En una jornada calificada como “histórica”, el papa León XIV recibió este lunes en el Vaticano a representantes de la Junta Global de Víctimas de Abusos (ECA Global), una organización que reúne a sobrevivientes de más de 30 países.
La cita fue interpretada por las víctimas como un paso esperanzador hacia una relación de cooperación y justicia con la Iglesia Católica.
“Fue una conversación profundamente significativa”, expresó Gemma Hickey, presidenta de ECA y sobreviviente canadiense. “Durante años buscamos ser escuchados, y hoy sentimos que nuestras voces finalmente encontraron eco en la Iglesia”.
Diálogo y compromiso: el mensaje de apertura del Papa
La reunión se llevó a cabo tras una carta enviada por la ECA al recién elegido pontífice. En un gesto de apertura, León XIV respondió positivamente, agradeciendo la oportunidad de un diálogo directo y respetuoso sobre el futuro de la protección de menores y adultos vulnerables.
“Vinimos no solo a expresar nuestras preocupaciones, sino a colaborar en soluciones globales”, explicó Janet Aguti, vicepresidenta de la organización y representante de Uganda.
Desde Estados Unidos, Tim Law, cofundador de ECA, subrayó que el objetivo del movimiento “no es la confrontación, sino la rendición de cuentas y la transparencia”.
La Iniciativa de “Tolerancia Cero”: un llamado a la acción global
Durante la audiencia, la ECA presentó su Iniciativa de Tolerancia Cero, que busca la implementación de políticas universales centradas en las víctimas.
El documento propone mecanismos de prevención, apoyo psicológico y reparación justa, además de un sistema internacional de vigilancia de casos dentro de las instituciones religiosas.
“Como sobreviviente de un internado, cargo con el peso del trauma intergeneracional”, compartió Evelyn Korkmaz, también de Canadá. “Pero esta reunión representa una oportunidad de transformación real hacia la verdad y la reconciliación”.
Esperanza, justicia y sanación
Desde Alemania, Matthias Katsch, otro de los delegados, destacó que las víctimas pidieron al papa garantías concretas de justicia y protección futura.
El encuentro concluyó con un mensaje conjunto: “Es urgente mantener un diálogo continuo basado en la compasión, la colaboración y el liderazgo de las víctimas”.
Con este gesto, el pontífice busca abrir una nueva etapa de transparencia y responsabilidad dentro de la Iglesia Católica, en un contexto donde la sociedad exige respuestas y acciones concretas.La reunión no solo simboliza una reconciliación necesaria, sino también una promesa de cambio hacia un futuro más seguro y justo para quienes fueron silenciados durante décadas.
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