Putin revela el submarino nuclear Poseidón
Una semana después de anunciar el ensayo del misil de crucero Burevestnik, el presidente ruso Vladimir Putin sorprendió nuevamente al mundo. Desde el Hospital Militar Central en Moscú, frente a soldados heridos en Ucrania, el líder del Kremlin confirmó que Rusia probó con éxito el submarino no tripulado Poseidón, una nueva arma de propulsión nuclear que, según él, no tiene equivalente en el mundo.
Con un tono firme, Putin explicó que esta fue la primera vez que el sistema de propulsión nuclear del Poseidón fue activado tras su lanzamiento. “El aparato navegó durante un cierto tiempo impulsado por su sistema nuclear”, aseguró, describiendo el logro como un avance tecnológico que posiciona a Rusia en la vanguardia del poder militar global.
Un desafío directo a Estados Unidos
El anuncio no pasó desapercibido en Washington. Apenas unos días antes, Donald Trump había criticado abiertamente a Putin, instándolo a detener la guerra en Ucrania en lugar de probar nuevas armas. La respuesta del mandatario ruso pareció un mensaje directo: Rusia no cederá en su carrera armamentista.
“Por su velocidad, por la profundidad con que navega este submarino no tripulado, no tiene análogos en el mundo y difícilmente los tendrá en el horizonte próximo”, afirmó Putin con orgullo, en una clara demostración de fuerza ante sus adversarios.
El Poseidón, impulsado por un reactor nuclear cien veces menor que el de un submarino convencional, está diseñado para operar a grandes profundidades y recorrer miles de kilómetros sin ser detectado. Este avance marca un nuevo capítulo en la competencia tecnológica y militar entre Rusia y Estados Unidos.
La comparación con el misil Burevestnik
Durante su intervención, Putin comparó el nuevo submarino Poseidón con el misil de crucero Burevestnik, otro proyecto de propulsión nuclear recientemente probado. Mientras el Burevestnik cuenta con un reactor mil veces más pequeño que el de un submarino tradicional, el Poseidón posee un motor nuclear de mayor tamaño y una capacidad devastadora superior al misil intercontinental Sarmat.
“El Poseidón supera significativamente al Sarmat, que puede portar hasta 15 ojivas nucleares”, afirmó el presidente ruso, quien además confirmó que este último armamento “todavía no entra en servicio, pero lo hará pronto”.
Tensión en el frente ucranio
En medio de estos anuncios, Putin insistió en que miles de soldados ucranios permanecen rodeados en las regiones de Kupiansk y Pokrovsk. Durante su visita al hospital, el mandatario relató que, según los informes del jefe del Estado Mayor, Valeri Guerasimov, el ejército ruso mantiene una posición dominante en ambas zonas.
Con aparente disposición a una tregua temporal, el líder ruso ofreció cesar las hostilidades durante algunas horas para permitir el ingreso de periodistas rusos y extranjeros a las localidades en conflicto. “Queremos que vean lo que realmente está pasando”, declaró, aunque dejó entrever su desconfianza hacia Ucrania, advirtiendo sobre posibles provocaciones con drones.
Ucrania desmiente el cerco ruso
El mando militar ucranio rechazó categóricamente las declaraciones del Kremlin. “Las tropas ucranias no están rodeadas ni en Kupiansk ni en Pokrovsk”, afirmó Viktor Tregubov, vocero del ejército ucranio en Donietsk.
En un comunicado, el Estado Mayor ucranio aseguró que los combates son intensos, pero negó la existencia de un cerco. “Cualquier afirmación que sostenga lo contrario es pura fantasía y manipulación”, señalaron. Según los informes, las fuerzas rusas solo controlan parcialmente algunas zonas, mientras las tropas ucranias continúan resistiendo.
Analistas militares y periodistas especializados coincidieron en que las afirmaciones rusas no se sostienen con las imágenes satelitales ni los videos geolocalizados. Entre Pokrovsk y Myrnohrad, aún existe una franja libre de al menos seis kilómetros, lo que permitiría una eventual retirada táctica de las tropas ucranias si fuera necesario.
Un pulso estratégico entre potencias
Con la revelación del Poseidón, Putin no solo muestra el avance tecnológico de su país, sino que también envía un mensaje geopolítico al mundo: Rusia sigue siendo una potencia nuclear capaz de desafiar la hegemonía de Estados Unidos.
Mientras Occidente mantiene sanciones económicas y apoyo militar a Ucrania, Moscú refuerza su estrategia basada en el poder disuasorio. Los analistas coinciden en que este tipo de ensayos buscan fortalecer la imagen interna de Putin y proyectar control en un momento en que el conflicto ucranio se prolonga más de lo previsto.
El Poseidón: símbolo de una nueva era nuclear
El desarrollo del Poseidón representa un salto cualitativo en la doctrina militar rusa. Este submarino no tripulado puede desplazarse a velocidades superiores a los 100 km/h, sumergirse a más de mil metros de profundidad y portar una ojiva nuclear de alta potencia.
Diseñado para operar de manera autónoma, podría alcanzar objetivos estratégicos sin tripulación, lo que lo convierte en un arma de disuasión extrema. En palabras de Putin, “es el tipo de sistema que garantiza la seguridad de Rusia durante las próximas décadas”.
Un equilibrio inestable
El anuncio de Putin sobre el submarino Poseidón llega en un momento de alta tensión global. Mientras Rusia presume de sus avances tecnológicos, Ucrania continúa resistiendo y Estados Unidos observa con cautela los movimientos del Kremlin.
El equilibrio de poder parece moverse nuevamente hacia una nueva Guerra Fría, donde las demostraciones militares reemplazan a los acuerdos diplomáticos. En el tablero geopolítico actual, cada ensayo nuclear es más que una prueba: es un mensaje.


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