viernes, diciembre 19, 2025

Petro exige una “democracia global” ante crisis y violencia mundial

Desde la cumbre Celac-UE en Santa Marta, Gustavo Petro pidió construir una democracia global basada en la pluralidad frente a la expansión de la violencia mundial.

Petro llama a una nueva era de democracia global

En la ciudad caribeña de Santa Marta, Gustavo Petro, presidente de Colombia, elevó la voz ante líderes de América Latina y Europa con una propuesta que busca trascender fronteras: la creación de una “democracia global”. Su llamado resonó durante la IV cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE), marcada por la tensión política, las ausencias notables y los recientes episodios de violencia en el Caribe.

Petro habló con la convicción de quien se siente parte de una causa más grande que su país. “La bandera sigue siendo la misma: una humanidad libre y una democracia global que permita nuestra diferencia. Una humanidad unánime es una humanidad muerta”, declaró ante los asistentes.

El presidente colombiano buscó convertir el encuentro en un símbolo del diálogo entre civilizaciones, insistiendo en que solo la pluralidad y la diversidad cultural pueden rescatar a la humanidad del autoritarismo y la guerra.

Un Caribe herido y un mensaje de denuncia

El tono de Petro cambió cuando se refirió a los recientes ataques estadounidenses en aguas del Caribe. En un discurso cargado de crítica, calificó de “ejecución extrajudicial” la muerte de un pescador identificado como Alejandro Carranza, presuntamente alcanzado por misiles estadounidenses. “Y ahora caen misiles en el Caribe… fue asesinado”, sentenció.

El comentario encendió la controversia en una cumbre ya de por sí marcada por la tensión entre bloques. Mientras algunos líderes europeos evitaron mencionar directamente a Estados Unidos, Petro convirtió el tema en un eje moral de su intervención, denunciando lo que consideró una violación del derecho internacional y un acto de barbarie.

Una cumbre entre sombras y ausencias

La IV cumbre Celac-UE, celebrada por primera vez en territorio colombiano, arrancó con una asistencia mucho menor a la esperada. Solo nueve jefes de Estado acudieron, y varias figuras de peso cancelaron a última hora, incluida la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

La vicepresidenta de la Comisión, Kaja Kallas, acudió en su representación y destacó que “solo se puede recurrir a la fuerza en defensa propia o bajo resolución del Consejo de Seguridad de la ONU”. Su declaración buscó marcar distancia de los ataques estadounidenses sin mencionar directamente a Washington.

En la misma línea, el presidente Petro denunció que Estados Unidos ejerció presiones para evitar la participación plena de varios líderes en la cumbre. Pese a ello, afirmó que América Latina y Europa deben actuar como “faro unificado” frente a cualquier forma de violencia.

Europa y América Latina: un diálogo fracturado pero necesario

El encuentro, que pretendía reforzar la cooperación birregional, terminó reflejando las fracturas políticas que atraviesan ambos continentes. Las diferencias sobre la guerra en Ucrania, el comercio y el narcotráfico volvieron a evidenciarse.

Petro insistió en que la solución no está en las armas, sino en el entendimiento. “Aquí hay un diálogo de civilizaciones. Es posible una humanidad en la diferencia”, reiteró. Para él, la democracia global no es solo un ideal, sino una necesidad urgente ante el avance de la violencia, la desigualdad y las políticas de fuerza.

La sombra de Estados Unidos en el Caribe

Washington volvió al centro de la polémica tras retirar a Colombia su certificación como país aliado en la lucha contra el narcotráfico y sancionar económicamente al gobierno de Petro. El expresidente Donald Trump, durante su mandato, ordenó el despliegue de buques de guerra en el Caribe y el Pacífico para frenar el tráfico de drogas, una política que, según Petro, derivó en más muertes que soluciones.

Desde septiembre, el ejército estadounidense ha matado a más de 70 presuntos narcotraficantes en operaciones marítimas. “Son ejecuciones extrajudiciales”, reiteró Petro, cuestionando la legalidad de estas acciones.

El discurso del mandatario colombiano fue más allá de la denuncia: buscó abrir un debate sobre el papel de las potencias y la soberanía de las naciones del sur global frente al uso de la fuerza.

Lula y Europa: equilibrio político en la cumbre

El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva llegó a Santa Marta como una de las pocas figuras de peso presentes. Su presencia equilibró la balanza, sirviendo de puente entre América Latina y Europa en temas como el comercio, la transición ecológica y el polémico acuerdo UE-Mercosur.

También participaron António Costa, presidente del Consejo Europeo, y el español Pedro Sánchez, quienes enfatizaron la necesidad de fortalecer los lazos birregionales pese a las tensiones diplomáticas. Sin embargo, no se espera una declaración conjunta que mencione explícitamente a Estados Unidos ni los ataques en el Caribe, lo que deja ver la cautela europea.

Críticas a la organización y señales políticas

La politóloga Sandra Borda calificó la cumbre como un evento con “poca coreografía y mucha improvisación”. Según la experta, la falta de liderazgo y planeación restó peso político al encuentro y desalentó la participación de varios mandatarios.

Aun así, el discurso de Petro dominó la narrativa mediática, posicionándolo como una de las voces más críticas frente al intervencionismo y la falta de equidad en la política internacional.

Hacia una humanidad plural y libre

La propuesta de Petro no se limita a la retórica. Su idea de una “democracia global” busca cuestionar la hegemonía de los poderes tradicionales y abrir paso a una gobernanza mundial basada en el respeto, la cooperación y la diversidad.

“Una humanidad unánime es una humanidad muerta”, repitió. Su mensaje, entre filosófico y político, pretende despertar una reflexión global sobre la convivencia entre naciones en medio de un mundo dividido por guerras, sanciones y rivalidades ideológicas.

Petro y el sueño de una nueva civilización política

La cumbre Celac-UE terminó sin acuerdos concretos, pero con una declaración simbólica: la voz de Petro se alzó como un llamado a repensar el orden mundial. En un escenario donde los misiles caen sobre el Caribe y las sanciones sustituyen el diálogo, la propuesta de una democracia global se convierte en una provocación necesaria.

Para Petro, la política ya no puede construirse desde la uniformidad, sino desde la diferencia. Su visión de una humanidad plural —aunque utópica para algunos— marca un intento por redefinir el papel de América Latina en el tablero global.

Giovanna Cancino
Giovanna Cancino
Giovanna Cancino es una experimentada profesional de la comunicación, Licenciada en Ciencias y Técnicas de la Comunicación. Con más de una década de trayectoria en medios impresos y digitales, se ha consolidado como reportera y editora. Su profundo conocimiento se refleja en sus colaboraciones en la sección deportiva 'Sport Judge', así como en las importantes secciones Nacional e Internacional, asegurando una cobertura fiable y relevante para nuestros lectores.
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