Japón comunicó haber logrado «progresos» en las cruciales conversaciones comerciales con Estados Unidos para mitigar los aranceles impuestos por Washington, aunque admitió que aún no se ha alcanzado un «punto de acuerdo». Paralelamente, el Vicegobernador del Banco de Japón, Uchida Shinichi, ofreció un discurso sobre la perspectiva de las operaciones del banco central.
Negociaciones arancelarias con EEUU: Un camino difícil
El gobierno japonés informó recientemente que se han realizado «progresos» durante la quinta ronda de conversaciones comerciales con funcionarios estadounidenses. El objetivo principal de estos diálogos es lograr una reducción o eliminación de los aranceles impuestos por la administración del presidente Donald Trump, que afectan sensiblemente a la economía nipona. Sin embargo, Tokio fue cauto al señalar que, a pesar de los avances, «aún no se ha encontrado un punto de acuerdo» definitivo.
Los aranceles en el centro de la disputa incluyen una tasa base del 10% sobre la mayoría de los productos, además de gravámenes más severos sobre exportaciones japonesas vitales como los automóviles (25%), el acero y el aluminio.
Adicionalmente, Estados Unidos anunció en abril un arancel «recíproco» del 24% específicamente contra Japón, aunque su aplicación fue temporalmente suspendida hasta principios de julio. Recientemente, en junio, Washington duplicó los aranceles a las importaciones de acero y aluminio al 50%, intensificando la presión.
Ryosei Akazawa, ministro japonés de Revitalización Económica y principal negociador en estas conversaciones, se reunió el 6 de junio en Washington con el Secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, y el Secretario de Comercio, Howard Lutnick. Akazawa manifestó la esperanza de alcanzar un acuerdo «lo antes posible». La industria automotriz japonesa, que representa aproximadamente el 8% de los empleos del país, es una de las más perjudicadas por los aranceles del 25%.
Esta situación se agrava por la contracción del 0.2% que experimentó la economía japonesa en el primer trimestre de 2025. Aunque no hubo declaraciones específicas de las asociaciones industriales como la JAMA (automóviles) o JISF (acero) este 7 de junio, la Federación Japonesa del Hierro y el Acero (JISF) había expresado previamente su preocupación por el uso de los aranceles como moneda de cambio en negociaciones comerciales más amplias.
Cumbre del G7 en la mira
Estas negociaciones se desarrollan en un contexto político delicado para el Primer Ministro japonés, Shigeru Ishiba, quien enfrenta presiones internas debido a la situación económica y con miras a las elecciones para la cámara alta previstas para julio. Un resultado favorable en las conversaciones con EEUU podría fortalecer su posición.
Todas las miradas están puestas en la próxima cumbre del G7, que comenzará el 15 de junio en Canadá. Se espera que en el marco de esta cumbre se produzca una reunión bilateral entre el Primer Ministro Ishiba y el Presidente Trump, donde el tema arancelario será, sin duda, central. El gobierno japonés aspira a poder presentar avances concretos en dicha reunión.
Para Japón, estos diálogos son vitales no solo para su salud económica, sino también para la estabilidad política del gobierno de Ishiba y para la solidez de su alianza estratégica con Estados Unidos. El «progreso» comunicado, aunque aún no se traduzca en un acuerdo final, busca generar un ambiente positivo y calmar las expectativas antes del crucial encuentro entre ambos líderes.
Perspectivas Económicas
En paralelo a las negociaciones comerciales, el frente monetario también estuvo activo. El Vicegobernador del Banco de Japón (BoJ), Uchida Shinichi, pronunció un discurso el 7 de junio durante la reunión anual de primavera de la Sociedad Japonesa de Economía Monetaria. Su intervención, titulada «El Banco de Japón desde la Perspectiva de las Operaciones Comerciales», fue seguida de cerca por los mercados.
Si bien los detalles específicos de su alocución no trascendieron inmediatamente en su totalidad, se anticipaba que abordaría la política monetaria actual del BoJ, la situación de la inflación en el país (que históricamente ha luchado contra la deflación), las perspectivas de crecimiento económico y los desafíos que enfrenta la economía japonesa, incluyendo el impacto potencial de los aranceles y la coyuntura económica global.
El discurso del Vicegobernador Uchida llega en un momento crítico. Mientras el gobierno negocia en el frente comercial, el BoJ tiene la tarea de calibrar su política monetaria para sostener una economía que muestra signos de fragilidad, gestionar las presiones inflacionarias (o deflacionarias) y responder a la incertidumbre internacional. Sus palabras serán minuciosamente analizadas en busca de cualquier señal sobre futuras directrices del banco central, en un entorno que exige un delicado equilibrio entre estímulo y estabilidad.
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