La retención de periodistas en Venezuela volvió a encender las alarmas internacionales tras la denuncia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), que reveló la detención arbitraria de un equipo de Chilevisión en la frontera con Colombia. El episodio, ocurrido el jueves 11 de diciembre en el Puente Internacional Francisco de Paula Santander, retrata con crudeza el clima de intimidación que enfrentan los comunicadores que intentan cubrir la realidad del país bajo el régimen de Nicolás Maduro.
El equipo, integrado por el periodista Roberto Cox, un camarógrafo y dos encargados de seguridad, fue interceptado por funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) alrededor de las 13:30 horas. Aunque no tenían intención de ingresar a territorio venezolano, su sola presencia con equipos de prensa fue suficiente para activar un protocolo de retención que se extendió por más de siete horas.
Incomunicación, confiscación y control total de la información
Según el SNTP, tras un primer contacto con agentes fronterizos, el grupo fue trasladado a un cuartel donde comenzó un proceso de interrogatorio. Desde ese momento, la incomunicación fue absoluta. Los funcionarios confiscaron todos los teléfonos celulares, los pusieron en modo avión y prohibieron cualquier contacto con el exterior.
Posteriormente, dos agentes de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) exigieron las claves de acceso a los dispositivos. Revisaron conversaciones de WhatsApp, galerías de imágenes y archivos personales. El sindicato denunció que los agentes eliminaron fotos y videos de al menos dos semanas, material que incluía registros profesionales y personales grabados en Chile y Argentina, sin ninguna relación con Venezuela.
Este tipo de acciones refuerzan el patrón documentado de retención de periodistas en Venezuela, donde la revisión arbitraria de dispositivos se convierte en una forma de censura directa y control de la información.
“Como si fuéramos presos”: el relato del equipo retenido
Roberto Cox relató al SNTP que los funcionarios fotografiaron al equipo “como si fuéramos presos”, una práctica intimidatoria que se suma a los interrogatorios constantes sobre la función de cada cámara, micrófono y accesorio de trabajo.
La presión no terminó ahí. Los agentes obligaron al equipo a grabar un video en el que debían declarar que no habían sido golpeados ni despojados de pertenencias personales. Solo después de esa grabación forzada, los periodistas firmaron un documento de expulsión y fueron devueltos a Colombia.
La experiencia, según Cox, afectó tanto su labor profesional como su información privada, dejando una sensación de vulnerabilidad y amenaza que trasciende el episodio puntual.
Un patrón sistemático contra la libertad de prensa
El SNTP advirtió que este caso no es un hecho aislado. La retención de periodistas en Venezuela forma parte de un patrón sostenido de hostigamiento, especialmente en zonas fronterizas y de alta vigilancia militar. La revisión de teléfonos, la eliminación de material periodístico y la incomunicación prolongada violan estándares internacionales de libertad de expresión y seguridad de los periodistas.
En ese mismo sentido, el Instituto Prensa y Sociedad (Ipys) de Venezuela reiteró recientemente su llamado a investigar y sancionar los crímenes contra comunicadores. El organismo subrayó que informar en Venezuela “sigue siendo una labor castigada”, una frase que resume el riesgo cotidiano que enfrentan los trabajadores de la prensa.
El impacto internacional del hostigamiento a la prensa
Casos como el del equipo de Chilevisión refuerzan la preocupación de organizaciones internacionales sobre el deterioro de la libertad de prensa en Venezuela. La participación de organismos de inteligencia en operativos contra periodistas extranjeros envía un mensaje disuasivo no solo a medios locales, sino también a la prensa internacional.
La retención de periodistas en Venezuela no solo limita la cobertura informativa, sino que profundiza el aislamiento del país y erosiona su credibilidad ante la comunidad internacional. Cada episodio documentado amplía el registro de violaciones a derechos fundamentales y fortalece las denuncias sobre el uso del aparato estatal para silenciar voces incómodas.
Retención de periodistas en Venezuela: una señal de alarma persistente
La retención de periodistas en Venezuela es hoy uno de los indicadores más claros del deterioro democrático y del cierre progresivo del espacio informativo. El caso de Chilevisión demuestra que incluso la prensa extranjera está expuesta a prácticas de intimidación, censura y expulsión arbitraria.
Mientras organizaciones gremiales y de derechos humanos insisten en la necesidad de garantías reales para el ejercicio periodístico, estos episodios confirman que informar desde o sobre Venezuela sigue siendo una actividad de alto riesgo. La frontera, lejos de ser un punto de paso, se ha convertido en un mensaje claro del régimen: la información libre no es bienvenida.


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