En una declaración que sacude los cimientos de la geopolítica asiática, el Subjefe del Ejército de la India ha confirmado públicamente que China proporcionó apoyo de inteligencia satelital en tiempo real a Pakistán durante el reciente conflicto de alta intensidad.
La ya tensa relación entre las potencias nucleares de Asia ha entrado en una nueva y peligrosa fase. El Teniente General Rahul R Singh, Subjefe del Ejército de la India (Desarrollo de Capacidades y Sostenimiento), ha hecho una revelación sin precedentes que confirma las peores sospechas de Nueva Delhi: durante la «Operación Sindoor», el breve pero intenso conflicto con Pakistán en mayo de 2025, India no se enfrentó a uno, sino a tres adversarios.
«Teníamos una frontera y dos adversarios, en realidad tres. Pakistán estaba al frente. China proporcionaba todo el apoyo posible», declaró el Tte. Gral. Singh en un seminario sobre tecnología militar.
La declaración va más allá de la conocida alianza material, donde el 81% del hardware militar de Pakistán es de origen chino. Singh afirmó que Pekín proporcionó a Islamabad «imágenes satelitales en vivo» sobre los movimientos y despliegues de las fuerzas indias, un nivel de cooperación que transforma fundamentalmente la dinámica del conflicto en el subcontinente.
Un «Laboratorio en Vivo» para las Armas Chinas
El alto mando militar indio fue aún más lejos, acusando a China de utilizar el conflicto como un «laboratorio en vivo» para probar su arsenal contra los sistemas indios. Según Singh, Pekín siguió el antiguo dictado de «matar con un cuchillo prestado», utilizando a su vecino para infligir daño sin involucrarse directamente en el combate.
Durante las hostilidades, que tuvieron lugar entre el 7 y el 10 de mayo, Pakistán utilizó una amplia gama de armamento chino, incluyendo cazas J-10 que dispararon misiles aire-aire de largo alcance PL-15 y baterías de misiles de defensa aérea HQ-9. Esta situación permitió a China evaluar el rendimiento de sus armas en un escenario de combate real contra un adversario tecnológicamente avanzado como la India.
«Es como un laboratorio en vivo disponible para ellos. Es algo de lo que tenemos que ser muy conscientes», advirtió el Teniente General Singh, quien también señaló el papel de Turquía en el suministro de drones a Pakistán.
Contradicciones y Reacciones Políticas
Estas explosivas revelaciones contrastan notablemente con declaraciones anteriores de altos funcionarios indios, que habían adoptado un tono más cauteloso. El Jefe del Estado Mayor de la Defensa, General Anil Chauhan, había minimizado previamente el papel de China, sugiriendo que no había «pruebas de apoyo a la selección de objetivos en tiempo real» por parte de Pekín. Este cambio en la narrativa pública sugiere un intenso debate dentro del estamento de defensa indio sobre cómo comunicar la gravedad de la amenaza coordinada.
La reacción política no se ha hecho esperar. El principal partido de la oposición, el Congreso Nacional Indio, ha aprovechado las declaraciones de Singh para exigir un debate parlamentario sobre el estado de las relaciones entre India y China, acusando al gobierno del Primer Ministro Narendra Modi de haber ocultado la verdad al país desde los enfrentamientos fronterizos de 2020.
Por su parte, la respuesta de China ha sido evasiva. Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores se limitó a calificar la disputa fronteriza como «complicada» y que «llevará tiempo resolver», sin abordar directamente las graves acusaciones de apoyo militar a Pakistán.
La confirmación pública por parte de un alto mando militar indio no es una simple acusación; representa una recalibración estratégica fundamental. Durante años, la India ha planificado bajo la hipótesis de una guerra en dos frentes. La «Operación Sindoor» y las revelaciones posteriores demuestran que la amenaza ha evolucionado hacia un único frente coordinado y tecnológicamente integrado.


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