado la firma de un pacto largamente negociado. Pero el 30 de abril de 2025, tras semanas de presiones, ajustes de última hora y diplomacia de alto nivel, se firmó lo que ambos gobiernos llaman ya un “acuerdo histórico” de asociación económica entre Estados Unidos y Ucrania.

Una alianza que no solo abre la puerta al acceso estadounidense a los minerales raros ucranianos, sino que también configura un nuevo tablero geopolítico y económico en el marco de la guerra con Rusia.

La guerra como telón de fondo: alianza del conflicto

La firma de este tratado no puede entenderse sin el contexto que lo rodea: una guerra brutal que se ha extendido por más de tres años desde la invasión a gran escala de Rusia en 2022. Estados Unidos ha sido un actor clave en el respaldo militar, financiero y diplomático a Kiev, y ahora busca garantizar un retorno estratégico a su inversión.

Scott Bessent, secretario del Tesoro estadounidense, fue el encargado de oficializar el acuerdo mediante un video que circuló globalmente:

“Esta asociación posiciona a nuestros dos países para colaborar e invertir juntos y garantizar la recuperación económica de Ucrania.”

Acceso a recursos críticos: minerales, petróleo y gas

El corazón del pacto está en los yacimientos de minerales raros que Ucrania posee, fundamentales para la tecnología militar, electrónica y energética. Estos recursos son considerados esenciales para mantener la competitividad tecnológica de EE. UU. frente a China y Rusia.

El acuerdo establece un fondo de inversión para la reconstrucción de Ucrania, a través del cual se financiarán proyectos conjuntos de extracción de minerales, petróleo y gas. Todo esto bajo la promesa, según la ministra ucraniana de Economía, Yulia Svyrydenko, de que Ucrania “mantendrá la plena propiedad y control” de sus recursos naturales.

Reconstrucción y geopolítica en juego

En el Despacho Oval, Trump observaba los documentos con gesto serio. Era su día número 101 del segundo mandato, y sabía que el mundo miraba. El expresidente había hecho del “America First con aliados estratégicos” uno de sus lemas renovados. Con este acuerdo, buscaba tres objetivos:

  1. Acceder a los minerales que sostendrán la industria del futuro.
  2. Recuperar el dinero invertido en la defensa ucraniana.
  3. Enviar un mensaje claro a Rusia: EE. UU. no se irá sin una Ucrania fuerte.

Zelenski, por su parte, enfrentaba el desgaste político interno y la urgencia de mostrar resultados concretos. Para él, este acuerdo es un salvavidas económico y político, una tabla de reconstrucción.

Condiciones estrictas y exclusión a aliados de Rusia

El pacto también tiene su cláusula moral: ninguna empresa ni individuo que haya financiado la maquinaria bélica rusa podrá beneficiarse de los contratos de reconstrucción ucraniana. Es un mensaje directo de Trump a Moscú y a las empresas con intereses cruzados.

Además, el Departamento del Tesoro advirtió que Estados Unidos no continuará indefinidamente su mediación entre Kiev y Moscú si no se dan “pasos concretos hacia la paz”. La paciencia de Trump tiene un límite, y lo ha hecho saber.

Treguas simbólicas, tensiones reales

Rusia anunció unilateralmente una tregua de tres días del 8 al 10 de mayo, en conmemoración del 80 aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi. Sin embargo, rechazó la propuesta de Zelenski de establecer un alto al fuego de 30 días.

La diferencia entre una pausa simbólica y una tregua estratégica es la misma que separa un gesto político de un avance real. Y Trump lo sabe. Por eso ha dejado claro que este acuerdo económico también es un instrumento de presión diplomática.

¿Una apuesta por la paz o un nuevo reparto económico?

Aunque el acuerdo fue celebrado por ambos gobiernos, no faltan voces críticas que lo ven como una forma de capitalizar económicamente la guerra. ¿Es un acto de reconstrucción altruista o un negocio disfrazado de ayuda? Lo cierto es que la firma de este pacto sitúa a Estados Unidos como el socio preferente de Ucrania para la etapa de posguerra. Y a Trump como un líder que, aunque polémico, ha logrado consolidar una alianza geoeconómica de largo plazo.

Giovanna Cancino
Giovanna Cancino
Giovanna Cancino es una experimentada profesional de la comunicación, Licenciada en Ciencias y Técnicas de la Comunicación. Con más de una década de trayectoria en medios impresos y digitales, se ha consolidado como reportera y editora. Su profundo conocimiento se refleja en sus colaboraciones en la sección deportiva 'Sport Judge', así como en las importantes secciones Nacional e Internacional, asegurando una cobertura fiable y relevante para nuestros lectores.
VER MÁS
- Advertisment -

RELACIONADOS

TE PODRÍA INTERESAR