La imagen de un posible entendimiento entre las tres potencias involucradas en el conflicto más devastador de Europa en las últimas décadas se desvanece. El Kremlin, una vez más, le cerró la puerta a una cumbre entre Vladimir Putin, Donald Trump y Volodimir Zelensky, pese a la propuesta concreta del presidente turco Recep Tayyip Erdogan y el visto bueno de Kiev y Washington.
Desde Moscú, el portavoz Dmitri Peskov fue tajante: “Dichos encuentros deben ser el resultado de avances reales en las negociaciones”. La respuesta enfrió las expectativas generadas tras las conversaciones directas en Estambul, que si bien no llegaron al alto el fuego, sí dejaron sobre la mesa algunos acuerdos humanitarios.
Turquía propone, Moscú congela
Erdogan había impulsado la idea de reunir a los cuatro líderes a finales de junio. Zelensky aceptó. Trump, a pesar de no estar en el poder, mostró apertura. La Casa Blanca lo confirmó: “Está dispuesto si ambas partes están dispuestas a dialogar”. Pero Moscú insistió en que no ve señales claras para un avance concreto.
La negativa se da en un contexto complejo: los últimos contactos entre Putin y Trump datan de 2018, y las recientes conversaciones en Turquía terminaron sin pacto de cese al fuego, aunque con un acuerdo para intercambiar prisioneros gravemente heridos y jóvenes soldados.
Condiciones irreconciliables
Las demandas de cada parte siguen siendo irreconciliables. Moscú quiere el reconocimiento de Crimea y otras regiones anexadas, el fin de la ley marcial en Ucrania, y elecciones en 100 días. Además, exige que Ucrania renuncie a unirse a la OTAN. Por su parte, Kiev rechazó rotundamente cada una de esas condiciones.
Un nuevo ciclo de diálogo fue propuesto por Ucrania entre el 20 y el 30 de junio. La respuesta rusa aún no ha llegado, pero Peskov confirmó que el Kremlin “espera una respuesta” a su propio memorando.
La guerra que no cesa
El conflicto entre Rusia y Ucrania, que estalló a gran escala en febrero de 2022, no muestra señales de frenarse. Cada intento diplomático parece chocar con la lógica de fuerza que prevalece en ambos bandos. Las condiciones para una cumbre de alto nivel siguen dependiendo de movimientos diplomáticos previos que aún no se concretan.
Trump ha insistido desde su plataforma en que podría intermediar y “terminar la guerra en 24 horas”, un mensaje que resuena fuerte entre sus seguidores pero que choca con la dureza de las posiciones rusas y ucranianas.


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