El 28 de octubre, el Ejército de Estados Unidos llevó a cabo una serie de ataques contra cuatro embarcaciones en el Pacífico Oriental, dejando un saldo de 14 personas muertas y un sobreviviente, según anunció el secretario de Defensa, Pete Hegseth. Las operaciones representan un aumento notable en la frecuencia de los ataques estadounidenses en la región, que se intensificaron desde septiembre.
Detalles de los ataques
De acuerdo con la información del Pentágono, la primera embarcación atacada transportaba ocho presuntos “narcoterroristas”, todos fallecidos. La segunda lancha tenía a cuatro personas, que también perdieron la vida. En la tercera embarcación, de los tres ocupantes, murieron dos y uno logró sobrevivir. La cuarta embarcación fue atacada, pero no se ofrecieron detalles sobre víctimas.
Las operaciones se llevaron a cabo en aguas internacionales, sin reportarse bajas entre las fuerzas estadounidenses. Las imágenes difundidas por el Pentágono muestran embarcaciones cargadas con paquetes que explotan tras los ataques, reforzando la narrativa de la acción militar.
Coordinación con México
El único sobreviviente fue rescatado bajo coordinación de autoridades mexicanas de búsqueda y rescate. Hasta el momento, no se ha confirmado si permanecerá bajo custodia mexicana o si será entregado a Estados Unidos, lo que deja interrogantes sobre la jurisdicción y los procedimientos legales posteriores.
Intensificación de la campaña
Las operaciones recientes forman parte de un aumento sostenido de ataques militares en el Caribe y el Pacífico Oriental. Según el Pentágono, estas acciones buscan desmantelar redes que operan con narcóticos y amenazas a la seguridad estadounidense, calificando a los ocupantes de las embarcaciones como “narcoterroristas”.
Desde principios de septiembre, la frecuencia de los ataques se ha acelerado, generando preocupación entre observadores internacionales sobre la legalidad de estas acciones en aguas internacionales.
Repercusiones geopolíticas
El incremento de operaciones estadounidenses en la región ha reavivado debates sobre la soberanía y el derecho internacional. Expertos advierten que atacar embarcaciones en aguas internacionales sin evidencia pública detallada puede generar tensiones diplomáticas con países vecinos y con México, que tuvo un papel activo en el rescate.
Además, la normalización de ataques extraterritoriales abre un precedente que podría afectar la cooperación internacional y complicar futuros acuerdos regionales en materia de seguridad y lucha contra el narcotráfico.
Elementos visuales y evidencia
Las imágenes publicadas muestran dos embarcaciones a gran velocidad, cargadas con bultos que explotan tras los ataques. Un tercer ataque aparentemente se produjo contra embarcaciones estacionadas, donde las explosiones consumieron a los ocupantes y las naves casi vacías. Estos materiales visuales refuerzan la narrativa de acción rápida y precisión militar, aunque no aportan pruebas concluyentes sobre el vínculo con organizaciones terroristas o narcotráfico.
Las próximas semanas serán determinantes para evaluar la transparencia de las acciones, la cooperación internacional y los posibles efectos en la seguridad regional.
Los ataques del 28 de octubre representan un aumento significativo en la campaña militar estadounidense en el Pacífico Oriental. Con 14 muertos y un sobreviviente, las operaciones reavivan la discusión sobre la legalidad, la proporcionalidad y la efectividad de estas acciones. Mientras tanto, la región observa con cautela cómo se desarrollan estas operaciones y cómo se resolverá la situación del único sobreviviente.


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