La prestigiosa organización Médicos Sin Fronteras ha lanzado una condena sin precedentes contra el nuevo mecanismo de distribución de ayuda en Gaza, respaldado por Estados Unidos e Israel, calificándolo de una «trampa mortal» que ha costado la vida a más de 500 personas. La denuncia expone un sistema que, lejos de aliviar el sufrimiento, lo instrumentaliza y agrava en medio de una hambruna inminente y un sistema de salud colapsado.
GINEBRA/GAZA.- En una de las declaraciones más contundentes emitidas por una organización humanitaria en el conflicto, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha exigido el desmantelamiento inmediato del esquema de ayuda operado por la llamada Gaza Humanitarian Foundation (GHF), describiéndolo como «matanza disfrazada de ayuda humanitaria». La acusación, emitida este viernes, sostiene que el mecanismo «degrada deliberadamente a los palestinos por diseño, forzándolos a elegir entre la inanición o arriesgar sus vidas por suministros mínimos».
Esta denuncia arroja luz sobre una paradoja mortal: el sistema creado para salvar vidas se ha convertido en una fuente de muerte. Según datos recopilados por la Oficina de Medios del gobierno de Gaza y corroborados por múltiples agencias en el terreno, más de 549 palestinos han sido asesinados y al menos 4,066 han resultado heridos desde el 27 de mayo, cuando comenzó a operar la GHF, mientras intentaban desesperadamente acceder a alimentos. Los informes del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y de los propios equipos de MSF describen una afluencia constante de pacientes con heridas de bala y metralla en los hospitales de campaña cercanos a los puntos de distribución, confirmando la violencia sistemática en estas zonas.
El Diseño de la Trampa: De la Descentralización a la Militarización
El análisis de la estructura del nuevo mecanismo revela por qué no se trata de un simple fallo logístico, sino de un diseño que parece destinado a crear el caos que denuncia MSF. Antes de la implementación de la GHF, la ayuda humanitaria, coordinada principalmente por las agencias de la ONU, se distribuía a través de aproximadamente 400 puntos repartidos por toda la Franja de Gaza. Este modelo descentralizado buscaba minimizar las aglomeraciones y reducir las peligrosas distancias que los civiles debían recorrer.
En contraste, el nuevo sistema canaliza toda la ayuda a través de solo cuatro o cinco sitios de distribución masiva, descritos por Aitor Zabalgogeazkoa, coordinador de emergencias de MSF, como «campos de fútbol rodeados de puestos de vigilancia, montículos de tierra y alambre de espino». Este modelo hiper-centralizado fuerza a miles de personas hambrientas y desesperadas a congregarse en espacios reducidos y fuertemente militarizados. El resultado es predecible: estampidas, caos y, como demuestran los informes, una violencia letal. La concentración de civiles se convierte en un blanco fácil, transformando la ayuda en un cebo dentro de lo que MSF ha calificado como una «trampa mortal».
Un Sistema Sanitario en Ruinas y una Hambruna que Avanza
La crisis en los puntos de distribución se suma a un colapso casi total del sistema sanitario de Gaza. Informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y estudios publicados en revistas médicas pintan un cuadro desolador: de los 36 hospitales que existían, solo 18 siguen funcionando parcialmente, y lo hacen en condiciones extremas, sin suministros básicos. MSF ha reportado no haber recibido insumos médicos esenciales, como gasas o guantes estériles, desde hace más de 11 semanas.
En un reflejo de la gravedad del bloqueo, la OMS anunció este viernes que había logrado introducir ayuda médica en Gaza por primera vez en más de tres meses, un logro que subraya la excepcionalidad del acceso en lugar de la norma.
Mientras tanto, la hambruna avanza sin control. La ONU advierte que casi 71,000 niños menores de cinco años podrían sufrir desnutrición aguda en los próximos meses si la situación no cambia drásticamente. Los equipos médicos en el terreno ya están viendo un aumento del 32% en pacientes con desnutrición. Las familias sobreviven con una sola comida al día, nutricionalmente pobre, y los adultos se saltan comidas para alimentar a los niños y a los ancianos.
Un Precedente Peligroso: La Instrumentalización de la Ayuda
Expertos y organizaciones humanitarias advierten que lo que ocurre en Gaza podría sentar un precedente global devastador. La GHF, un organismo formalmente privado pero respaldado por EE.UU. e Israel, opera al margen del marco humanitario tradicional de la ONU, basado en los principios de neutralidad, imparcialidad e independencia.
La Unión Europea ha expresado su oposición a la «privatización de la distribución de ayuda humanitaria», y MSF ha condenado la «instrumentalización» de la ayuda, convirtiéndola en una herramienta de coerción subyugada a objetivos militares. Si este modelo, que condiciona la asistencia vital al desplazamiento forzado y a la sumisión a un control militar, se normaliza, podría erosionar décadas de derecho internacional humanitario. El riesgo es que la ayuda deje de ser un derecho incondicional de las poblaciones civiles en conflicto para convertirse en un arma más en el arsenal de los beligerantes, con consecuencias catastróficas para los más vulnerables en crisis futuras en todo el mundo.


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