China lideró la creación de la Organización Internacional de Mediación (OIM) en Hong Kong, con 33 países fundadores. Su objetivo: redefinir la resolución de conflictos y la gobernanza global, ofreciendo una alternativa a mecanismos existentes.
En un movimiento diplomático de gran alcance, la Organización Internacional de Mediación (OIM) fue formalmente establecida este viernes 30 de mayo de 2025, con una ceremonia de firma de su convención constitutiva en Hong Kong. Esta iniciativa, impulsada prominentemente por China, busca posicionar a la nueva entidad como un actor clave en la resolución pacífica de disputas a nivel mundial y en la reconfiguración de la gobernanza global.
La convención fue suscrita por representantes de 33 países, que se convierten así en miembros fundadores de la organización. Además, al acto asistieron representantes de alto nivel de más de 50 naciones y cerca de 20 organizaciones internacionales, lo que subraya el considerable interés global que ha suscitado esta iniciativa.
Según declaraciones oficiales emanadas durante el evento, la OIM nace con el propósito fundamental de «llenar el vacío de mecanismos en el campo de la mediación internacional» y servir como un «importante bien público para el estado de derecho que contribuye a mejorar la gobernanza global». Esta declaración sugiere una percepción, por parte de China y otras naciones participantes, de que los mecanismos de mediación existentes podrían ser insuficientes o no plenamente representativos de un orden mundial crecientemente multipolar.
La nueva organización se presenta como una plataforma que practica los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, encarna la «sabiduría de la coexistencia armoniosa entre civilizaciones» y demuestra el «espíritu inclusivo del estado de derecho».
La elección de Hong Kong como sede de la OIM, una decisión alcanzada por consenso entre los estados negociadores , es particularmente significativa. Ocurre en un momento en que China busca activamente reforzar el perfil internacional de la Región Administrativa Especial. Este movimiento complementa recientes evaluaciones positivas sobre la solidez financiera de Hong Kong y la confianza de los inversores en su rol como centro financiero internacional, extendiendo esta narrativa al ámbito del derecho y la diplomacia global. Establecer la sede de una organización de esta naturaleza en la ciudad es un claro esfuerzo por proyectar una imagen de relevancia y estabilidad continuas en el escenario mundial.
La Visión de China para la Mediación Internacional: Declaraciones de Wang Yi
El Canciller de China, Wang Yi, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China, desempeñó un papel central en la ceremonia. En su intervención, enfatizó la postura consistente de China en la arena internacional, abogando por que «las diferencias deben manejarse con entendimiento mutuo y adaptación», que «el consenso debe construirse a través del diálogo y la consulta», y que «el desarrollo debe promoverse con una actitud de cooperación de beneficio mutuo».
«Debemos abordar los problemas desde una perspectiva orientada al futuro, explorando activamente soluciones con características chinas para los asuntos candentes,» afirmó Wang Yi, subrayando la intención de Beijing de aportar sus propios enfoques y su visión particular a la resolución de disputas internacionales.
El ministro también expresó su esperanza de que las partes involucradas en la OIM «defiendan los propósitos de la Carta de las Naciones Unidas, lleven adelante el espíritu de reconciliación, cooperación y armonía, defiendan la equidad, la justicia y la ecuanimidad, y aboguen por la consulta extensa, la contribución conjunta y el beneficio compartido». Estas declaraciones apuntan a una voluntad de China de jugar un rol más activo y propositivo en la configuración de las normas y prácticas de la gobernanza global, ofreciendo un modelo que podría enfatizar la soberanía nacional y la búsqueda de consensos por vías alternativas a las tradicionalmente dominadas por Occidente.
Implicaciones Geopolíticas y el Futuro de la Diplomacia Multilateral
La creación de la Organización Internacional de Mediación es más que un simple añadido al ya complejo entramado de instituciones globales; representa una movida estratégica por parte de China para incrementar su influencia en el ámbito de la resolución de conflictos y el establecimiento de normas internacionales. Al no limitarse a participar en estructuras existentes, sino al impulsar la creación de una nueva, Beijing señala su intención de ofrecer un paradigma alternativo para la mediación, uno que podría resonar con naciones que buscan enfoques distintos a los que perciben como dominados por las potencias occidentales.
Este desarrollo podría llevar a una diversificación de los foros de mediación internacional, complementando, o en algunos casos compitiendo, con las estructuras ya establecidas. La OIM podría convertirse en una plataforma atractiva para países del Sur Global o para aquellos que perciben los mecanismos actuales como sesgados o poco efectivos para la defensa de sus intereses particulares. El énfasis en «soluciones con características chinas» y la «coexistencia armoniosa entre civilizaciones» sugiere un enfoque que podría priorizar principios como la no interferencia y el consenso por encima de otros.
La comunidad internacional observará de cerca cómo evoluciona esta nueva organización, su capacidad para atraer a más miembros y, fundamentalmente, su efectividad real en la resolución pacífica de disputas complejas. Su éxito o fracaso tendrá implicaciones significativas para el futuro de la diplomacia multilateral y el equilibrio de poder en el escenario global del siglo XXI.
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