En un giro inesperado, Donald Trump sorprendió a los mercados al declarar: “Con México estamos acordando muy bien”. Esta afirmación llega después de días de tensión en los que el mandatario estadounidense había amenazado con imponer un arancel del 25% a los productos mexicanos. La noticia fue un alivio inmediato para los inversionistas, llevando al dólar a un mínimo de 20.27 pesos, aunque las tensiones comerciales no se han disipado por completo.
¿Qué ocurrió entre las declaraciones de Trump en Davos, donde insistía en los aranceles, y su reciente comentario optimista? La respuesta parece radicar en una serie de mensajes estratégicos enviados desde México a través de canales diplomáticos no oficiales.
Los puntos clave que convencieron a Trump
México ha sabido jugar sus cartas en dos áreas críticas para la política interna de Estados Unidos:
- Control de la migración
La cooperación del gobierno mexicano para frenar los flujos migratorios hacia Estados Unidos ha sido clave. Con el despliegue de la Guardia Nacional en el sur del país y la contención de caravanas migrantes, México muestra resultados tangibles en esta materia. - Lucha contra el fentanilo
El combate al tráfico de fentanilo y sus precursores químicos ha sido otra señal positiva. Este esfuerzo está alineado con la prioridad de Trump de combatir la crisis de opioides, que sigue siendo un tema central en su agenda.
Ambas acciones han generado confianza en Washington, aunque los expertos advierten que la postura de Trump podría cambiar rápidamente si percibe que los esfuerzos de México no se mantienen o intensifican.
Trump, aranceles y la presión sobre las empresas
En Davos, Trump dejó clara su postura comercial: las empresas deben instalarse en Estados Unidos para evitar los costos de los aranceles. “Si quieren vendernos, tendrán que pagar”, sentenció.
Empresas como Amazon y Stellantis ya están respondiendo. Amazon cerró sus centros de distribución en Quebec, Canadá, mientras que Stellantis anunció la reapertura de una planta en Illinois que dará empleo a 1,500 trabajadores. Estas decisiones reflejan la influencia de la política comercial de Trump en el sector privado.
Sin embargo, en el caso de México, muchos argumentan que los aranceles afectarían más a las empresas estadounidenses que operan en territorio mexicano, dado que gran parte de las exportaciones son insumos destinados a plantas en Estados Unidos.
¿Un alivio temporal o una nueva estrategia?
Aunque las recientes declaraciones de Trump sugieren una tregua, el panorama está lejos de ser estable. En su administración, no hay defensores del libre comercio. Incluso su futuro secretario del Tesoro, Scott Bessent, ha señalado que los aranceles son una herramienta legítima para corregir desequilibrios comerciales y aumentar los ingresos fiscales.
El gobierno mexicano parece haber encontrado una forma efectiva de comunicarse con la Casa Blanca por canales no convencionales. Pero esta estrategia no garantiza que las amenazas de Trump desaparezcan. La próxima revisión del T-MEC en 2026 será otro punto crítico en la relación bilateral.
El desafío de México: mantener el equilibrio
México enfrenta el desafío de mantener una relación positiva con Estados Unidos mientras equilibra sus intereses internos. Además, debe seguir demostrando resultados en temas como seguridad, migración y comercio para evitar que las tensiones se conviertan en acciones perjudiciales para ambas economías.
El tiempo dirá si estas señales estratégicas son suficientes para mantener la calma en un entorno tan volátil como el que define la administración de Trump.
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