El nuevo mandato de Trump: demandas y censura como armas políticas
En menos de un mes desde su reelección, Donald Trump ha reavivado su hostilidad hacia los medios de comunicación y periodistas críticos. Enfrentado a demandas multimillonarias, como la que presentó contra la cadena ABC, y acusaciones de «interferencia electoral» contra encuestadoras, Trump ha iniciado una ofensiva sin precedentes contra la prensa en Estados Unidos.
Estas acciones no son casuales. Responden a un patrón global entre líderes populistas que buscan controlar las narrativas mediáticas para consolidar su poder. Desde Viktor Orbán en Hungría hasta Rodrigo Duterte en Filipinas, el ataque a la prensa independiente es un denominador común que amenaza los principios democráticos.
Lecciones desde México: AMLO y la prensa bajo fuego
El caso de México durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador es un ejemplo claro de cómo los líderes populistas erosionan la libertad de expresión. AMLO utilizó su conferencia mañanera como plataforma para desacreditar a medios y periodistas, acusándolos de ser parte de «campañas conservadoras».
Entre 2018 y 2024, estas tácticas lograron amedrentar a muchos, fomentando la autocensura y debilitando a la prensa crítica. Algunos medios optaron por ceder a presiones gubernamentales para evitar ataques públicos, marcando un retroceso significativo en los avances democráticos logrados desde los años 90.
Trump, López Obrador y el populismo global: un peligro compartido
La similitud entre Trump y AMLO en su relación con los medios no es coincidencia. Ambos representan un modelo de liderazgo que deslegitima a la prensa para consolidar una narrativa oficial.
Elementos comunes de sus estrategias:
- Difamación sistemática: Ataques directos contra periodistas y medios críticos.
- Legalismo intimidatorio: Uso de demandas para desincentivar investigaciones periodísticas.
- Censura indirecta: Creación de condiciones que obligan a la autocensura.
- Narrativas divisivas: Presentar a la prensa como enemiga del pueblo.
Un futuro incierto para la libertad de expresión
El regreso de Trump al poder plantea preguntas alarmantes sobre el estado de la democracia en Estados Unidos. Los medios estadounidenses, que antes se consideraban inmunes a presiones políticas, ahora enfrentan cambios editoriales preocupantes.
Mientras tanto, en México, la sucesora de AMLO, Claudia Sheinbaum, enfrenta el reto de marcar distancia de las políticas populistas que caracterizaron al obradorato. Aunque no parece compartir el ADN político de su predecesor, su manejo de la relación con los medios será crucial para evitar una regresión en materia de derechos informativos.
La lucha global por la libertad de prensa
En un mundo cada vez más polarizado, la defensa de la libertad de prensa se convierte en un pilar para la democracia. Periodistas, medios y ciudadanos tienen la responsabilidad de exigir gobiernos transparentes y responsables.
La historia de los últimos 15 años, marcada por ataques a la prensa en todo el mundo, es un recordatorio de que la libertad de expresión no es un derecho garantizado, sino una conquista que debe ser defendida constantemente.
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