La Nación Tohono O’odham, un pueblo originario que habita desde tiempos ancestrales en los desiertos del noroeste de Sonora y el sur de Arizona, denunció que el gobierno de Estados Unidos impondrá una cuota de mil dólares a cada uno de sus miembros cada vez que crucen la frontera entre ambos países. La comunidad calificó la disposición como una medida “injusta, discriminatoria y lesiva” para su identidad binacional y su derecho al libre tránsito en sus propias tierras.
De acuerdo con el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), la nueva tarifa forma parte de la ley H.R. 1, One Beautiful Bill Act, aprobada a principios de 2025, que contempla incrementos generalizados en las tarifas migratorias. El cobro, denominado “tarifa de libertad condicional migratoria”, aplicará a todos los no ciudadanos que ingresen a territorio estadounidense a través de puertos de entrada como Lukeville, Arizona, uno de los principales pasos fronterizos con Sonora.
Una comunidad dividida por una frontera
La Nación Tohono O’odham cuenta con aproximadamente 30 mil miembros en Estados Unidos y cerca de 5 mil en México, distribuidos en comunidades que históricamente han compartido territorio, cultura y tradiciones en el desierto del Sonora-Arizona. Sin embargo, la creación de la línea fronteriza y el posterior levantamiento del muro entre ambos países dividió su territorio ancestral, separando a familias y templos sagrados.
Para los Tohono O’odham, el cruce fronterizo no representa un acto migratorio, sino una práctica cotidiana, espiritual y cultural que los mantiene unidos. Muchos cruzan regularmente para visitar a familiares, participar en ceremonias religiosas o recibir atención médica, actividades que ahora quedarían sujetas a un pago de mil dólares por ingreso.
“Una injusticia innecesaria”
En un comunicado oficial, Verlon Jose, presidente de la Nación Tohono O’odham, expresó su rechazo a la medida, a la que calificó como una violación directa a los derechos culturales y humanos de su pueblo.
“Esta ley impone una carga innecesaria a los miembros de nuestra Nación que viven en nuestras tierras ancestrales en México, muchos de los cuales cruzan regularmente la frontera para visitar a sus familias, recibir atención médica y participar en prácticas religiosas. Causa un daño significativo a nuestra gente sin mejorar la seguridad de nadie ni de nuestras comunidades”, señaló el líder tribal.
La nueva cuota solo contempla exenciones limitadas, como en casos de emergencias médicas que pongan en riesgo la vida, lo que deja sin alternativa a cientos de familias que dependen del tránsito libre entre ambos lados de la frontera.
Afectación cultural, espiritual y económica
Organizaciones de derechos humanos y colectivos indígenas advirtieron que la disposición no solo tendrá repercusiones económicas, sino también sociales y culturales. La tarifa de mil dólares por cruce —sumada al aumento en los costos de asilo, visas y trámites migratorios— impactará especialmente a las comunidades con menos recursos, que ahora enfrentarán una barrera económica para mantener sus vínculos familiares y espirituales.
De acuerdo con los líderes tradicionales O’odham, esta medida desconoce los tratados y acuerdos históricos que reconocían el carácter transfronterizo de su nación y garantizaban el libre tránsito de sus miembros para actividades religiosas y culturales.
Los ancianos de la comunidad han subrayado que la doble nacionalidad que poseen muchos de sus integrantes no debería ser condicionante para ejercer su derecho ancestral de circular por su propio territorio.
La ley H.R. 1 y sus implicaciones migratorias
La ley H.R. 1 fue impulsada por el Congreso estadounidense bajo el argumento de reforzar la seguridad fronteriza y financiar la infraestructura migratoria, pero críticos y activistas sostienen que su aplicación representa un retroceso en materia de derechos humanos.
La llamada “tarifa de parole migratorio” se ajustará anualmente conforme a la inflación y busca, según sus promotores, “compensar los costos del procesamiento migratorio”. Sin embargo, especialistas en políticas fronterizas advierten que su implementación afecta desproporcionadamente a comunidades indígenas y a migrantes de bajos ingresos.
Acciones legales y defensa internacional
Ante la nueva política, la Nación Tohono O’odham anunció que presentará una denuncia ante organismos internacionales de derechos humanos, al considerar que la medida vulnera tratados sobre pueblos originarios y libre determinación. Además, las autoridades tribales señalaron que continuarán el diálogo con el gobierno de Estados Unidos para buscar una exención específica que reconozca su estatus como comunidad indígena binacional.
Mientras tanto, organizaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han comenzado a documentar los efectos potenciales de la medida en la región fronteriza, advirtiendo que profundiza la separación familiar y cultural entre los pueblos originarios del norte de México y el suroeste de Estados Unidos.
La imposición de una cuota de mil dólares por cruce fronterizo a los miembros de la Nación Tohono O’odham representa uno de los desafíos más serios a su identidad cultural y autonomía ancestral en décadas. Lo que para el gobierno estadounidense es un ajuste migratorio, para esta comunidad significa una ruptura con siglos de historia compartida en el desierto del Sonora-Arizona.
Mientras el debate continúa, los Tohono O’odham reafirman su compromiso de defender su derecho al libre tránsito en sus propias tierras, recordando que las fronteras políticas no pueden borrar los lazos espirituales y familiares que los unen.


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