El Diálogo Shangri-La se convierte en un campo de batalla verbal: EE.UU. acusa a China de «prepararse creíblemente» para una acción militar contra Taiwán. Pekín replica advirtiendo a Washington que «no juegue con fuego», elevando la tensión regional al máximo.
El principal foro de seguridad de Asia, el Diálogo Shangri-La, celebrado en Singapur, fue el escenario de una escalada verbal sin precedentes entre Estados Unidos y China el pasado 1 de junio de 2025. Las acusaciones directas y las advertencias severas en torno al estatus de Taiwán han encendido las alarmas sobre la frágil estabilidad en la región del Indo-Pacífico.
Acusaciones de EE.UU.: «China se Prepara para la Invasión»
El Secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, lanzó una dura acusación contra Pekín, señalando que China representa una «amenaza para la región» y está «preparándose de forma creíble» para una acción militar que podría alterar drásticamente el equilibrio de poder en Asia. Según Hegseth, estas preparaciones incluyen ensayos para una posible invasión de Taiwán, isla autogobernada que China considera parte de su territorio.
Las declaraciones del jefe del Pentágono no se limitaron a Taiwán, sino que también apuntaron a las acciones de China en el Mar de China Meridional, describiendo a Pekín como una fuerza «desestabilizadora» que busca imponer su voluntad mediante la intimidación y la coerción. Hegseth instó a los aliados en la región Asia-Pacífico, incluyendo a Australia, a incrementar su gasto en defensa ante lo que calificó como una amenaza «real y potencialmente inminente».
La Ausencia China y la «Mentalidad de Guerra Fría»
Un hecho que subrayó la tensión fue la notable ausencia del Ministro de Defensa chino, Dong Jun, en la cumbre. Esta fue la primera vez desde 2019 (excluyendo los años de pandemia) que el máximo responsable de la defensa china no asiste al Diálogo Shangri-La. Analistas interpretaron esta ausencia como una señal del grave deterioro en las relaciones bilaterales y un posible boicot tácito al foro, especialmente después de que China enviara una delegación de menor rango.
Pekín, por su parte, acusó a Hegseth de «vilipendiar a China con acusaciones difamatorias» y de promover una «mentalidad de Guerra Fría» orientada a la confrontación de bloques.
La Férrea Respuesta de Pekín: «No Jueguen con Fuego»
La reacción de China a las palabras de Hegseth fue inmediata y contundente. El Ministerio de Asuntos Exteriores chino emitió un comunicado advirtiendo a Estados Unidos que «no juegue con fuego» en relación con Taiwán. Pekín reiteró su postura de que Taiwán es un asunto interno y que se reserva el derecho de usar la fuerza para lograr la reunificación.
El comunicado chino calificó las acciones de Washington en la región Asia-Pacífico como un intento de convertir la zona en un «polvorín». Además, Pekín rechazó las afirmaciones estadounidenses sobre las amenazas a la navegación marítima, asegurando que siempre ha promovido el diálogo para resolver disputas regionales y ha salvaguardado sus derechos territoriales conforme al derecho internacional. «Estados Unidos es el mayor factor que socava la paz y la estabilidad en el Mar de China Meridional», sentenció el ministerio.
«El US no debería albergar ilusiones sobre el uso de la cuestión de Taiwán como moneda de cambio para contener a China, ni debería jugar con fuego.» – Ministerio de Asuntos Exteriores de China.
Un Continente en Vilo: ¿Hacia un Conflicto Mayor?
Esta confrontación verbal se produce en un contexto de crecientes maniobras militares chinas alrededor de Taiwán y frecuentes escaramuzas en el Mar de China Meridional, especialmente con Filipinas. La combinación de una retórica militarista y la ausencia en foros de diálogo clave como el Diálogo Shangri-La sugiere una calculada demostración de fuerza y descontento por parte de Pekín.
La situación es tan tensa que cualquier error de cálculo o malentendido podría desencadenar un conflicto con consecuencias devastadoras no solo para Taiwán, sino para la paz y la estabilidad de todo el continente asiático y, por extensión, para la economía global. Las naciones de la ASEAN y otras potencias regionales observan con creciente preocupación cómo la rivalidad entre las dos mayores economías del mundo amenaza con arrastrarlas a una confrontación de consecuencias impredecibles.


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