La posible reelección de Donald Trump en 2024 plantea un escenario desafiante para México. Si bien Trump ya ocupó la presidencia entre 2017 y 2021, su regreso trae consigo nuevos retos y temas recurrentes, como el comercio, la migración y la lucha contra el fentanilo. Esta vez, México puede usar a su favor la experiencia pasada y aprovechar la interdependencia económica entre ambos países.
Aquí exploramos algunos puntos clave que ayudarán a dimensionar el impacto que tendría Trump y cómo México puede responder de forma estratégica.
1. El TMEC: un tratado clave para ambos países
Uno de los mayores temores en 2017 fue la posible salida de Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). La presión del sector privado estadounidense fue clave para evitar la ruptura total y dar paso a un nuevo acuerdo: el TMEC. Este tratado fue promovido y firmado por el propio Trump, lo cual reduce las posibilidades de que quiera abandonarlo. Aunque es probable que busque modificar algunos términos, la relación comercial entre México y Estados Unidos es hoy más sólida que en el pasado.
¿Qué debe hacer México?
Fortalecer sus alianzas comerciales con Estados Unidos y promover la integración económica. México es el principal socio comercial de Estados Unidos, lo que representa una ventaja en la que se debe profundizar. Este vínculo hace que una ruptura sea costosa para ambas partes.
2. La rivalidad entre Estados Unidos y China: una ventaja para México
Trump ha mantenido una postura rígida frente a China, a quien considera el principal adversario de Estados Unidos en términos comerciales y geopolíticos. México, con su proximidad geográfica y su papel dentro del TMEC, se convierte en un socio estratégico en esta contienda. Estados Unidos necesita un país vecino que le permita reducir su dependencia de China, y México es el candidato ideal para cumplir esa función.
¿Cómo puede México aprovechar esto?
Impulsando el “nearshoring” y atrayendo inversiones que permitan a empresas estadounidenses instalar sus operaciones en territorio mexicano, México puede posicionarse como el socio clave de Estados Unidos para reducir su dependencia de Asia y mantener sus cadenas de suministro seguras.
3. Migración y seguridad: la presión de Trump sobre México
En el pasado, Trump usó la amenaza de aranceles para presionar a México en temas migratorios. En respuesta, el gobierno de López Obrador desplegó a la Guardia Nacional en las fronteras para frenar el flujo de migrantes. Esta estrategia evitó sanciones, pero también convirtió a México en una extensión de la política migratoria de Estados Unidos.
¿Cuál debe ser la postura de México?
Ante la posibilidad de nuevas presiones, México debe responder con firmeza en términos comerciales y no ceder inmediatamente. Al tiempo que México coopera en temas de seguridad, puede reforzar sus propias políticas migratorias y enfocarse en el bienestar regional para reducir la presión.
4. El pragmatismo de Trump: un arma de doble filo
Aunque Trump es visto como un personaje impredecible, muchos de sus excolaboradores lo describen como pragmático. Esto significa que, aunque tenga ideas controvertidas, su prioridad es maximizar los beneficios para Estados Unidos, adaptando sus decisiones a las circunstancias. Este pragmatismo podría hacer que busque acuerdos con México en los que ambos países ganen.
¿Qué debe hacer México?
Mantener una postura de colaboración estratégica y buscar áreas en las que ambos países puedan beneficiarse mutuamente, como el comercio y la seguridad en la frontera. Este enfoque permitirá que México aproveche las oportunidades de colaboración sin sacrificar su soberanía.
5. Tejer alianzas con el sector privado de Estados Unidos
La economía de Estados Unidos y México está más interconectada que nunca. Mientras que en 2016 las exportaciones mexicanas a Estados Unidos sumaban 315 mil millones de dólares, hoy ese valor ha crecido a más de 460 mil millones. Muchas empresas estadounidenses dependen de productos e insumos mexicanos para mantener sus operaciones, por lo que estas compañías tienen un interés directo en mantener una relación estable con México.
¿Cómo puede México aprovechar esto?
Fortaleciendo sus alianzas con el sector privado estadounidense. Estas empresas son aliadas naturales para proteger el TMEC y apoyar políticas que beneficien tanto a México como a Estados Unidos. Con el respaldo del sector privado, México puede asegurar que cualquier cambio en la relación bilateral esté en línea con los intereses compartidos de ambas naciones.
Anticiparse y actuar para asegurar estabilidad y crecimiento
La posible reelección de Donald Trump representa riesgos para México, pero también abre oportunidades. En un escenario de alta interdependencia económica y un frente común contra China, México tiene una posición favorable para negociar y proteger sus intereses. La clave está en anticiparse, fortalecer las alianzas con el sector privado de Estados Unidos y actuar de manera proactiva para que los desafíos se conviertan en ventajas estratégicas.
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