viernes, diciembre 19, 2025

Muertes en Gaza: estudio revela más de 100 mil fallecidos

Muertes en Gaza supera las 100 mil víctimas según análisis del Instituto Max Planck, que advierte una caída histórica en la esperanza de vida y patrones de mortalidad extremos.

Las muertes en Gaza se han convertido en uno de los indicadores más devastadores del impacto humano dejado por la ofensiva israelí iniciada el 7 de octubre de 2023. Un estudio reciente del Instituto Max Planck de Investigación Demográfica (MPIDR) revela que el número de fallecidos en el enclave palestino supera con claridad las 100 mil personas, una cifra que marca un antes y un después en la comprensión estadística de la tragedia.

Los investigadores utilizaron modelos específicos para estimar la mortalidad real ante la falta de datos completos, integrando registros oficiales, información limitada de organismos internacionales y análisis comparativos con otros conflictos documentados.

Muertes en Gaza: el modelo que revela el verdadero impacto de la guerra

La investigación del MPIDR sobre las muertes en Gaza destaca por su metodología híbrida, creada para arrojar luz en escenarios donde los datos son escasos o fragmentados. El equipo científico se basó en cifras del Ministerio de Salud de Gaza, reportes de la ONG israelí B’Tselem, datos de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), registros del Grupo Interinstitucional para la Estimación de la Mortalidad Infantil (UN IGME) y estadísticas demográficas de Palestina.

Integrar estas fuentes permitió identificar rangos confiables sobre las muertes en Gaza, especialmente en periodos donde la infraestructura sanitaria y administrativa fue destruida durante la ofensiva militar.

El estudio sobre muertes en Gaza estima que, al 31 de diciembre de 2024, entre 70 mil 614 y 87 mil 504 personas habían sufrido una muerte violenta. Tras una actualización de datos, el análisis concluye que para octubre de 2025 el número total de fallecidos superó sin dudas las 100 mil personas.

La cifra sobre las muertes en Gaza es reveladora, no solo por su magnitud, sino por la velocidad con la que aumentó en comparación con otros conflictos contemporáneos. Los investigadores subrayan que el cálculo corresponde únicamente a muertes directas, sin incluir fallecimientos ocasionados por enfermedades, colapsos médicos, falta de alimentos o condiciones de desplazamiento forzado, lo que sugiere que el impacto real podría ser aún mayor.

La investigadora mexicana Ana C. Gómez-Ugarte explicó que la esperanza de vida en Gaza cayó un 44% en 2023 y un 47% en 2024, reducciones sin precedentes en registros modernos.

Estas cifras de las muertes en Gaza equivalen a pérdidas de más de tres décadas de vida promedio para la población gazatí, un retroceso difícil de encontrar incluso en países devastados por guerras prolongadas. Aun así, el estudio recalca que estas mediciones no incluyen el efecto acumulado de las muertes indirectas, lo que podría profundizar aún más la crisis demográfica en el enclave.

Impacto demográfico y diferencias entre estimaciones oficiales

Uno de los hallazgos más relevantes del análisis es que los patrones de edad y sexo en las muertes en Gaza coinciden con aquellos observados en genocidios documentados por organismos internacionales.

Aunque los investigadores enfatizan que su trabajo no busca determinar si existe o no un genocidio, las similitudes estadísticas llaman la atención por su consistencia. Según el reporte, la mayoría de las muertes corresponden a mujeres, niños y personas no combatientes, un patrón que en otros contextos ha sido interpretado como indicador de violencia sistemática.

El estudio también subraya las grandes diferencias entre las estimaciones científicas y los reportes oficiales. Mientras el modelo del Instituto Max Planck supera las 100 mil víctimas, el Ministerio de Sanidad de Gaza —administrado por Hamás— reporta aproximadamente 69 mil 546 fallecidos desde el inicio de la ofensiva.

Los investigadores consideran que esta brecha responde a limitaciones operativas, como la destrucción de hospitales, morgues y oficinas de registro civil, además del riesgo de recopilar información en zonas activamente bombardeadas. La discrepancia también refleja un problema histórico: los conflictos armados tienden a dejar enormes vacíos estadísticos que solo pueden ser cubiertos mediante estimaciones científicas basadas en técnicas demográficas avanzadas.

Los datos sugieren además que las condiciones humanitarias en Gaza han deteriorado gravemente la capacidad de respuesta del sistema de salud. Miles de personas han perdido la vida sin acceso a atención médica, y otros tantos han fallecido por heridas que habrían sido no letales en un entorno sanitario normal.

A esto se suman enfermedades, desnutrición, brotes infecciosos y falta de agua potable, factores que no fueron incluidos en la estimación principal del MPIDR. Por ello, los investigadores consideran que el número real de muertes en Gaza podría ser considerablemente mayor que el presentado en el modelo.

Más allá de las cifras, el estudio destaca la necesidad de interpretar estos datos con una perspectiva humanitaria. La población de Gaza ha sido sometida a un proceso de desplazamiento masivo, con comunidades enteras obligadas a abandonar sus hogares y vivir en refugios improvisados o campamentos temporales que carecen de servicios básicos.

Estos desplazamientos han fragmentado redes familiares, han dificultado el rescate de víctimas y han dejado a miles de personas expuestas a enfermedades y situaciones extremas. Los investigadores advierten que el impacto demográfico y social de este desplazamiento masivo podría sentirse durante generaciones.

Asimismo, los analistas señalan que la reconstrucción de los sistemas de salud, registro civil, educación y vivienda requerirá esfuerzos prolongados y coordinados a nivel internacional.

La crisis de muertes en Gaza también tendrá consecuencias en la distribución poblacional, el índice de crecimiento demográfico y los patrones migratorios. La pérdida de tantos jóvenes, madres y niños podría modificar la estructura de edad de la población, generar déficits de fuerza laboral en el futuro y provocar un impacto psicológico colectivo difícil de medir.

Finalmente, el Instituto Max Planck subraya que este tipo de estudios buscan aportar claridad en contextos donde la información oficial es insuficiente o contradictoria. La investigación insiste en que la comunidad internacional debe considerar tanto las muertes directas como indirectas para comprender el verdadero alcance de la tragedia.

Mientras no existan condiciones seguras para realizar censos completos, las estimaciones científicas seguirán siendo la herramienta más confiable para aproximarse a la dimensión real del conflicto.

Caro Ira
Caro Ira
Caro Ira es una destacada colaboradora en medios digitales, aportando su conocimiento y experiencia en deportes, tecnología y entretenimiento. Su habilidad para crear narrativa cautivadora para audiencias digitales garantiza contenido relevante y atractivo. Su experiencia en estos nichos específicos refuerza la autoridad y fiabilidad de nuestros artículos en estas áreas.
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