El 20 de enero de 2025, Donald Trump asumió por segunda vez la presidencia de Estados Unidos. En un discurso cargado de nacionalismo y retórica antiinmigrante, no tardó en cumplir sus promesas de campaña. Declaró emergencia nacional en la frontera sur, anunció el fin de la ciudadanía por nacimiento y reactivó el programa “Permanecer en México”, colocando a nuestro país en el centro de una nueva tormenta política y social.
Sin embargo, mientras la Casa Blanca avanza con decisiones que afectan directamente a México, en nuestro país hay un vacío crítico en el liderazgo del Instituto Nacional de Migración (INM), encargado de implementar políticas migratorias.
El vacío de liderazgo en el INM: Un problema creciente
El Instituto Nacional de Migración, dependiente de la Secretaría de Gobernación, ha sido clave en la gestión de la migración. Sin embargo, desde marzo de 2023, tras el trágico incendio en un centro de detención migratoria en Ciudad Juárez —que dejó 40 muertos y múltiples heridos—, su dirección se encuentra sumida en controversias.
El entonces titular del INM, Francisco Garduño Yáñez, no renunció pese a enfrentar un proceso legal por su presunta responsabilidad en los hechos. En lugar de ello, continuó al frente de la institución, generando desconfianza en su capacidad para liderar en un contexto tan delicado.
En octubre de 2024, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció la designación de Sergio Salomón Céspedes, exgobernador de Puebla, como el nuevo titular del INM. Sin embargo, Céspedes aún no ha asumido el cargo, oficialmente bajo el argumento de que la institución se encuentra en un “periodo de transición”.
Esto ha dejado a México con una situación peculiar: dos titulares del INM, uno en funciones con un proceso judicial pendiente y otro anunciado que no ha iniciado actividades.
Trump presiona mientras México carece de estrategia clara
La falta de liderazgo en el INM ocurre en el peor momento. Las políticas de Trump exigen respuestas inmediatas, y el país enfrenta desafíos críticos:
- “Permanecer en México”: La reactivación de este programa obligará a miles de migrantes a permanecer en territorio mexicano mientras sus solicitudes de asilo son procesadas en Estados Unidos. Esto podría saturar las capacidades de los estados fronterizos.
- Ciudadanía por nacimiento: La eliminación de este derecho, aunque enfrenta desafíos legales en EUA, genera incertidumbre para miles de familias mexicanas y centroamericanas.
- Militarización de la frontera: La declaración de emergencia nacional intensifica el control fronterizo, afectando a las comunidades y al comercio binacional.
Sin un liderazgo fuerte en el INM y una estrategia coordinada, México enfrenta el riesgo de perder control sobre la situación migratoria.
¿Qué necesita el INM para responder a esta crisis?
Para enfrentar este panorama, el Instituto Nacional de Migración requiere:
- Liderazgo claro: Designar a un titular con experiencia en políticas migratorias y libre de cuestionamientos legales.
- Colaboración interinstitucional: Trabajar de cerca con estados fronterizos, la Cancillería y organismos internacionales para gestionar el flujo migratorio.
- Infraestructura fortalecida: Aumentar la capacidad de los centros de detención y garantizar condiciones dignas para los migrantes.
- Transparencia: Restaurar la confianza ciudadana mediante procesos claros y responsables en la gestión migratoria.
Claudia Sheinbaum: Entre presión internacional y desafíos internos
La presidenta Claudia Sheinbaum ha apostado por una postura de diálogo ante la presión de Donald Trump, enfatizando el respeto a la soberanía mexicana. Sin embargo, debe tomar decisiones firmes dentro del país.
El nombramiento de un líder sólido para el INM es esencial para coordinar esfuerzos y enfrentar los retos migratorios. Además, el gobierno debe fortalecer los lazos con organizaciones internacionales y aliados en América Latina para repartir la carga de la gestión migratoria.
¿Qué está en juego para México?
La falta de claridad en el liderazgo del INM no solo afecta a los migrantes que buscan un mejor futuro, sino también a las relaciones bilaterales con Estados Unidos.
Con un Trump decidido a implementar políticas agresivas, México necesita una estrategia integral que contemple:
- Protección humanitaria para migrantes.
- Fortalecimiento de las fronteras sin caer en la militarización.
- Diálogo con Estados Unidos desde una posición de firmeza y colaboración.
La nueva política migratoria de Trump es un desafío monumental para México. Sin embargo, no es un reto imposible de superar. El gobierno mexicano debe actuar con rapidez y decisión, asegurando un liderazgo fuerte en el INM y reforzando las alianzas internacionales.
Mientras tanto, la sociedad civil, los estados y los organismos internacionales deben sumarse a los esfuerzos para garantizar una gestión migratoria digna y eficiente. México puede salir fortalecido de esta crisis, pero requiere unidad, estrategia y, sobre todo, liderazgo claro.
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