Singapur, uno de los principales centros fintech del mundo, ha dado un golpe sobre la mesa. La Autoridad Monetaria de Singapur (MAS) anunció nuevas y estrictas regulaciones para el sector cripto, con una fecha límite inminente que podría forzar un éxodo de empresas.
Singapur ha enviado una onda de choque a través del universo de las criptomonedas. La Autoridad Monetaria de Singapur (MAS), su banco central y regulador financiero, ha finalizado y comunicado un nuevo marco regulatorio para los Proveedores de Servicios de Tokens Digitales (DTSP) que es notablemente estricto, estableciendo una fecha límite para su cumplimiento: el 30 de junio de 2025.
La nueva ley: se acabó el juego para los operadores offshore
El cambio más significativo y disruptivo es la ampliación del alcance de la regulación. A partir del 30 de junio, cualquier empresa de tokens digitales que opere desde Singapur deberá tener una licencia de la MAS, incluso si sus clientes se encuentran exclusivamente fuera del país.
Hasta ahora, muchas empresas utilizaban Singapur como base de operaciones para atender al mercado global sin estar sujetas a la supervisión directa de la MAS. El regulador ha cerrado esta laguna, citando los altos riesgos de lavado de dinero y la incapacidad de supervisar eficazmente a estas entidades. El mensaje es claro: si operas desde Singapur, juegas con las reglas de Singapur.
La letra pequeña: una barrera de entrada deliberadamente alta
Obtener una licencia no será un mero trámite. La MAS ha establecido una serie de requisitos rigurosos que actuarán como un filtro para la industria:
- Capital Mínimo: Las empresas deben mantener un capital base mínimo de 250,000 dólares de Singapur (aproximadamente 185,000 USD).
- Costos de Licencia y Auditoría: Se requiere una tarifa de licencia anual de 10,000 SGD y la contratación de auditores externos para validar los controles y procedimientos, especialmente en ciberseguridad.
- Aprobación de Personal Clave: El CEO, los directores y otros gerentes clave deben ser aprobados por la MAS, demostrando experiencia y conocimiento del marco regulatorio.
Crucialmente, la MAS ha declarado que las licencias se otorgarán «en circunstancias extremadamente limitadas» y que no habrá períodos de transición. Las empresas que no tengan una licencia para el 30 de junio deben cesar sus operaciones reguladas inmediatamente.
¿Regulación o purga? El éxodo regulado
El diseño de esta política —barreras altas, un plazo corto y una declaración explícita de exclusividad— sugiere que el objetivo de la MAS no es simplemente regular a todos los actores, sino realizar una purga deliberada del mercado.
Parece una estrategia para forzar la salida de los operadores menos capitalizados, con modelos de negocio más riesgosos o con estándares de cumplimiento más bajos. Al hacerlo, Singapur busca consolidar su reputación como un centro financiero global de «alta gama», seguro y confiable, incluso si eso significa sacrificar su imagen como un «sandbox» de innovación abierta y sin restricciones para la industria cripto.
«Los riesgos de lavado de dinero son más altos en dichos modelos de negocio y si su actividad regulada sustantiva está fuera de Singapur, la MAS no puede supervisar eficazmente a tales personas.» – Declaración de la Autoridad Monetaria de Singapur.
Esta medida contrasta con la de otros países de la región, como Vietnam, que recientemente aprobó una ley que reconoce formalmente a las criptomonedas, mostrando una divergencia de estrategias en el sudeste asiático. El éxodo de empresas de Singapur podría beneficiar a jurisdicciones con regulaciones más amigables, reconfigurando el mapa cripto de la región.


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