Las elecciones presidenciales de 2024 en Estados Unidos dejaron una mezcla de sensaciones: una mejora en los procesos electorales, pero un resultado que evidencia profundas tensiones sociales y políticas.
Por un lado, la elección se desarrolló con claridad técnica. Los sistemas funcionaron, los resultados se anunciaron sin mayores contratiempos, y la candidata perdedora aceptó la derrota de inmediato. Sin embargo, el triunfo de Donald Trump, un personaje con un historial autoritario, plantea preguntas sobre las prioridades del electorado y los desafíos para la democracia.
Economía: El motor del voto estadounidense
Más allá de las controversias políticas, el factor decisivo para el electorado fue el desempeño económico. Aunque las administraciones demócratas anteriores lograron reducir el desempleo, la inflación y la inseguridad económica continúan pesando en la percepción ciudadana.
El discurso económico de Trump:
- Populismo coherente: Vinculó el cierre de fronteras con mayores oportunidades laborales para los ciudadanos regulares.
- Migración como amenaza: Logró que la población identificara la migración ilegal como el principal problema económico del país.
- Promesas de prosperidad: Posicionó la frase “Make America Great Again” como un llamado nostálgico a mejores tiempos económicos.
En contraste, los demócratas no lograron articular una narrativa económica convincente que desarmara estas propuestas simplistas pero efectivas.
¿Autoritarismo o pragmatismo? El dilema de los votantes
Aunque tres de cada cuatro estadounidenses perciben a Trump como un riesgo autoritario (según el National Election Pool), esto no impidió su triunfo. ¿Por qué?
Hipótesis clave según Pippa Norris:
- Promesas incumplidas: Durante su primer mandato, Trump no cumplió muchas de sus amenazas más alarmantes, lo que llevó a sus seguidores a descartarlas como retórica.
- Futuro económico prioritario: La percepción de una mejor economía bajo su mandato pesó más que sus inclinaciones autoritarias.
- Confianza en los contrapesos: Los votantes parecen confiar en que las instituciones democráticas limitarán cualquier exceso presidencial.
El papel de las consultas ciudadanas: Una luz en la democracia
Un aspecto notable de estas elecciones fue la cantidad de referendos que se realizaron en paralelo. Los votantes decidieron directamente sobre temas clave como:
- Derecho al aborto.
- Reformas electorales locales.
- Legalización de la marihuana.
- Impuestos estatales.
Estados como Arizona y Nevada aprobaron derechos progresistas como el aborto, a pesar de elegir a Trump como presidente. Esto evidencia una ciudadanía que aún cree en la democracia como herramienta de cambio, aunque las dinámicas presidenciales sean contradictorias.
Bernie Sanders y la crítica al Partido Demócrata
La falta de conexión de los demócratas con las clases trabajadoras fue un factor determinante. Según Bernie Sanders, el partido ha perdido su esencia al alejarse de los problemas de los trabajadores.
Errores estratégicos de los demócratas:
- Poca audacia: La candidata demócrata, Kamala Harris, evitó compromisos claros con los sectores obreros.
- Desconexión con minorías: Aunque históricamente las comunidades afroamericanas y latinas han apoyado al Partido Demócrata, esta elección marcó un récord de votos republicanos en estos sectores.
Lecciones para el futuro: Más allá del triunfo de Trump
Las elecciones de 2024 no marcan el fin de la democracia en Estados Unidos, pero sí subrayan la necesidad de repensar estrategias políticas y económicas.
Puntos clave para demócratas y republicanos:
- Reconectar con las bases: Los partidos deben priorizar las necesidades económicas reales de la población.
- Propuestas claras y viables: Es esencial desarticular discursos simplistas con políticas bien explicadas.
- Fortalecer las instituciones: La confianza ciudadana en los contrapesos debe ser reforzada con acciones concretas.
Un mandato económico, no ideológico
El triunfo de Donald Trump refleja más un mandato ciudadano por mejorar la economía que un rechazo a la democracia. A pesar de sus inclinaciones autoritarias, los votantes priorizaron su promesa de estabilidad económica y empleo.
Este resultado no debe interpretarse como el fin de los valores democráticos en Estados Unidos, sino como un llamado de atención a los partidos políticos para conectar mejor con las preocupaciones reales de los ciudadanos.
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