Todavía no llevamos ni diez días de 2025, y el regreso de Donald Trump ya está marcando la agenda internacional. El próximo 20 de enero, el expresidente tomará nuevamente las riendas de la Casa Blanca, pero esta vez como un líder transformado, más radical y con menos interés en la diplomacia.
En México, el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum se enfrenta a uno de los mayores desafíos de su administración. Mientras que Marcelo Ebrard asegura que «no debemos engancharnos con cada declaración», la realidad es que Trump 2.0 llega con apoyo popular, control político interno y un equipo que no oculta sus posturas extremas.
La nueva realidad: Migración en el centro del conflicto
El tema migratorio será el primer punto de fricción. Durante su primer mandato, Trump implementó políticas como «Quédate en México», negociadas con Marcelo Ebrard, que derivaron en la presencia de casi 30 mil elementos de seguridad en la frontera.
Ahora, las preguntas son más serias:
- ¿Qué hará México si EE.UU. decide deportar a todos los migrantes, sin importar su nacionalidad?
- ¿Cómo responderá el gobierno si se exige un aumento masivo de tropas en la frontera?
- ¿Qué pasará con los connacionales que dependían de las remesas, si estas disminuyen drásticamente?
El silencio estratégico del gobierno mexicano, bajo el argumento del sigilo, está generando preocupación. Los expertos señalan que la falta de un plan visible podría llevar a un escenario de caos y presión diplomática sin precedentes.
La realidad de los cárteles: El golpe más difícil de enfrentar
Uno de los puntos más incómodos es que Trump tiene, en cierta medida, razón sobre el poder de los cárteles en México.
Aunque el gobierno insiste en minimizar las declaraciones del expresidente, el panorama de impunidad, cobro de derecho de piso y la falta de garantías de seguridad son una realidad que afecta a millones de mexicanos.
Trump podría intensificar sus acusaciones, incluso señalando que el fentanilo se produce hasta en cocinas residenciales, como ya lo ha hecho con datos cuestionables en el pasado. ¿Está México preparado para enfrentar estas afirmaciones ante la opinión pública internacional?
La diplomacia empresarial: ¿Una carta por jugar?
La inversión mexicana en Estados Unidos es significativa. Empresas como Bimbo, Cemex, FEMSA y Cinépolis no solo generan empleos, sino también riqueza e impuestos. Además, los mexicanos representaron el 11% de la compra de bienes inmuebles en EE.UU. en 2023, mostrando su relevancia en el mercado norteamericano.
¿Podría México utilizar esta red de empresarios y connacionales exitosos como embajadores informales para reforzar las relaciones bilaterales y contrarrestar la narrativa de Trump?
Un cambio de paradigma: Seguridad, remesas y soberanía
El regreso de Trump no solo pone a prueba la política migratoria, sino también el manejo de las remesas, que representan un 4% del PIB mexicano. Una reducción en estos flujos podría desestabilizar comunidades enteras en el país.
Por otro lado, la amenaza de designar a los cárteles como organizaciones terroristas plantea el riesgo de una injerencia directa de Estados Unidos en territorio mexicano. Esto podría derivar en tensiones no vistas desde el siglo XX, poniendo a prueba la soberanía del país.
Sheinbaum ante Trump: Liderazgo en prueba de fuego
Mientras Trump parece dispuesto a escalar el conflicto, el gobierno de Sheinbaum debe encontrar un balance entre mantener la soberanía y garantizar una relación funcional con su mayor socio comercial.
La apuesta por el diálogo, como lo señaló el canciller Juan Ramón de la Fuente, debe ir acompañada de acciones concretas que incluyan:
- Un plan de defensa migratoria efectivo, especialmente en los consulados.
- Un fortalecimiento de las instituciones de seguridad, para contrarrestar las acusaciones de impunidad.
- Una estrategia mediática internacional que posicione a México como un actor responsable y soberano.
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