El 20 de enero de 2025, Estados Unidos fue testigo de un evento que parecía imposible hace apenas unos años: Donald Trump volvió a jurar como presidente en el Capitolio, el mismo lugar que cuatro años antes fue escenario del asalto más grave contra la democracia estadounidense.
Aquel 6 de enero de 2021, la violencia alcanzó niveles históricos cuando cientos de seguidores radicales de Trump, incitados por sus discursos, irrumpieron en el Congreso con el objetivo de impedir la certificación de los resultados electorales. Jake Angeli, el infame “QAnon Shaman”, se convirtió en el símbolo de aquella insurrección.
Ahora, en 2025, el acto de investidura no fue una celebración de la democracia, sino una demostración de poder. Rodeado de líderes políticos, empresarios influyentes como Mark Zuckerberg, Elon Musk, Jeff Bezos y Sundar Pichai, y con un discurso lleno de resentimiento, Trump anunció el regreso de su visión nacionalista, populista y expansionista.
El discurso de Trump: de la guerra contra los migrantes al expansionismo territorial
Si en 2017 su mensaje inaugural se centró en la “American Carnage”, en 2025 su tono fue aún más agresivo. Trump arremetió contra los migrantes, asegurando que Estados Unidos debía recuperar su identidad y expulsar a los indocumentados.
Entre sus declaraciones más polémicas, señaló que la industria lechera de Vermont colapsaría sin los trabajadores mexicanos, pero insistió en que “el país necesita mano de obra estadounidense, no extranjeros”.
Sin embargo, el punto más sorprendente fue su visión expansionista, al estilo de las viejas potencias imperiales. Trump mencionó abiertamente su intención de:
- Anexar Groenlandia, retomando una idea que ya había propuesto en 2019.
- Tomar control del Canal de Panamá, argumentando que es una vía estratégica para la economía de EE.UU.
- Renombrar el Golfo de México, en un intento por reafirmar la supremacía estadounidense sobre su vecino del sur.
Esta retórica recuerda a los tiempos del “Destino Manifiesto”, donde EE.UU. justificaba la expansión territorial como un derecho divino.
Trump contra la diversidad de género: la respuesta del cine
En un giro aún más radical, Trump dejó en claro que en su gobierno solo existen dos géneros: hombre y mujer. Cualquier otra identidad de género es, según él, un “invento progresista”.
Pero mientras el presidente busca imponer su visión binaria, Hollywood le responde con fuerza.
La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, encargada de los Premios Óscar, ha colocado en el centro de su selección para 2025 varias películas que desafían el discurso trumpista.
El cine como resistencia: las películas que desafían a Trump
“El Cónclave” y la batalla por el Vaticano
El cineasta alemán Edward Berger, con la actuación estelar de Ralph Fiennes, presenta un thriller político dentro de la Iglesia Católica. La película explora la posibilidad de que un cardenal intersexual llegue al papado, desafiando las estructuras de poder tradicionales.
El mensaje es claro: la diversidad no es una amenaza, sino una realidad.
“Emilia Pérez”: el narcotráfico y la identidad de género
La cinta más nominada en los Óscar 2025 (13 nominaciones) es “Emilia Pérez”, del director francés Jacques Audiard. La historia narra la transformación de género de un narcotraficante en una mujer, con la actuación de Karla Sofía Gascón, una actriz transgénero.
Esta película es una respuesta directa a la retórica de Trump, quien rechaza cualquier identidad fuera del esquema binario.
“El Aprendiz”: la historia secreta de Trump
El cineasta iraní Ali Abbasi ha llevado a la gran pantalla una historia que probablemente incomode a la Casa Blanca: el origen de Trump en el mundo de los negocios.
La película muestra cómo el joven Trump fue influenciado por Roy Cohn, un abogado abiertamente homosexual que le enseñó tres reglas que hoy define su estilo político:
- “El mundo es un caos. Para sobrevivir, hay que atacar primero.”
- “La verdad es lo que yo digo que es la verdad.”
- “Nunca aceptes la derrota, solo la victoria.”
Estas ideas han sido el eje de su liderazgo, desde los negocios hasta la presidencia.
Hollywood vs Trump: ¿Quién ganará la batalla cultural?
La industria del cine en EE.UU. ha sido históricamente un espacio de resistencia ante las políticas autoritarias. Durante el macartismo, figuras como Charlie Chaplin y Dalton Trumbo fueron perseguidas por sus posturas progresistas.
Hoy, con Trump de regreso en la Casa Blanca, el cine vuelve a ser una trinchera de lucha.
Pero la pregunta clave es: ¿La sociedad estadounidense apoyará esta resistencia, o se alineará con la visión de Trump?
Los Premios Óscar 2025 podrían ser un termómetro de la división cultural en EE.UU.
Un mundo dividido entre el autoritarismo y la diversidad
El regreso de Donald Trump a la presidencia de EE.UU. marca el inicio de una nueva era de tensiones globales. Su discurso populista, su agenda expansionista y su rechazo a la diversidad de género lo enfrentan no solo con sus adversarios políticos, sino también con la cultura, el arte y la sociedad civil.
Mientras en la Casa Blanca se impone una visión conservadora extrema, el cine, la música y la literatura seguirán siendo espacios de resistencia y expresión.
La historia aún está por escribirse.¿Quién tendrá la última palabra: Trump o la cultura?
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