El Tribunal Supremo de España generó asombro al anunciar la condena contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por un delito de revelación de secretos. El alto tribunal impuso una multa de 7 mil 200 euros, además de dos años de inhabilitación, lo que implica su salida inmediata de la Fiscalía General del Estado.
La resolución también obliga a García Ortiz a pagar 10 mil euros de indemnización a Alberto González Amador, pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
La sentencia, cuyo contenido completo será notificado en los próximos días, se dio a conocer de manera anticipada por la Sala Segunda del Supremo, que informó el sentido del fallo antes de su publicación formal. La resolución no estuvo exenta de división interna: dos magistradas, Ana Ferrer y Susana Polo, ambas de perfil progresista, emitieron votos particulares en desacuerdo.
Un fallo dividido dentro del Tribunal Supremo de España
La condena refleja un choque evidente dentro del Poder Judicial de España. Aunque la ponencia de la sentencia correspondía a la magistrada Susana Polo, la mayoría de los jueces se manifestó a favor de la condena. Por ello, la redacción final será asumida por el presidente del Supremo y de la Sala Penal, Andrés Martínez-Arrieta, un movimiento poco habitual que visibiliza las tensiones internas.
El fallo llega apenas una semana después de que concluyera el juicio, tras seis días de alegatos, revisión de pruebas y la declaración de 40 testigos, incluidos agentes de la Guardia Civil de España. Durante todo el proceso, García Ortiz sostuvo su inocencia y negó haber filtrado el correo electrónico que dio origen al caso.
El correo filtrado que detonó el caso de Álvaro García Ortiz

De acuerdo con las acusaciones, el fiscal general habría autorizado la filtración de un correo enviado por el abogado de Alberto González Amador durante una negociación jurídica. En ese mensaje, la defensa reconocía ante la Fiscalía la comisión de dos delitos contra la Hacienda Pública como parte de un intento por evitar un juicio penal.
Las acusaciones sostuvieron que la filtración dañó de manera directa a González Amador y que García Ortiz actuó de manera “directiva y consciente” en la divulgación del contenido, un argumento que la Sala Segunda del Supremo consideró acreditado.
En contraste, tanto la Fiscalía como la Abogacía del Estado —que defendió a García Ortiz— solicitaron la absolución, alegando falta de pruebas concluyentes. Las acusaciones populares y la defensa del afectado, sin embargo, reclamaban penas de entre 3 y 6 años de prisión. Aunque la Sala descartó imponer cárcel, sí consideró justificada la inhabilitación.
Impacto en la política española
Entre los 40 testigos que comparecieron durante las audiencias realizadas entre el 3 y el 13 de noviembre, declararon figuras políticas y mediáticas de alto perfil.
Entre ellas:
- Alberto González Amador
- Miguel Ángel Rodríguez, jefe de gabinete de Díaz Ayuso
- Francesc Vallés, ex secretario de Estado de Comunicación
- Pilar Sánchez Acera, ex alto cargo de La Moncloa
- Juan Lobato, exlíder del PSOE madrileño
- Doce periodistas de distintos medios
Las declaraciones evidenciaron el fuerte trasfondo político del caso, que involucra al Gobierno de España, la Comunidad de Madrid, la Fiscalía y diversos actores mediáticos.
La sentencia desató reacciones inmediatas tanto del Gobierno como de la oposición y otros actores políticos. Desde el primer momento, el presidente de España, Pedro Sánchez defendió la inocencia de García Ortiz. Tras conocerse el fallo, fuentes de la presidencia afirmaron que respetan la decisión del Supremo, aunque no la comparten.
El Partido Popular utilizó la resolución para lanzar críticas directas, escribiendo en X:
“El Fiscal General del Estado no revelará más datos confidenciales durante los próximos dos años”.
Desde Podemos, la secretaria general Ione Belarra acusó a la “derecha judicial y mediática” de perseguir políticamente al fiscal general para proteger a Ayuso y su entorno. En un mensaje contundente en X, afirmó: “Puro golpismo judicial. Basta ya”.


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