El eco de una palabra resonó en toda Europa: “Palestina libre”. Miles de banderas ondearon en ciudades como Madrid, París, Londres, Roma y Lisboa, donde cientos de miles de ciudadanos salieron a las calles para denunciar lo que califican como “genocidio” y “limpieza étnica” en Gaza.
La jornada marcó el segundo aniversario del inicio de la ofensiva israelí, pero más allá de la fecha, simbolizó un grito colectivo por la dignidad humana. En plazas, avenidas y frente a embajadas, los manifestantes exigieron el cese de la violencia y la liberación de activistas detenidos durante la misión Global Sumud Flotilla, que buscaba entregar ayuda humanitaria al enclave palestino.
Madrid y Barcelona: el corazón de la solidaridad
En España, las imágenes fueron impactantes. Barcelona amaneció con 70 mil personas según la policía, y 300 mil según los convocantes, llenando las calles de color verde, blanco y negro. La exalcaldesa Ada Colau y varios diputados autonómicos participaron en el acto, que culminó con una acampada simbólica frente al World Trade Center.
En Madrid, una marea humana recorrió el Paseo del Prado hasta la Puerta del Sol, al grito de “Son activistas, no terroristas” y “Palestina libre”. Los cánticos y las banderas se mezclaron con lágrimas, rabia y esperanza. “No es solo Gaza, es la humanidad entera la que sangra”, dijo un manifestante ante las cámaras.
De Roma a Londres: el continente alza la voz
En Italia, más de un millón de personas participaron en marchas desde Roma hasta Milán, cruzando sitios emblemáticos como el Coliseo y el Circo Máximo. Las consignas clamaban por justicia, paz y sanciones internacionales contra Israel.
Londres, por su parte, vivió una protesta histórica en Trafalgar Square, pese a la resistencia policial. La detención de más de 300 manifestantes, muchos de ellos adultos mayores, provocó indignación mundial. “Apoyar a Palestina no es terrorismo”, decía una pancarta que se volvió viral.
Mientras tanto, en Lisboa, miles marcharon en apoyo a la diputada Mariana Mortágua, quien formó parte de la flotilla humanitaria. Portugal, sensibilizado por la tragedia, exigió respeto al derecho internacional y al fin del bloqueo de Gaza.
El poder del pueblo frente a la indiferencia política
Las manifestaciones no solo fueron protestas: fueron una declaración moral contra la pasividad internacional. Desde colectivos estudiantiles hasta asociaciones religiosas, la diversidad de voces reflejó el cansancio de Europa ante la impunidad del conflicto.
“Europa no puede mirar hacia otro lado”, exclamó una activista en París, mientras decenas de pancartas mostraban frases como “Stop complicidad” o “Somos todos palestinos”.
Estas movilizaciones reafirman que la opinión pública europea se inclina cada vez más hacia la defensa de los derechos humanos en Medio Oriente, un cambio que podría presionar a gobiernos y organismos internacionales.
Un movimiento que trasciende fronteras
Las marchas por Palestina no fueron un hecho aislado, sino parte de un movimiento global que conecta causas sociales, ambientales y de justicia internacional. Desde América Latina hasta Asia, la solidaridad se multiplica.
Europa se convirtió, por un día, en el reflejo de una humanidad que se niega a callar ante el dolor ajeno.


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