Una noche de incertidumbre que cambió el rumbo político de Alemania
La tarde del martes parecía ser una mera formalidad para Friedrich Merz. Tras ganar las elecciones en febrero y formar una coalición inédita entre la CDU y el SPD, se esperaba que el Bundestag confirmara su nombramiento como nuevo canciller sin complicaciones. Pero la política alemana es hoy un terreno más movedizo que nunca.
La primera votación fue un golpe demoledor. A solo seis votos de lograr la mayoría necesaria, Merz experimentó una derrota sin precedentes que dejó al país en vilo. En la historia moderna de Alemania, nunca un canciller designado había sido rechazado en una votación parlamentaria.
Horas después, la historia cambió. En una segunda ronda convocada de urgencia, Merz logró 325 votos y se convirtió oficialmente en el sucesor de Olaf Scholz. No obstante, la grieta en su propia coalición quedó al descubierto.
Coalición CDU-SPD: un pacto forzado para frenar a la ultraderecha
Merz llegó al poder con una alianza incómoda pero estratégica. Su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), no obtuvo los escaños suficientes para gobernar en solitario. Su única opción viable fue pactar con el tradicional rival: el Partido Socialdemócrata (SPD). Juntos, buscaron mantener al partido ultraderechista AfD fuera del gobierno.
La llamada “muralla de contención” que impide a la extrema derecha llegar al poder —una norma no escrita del sistema alemán desde la Segunda Guerra Mundial— se sostuvo, aunque cada vez luce más endeble. El AfD, segundo en las elecciones, lidera encuestas en algunos estados y ha sabido capitalizar cada grieta del sistema.
La sombra del AfD y la amenaza de nuevas elecciones
El revés parlamentario de Merz fue música para los oídos del AfD. Su líder, Alice Weidel, no tardó en exigir la dimisión del nuevo canciller y en convocar nuevas elecciones. “Estamos listos para gobernar”, declaró.
La votación secreta ha dejado preguntas sin respuesta. ¿Quién traicionó a Merz? ¿Fue una señal de debilidad estructural en la coalición o un castigo anticipado por su estilo confrontativo?
Zeitenwende: el punto de inflexión que redefine la política alemana
Más allá de las disputas partidistas, Merz asume el poder con la firme intención de continuar y reforzar el cambio de paradigma iniciado por su antecesor Olaf Scholz: el llamado “Zeitenwende”, o punto de inflexión.
Alemania se propone romper con su tradicional cautela militar y aumentar su presupuesto de defensa para modernizar un ejército desactualizado. Esta política cobra mayor urgencia ante las amenazas veladas del expresidente estadounidense Donald Trump de abandonar la defensa europea y cortar el apoyo a Ucrania.
Merz ya obtuvo mayoría para reformar el “freno de la deuda”, una cláusula constitucional que limita el endeudamiento público. Su objetivo es claro: garantizar la seguridad alemana sin depender ciegamente de sus aliados.
Zelenski y Europa observan: el liderazgo alemán en juego
La reacción internacional no se hizo esperar. El presidente ucraniano Volodímir Zelenski felicitó a Merz y lo llamó a fortalecer el liderazgo europeo. Alemania, como potencia económica del continente, tiene un rol clave que jugar en la estabilidad política y militar de Europa.
Pero ese liderazgo exigirá firmeza, unidad interna y una visión clara en un momento de profundo escepticismo social y ascenso populista.
El hombre detrás del político: el regreso de Merz tras años en la sombra
Friedrich Merz no es un novato en la política. Nació en 1955 en una familia católica conservadora y se unió joven a las juventudes de la CDU. Fue eurodiputado y luego diputado federal. En 2003, ganó notoriedad proponiendo simplificar las leyes fiscales alemanas al punto de que pudieran calcularse “en el reverso de un posavasos”.
Su camino político fue interrumpido tras choques con Angela Merkel. Trabajó como abogado corporativo hasta que, en 2022, volvió al ruedo y asumió el liderazgo del partido. Ahora, como canciller, enfrenta el desafío más complejo de su vida pública.
Una era de desafíos, divisiones y decisiones estratégicas
Friedrich Merz comienza su mandato como canciller alemán en medio de una tormenta política. Las divisiones internas, el auge de la ultraderecha, la redefinición del papel militar de Alemania y las tensiones globales marcarán su gestión desde el primer minuto.
Lo que parecía un triunfo seguro se convirtió en una advertencia clara: gobernar Alemania hoy exige mucho más que ganar una votación. Exige sostener un equilibrio frágil entre la tradición democrática y los desafíos de una nueva era.
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