Este sábado, el intento de destituir al presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, fracasó en la Asamblea Nacional debido al boicot del partido gobernante, el Partido del Poder Popular (PPP). La moción, promovida por la oposición tras la controvertida declaración de ley marcial, quedó invalidada al no alcanzar el quórum necesario.
El resultado refleja una creciente polarización política en Corea del Sur, que ha desencadenado masivas protestas en las calles de Seúl. Miles de ciudadanos exigieron la renuncia del mandatario, mientras otro grupo minoritario mostró su apoyo al presidente.
¿Qué sucedió en el Parlamento?
La iniciativa de la oposición para destituir a Yoon Suk-yeol, presentada después de que el mandatario decretara la ley marcial el pasado martes, solo contó con el voto de 195 parlamentarios de los 300 que integran la cámara. La ausencia masiva de los miembros del PPP fue clave para bloquear la moción.
Horas antes, el Parlamento también había rechazado una investigación contra la primera dama, Kim Keon-hee, por presunta corrupción. Este fracaso ya anticipaba el desenlace de la votación contra el presidente.
La ley marcial, aunque revocada por el Parlamento pocas horas después de su decreto, generó fuertes críticas por parte de la oposición, que calificó las acciones de Yoon como «anti-democráticas» y un intento de consolidar poder autoritario.
Protestas masivas en Seúl: una nación dividida
Mientras el Parlamento debatía, las calles de Seúl se llenaron de manifestantes. Según la policía, unas 150,000 personas se congregaron frente al edificio legislativo, aunque los organizadores estiman que la cifra alcanzó el millón.
Los manifestantes, en su mayoría opositores, denunciaron el decreto de la ley marcial y exigieron la renuncia de Yoon Suk-yeol. Por otro lado, una protesta paralela, aunque significativamente menor, reunió a simpatizantes del presidente.
El ambiente estuvo marcado por tensiones, con fuerzas policiales vigilando de cerca la situación para evitar enfrentamientos.
La figura de Yoon Suk-yeol bajo escrutinio
El presidente Yoon Suk-yeol ha enfrentado críticas desde su llegada al poder, pero la declaración de ley marcial marcó un punto de quiebre en su administración. Esta medida, que acusaba a la oposición de «actividades anti-estatales» y la calificaba de «pro-norcoreana», desató una ola de rechazo tanto en el ámbito político como social.
Además, las divisiones dentro del propio PPP muestran un debilitamiento del apoyo interno al mandatario. Al menos seis miembros de su partido rompieron la disciplina de voto en la moción contra la primera dama, revelando grietas en la base política del presidente.
¿Qué sigue para Corea del Sur?
La tensión política en Corea del Sur plantea desafíos significativos para el futuro inmediato. La incapacidad del Parlamento para destituir al presidente deja a Yoon Suk-yeol en una posición vulnerable, con su administración enfrentando crecientes cuestionamientos tanto en el ámbito nacional como internacional.
Por otro lado, la oposición busca capitalizar el descontento social para fortalecer su posición en las próximas elecciones. El desenlace de esta crisis política tendrá un impacto duradero en la estabilidad democrática del país.
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