La política surcoreana vive un capítulo que podría marcar un antes y un después en su historia reciente. La Fiscalía de Corea del Sur solicitó el arresto de Han Duck Soo, ex primer ministro y presidente interino del país, por su papel en la fallida ley marcial declarada en diciembre por el destituido ex presidente Yoon Suk Yeol.
La sombra de la ley marcial que sacudió al país
El 3 de diciembre de 2024, Yoon sorprendió al mundo al declarar ley marcial en pleno centro de Seúl. Soldados armados irrumpieron en la Asamblea Nacional en un gesto que evocó los oscuros recuerdos de los regímenes militares.
Sin embargo, la jugada duró poco: los parlamentarios de la oposición rechazaron el decreto, el Tribunal Constitucional lo declaró inconstitucional y en abril destituyó a Yoon. Lo que parecía un movimiento de fuerza terminó en la mayor crisis política surcoreana en cuatro décadas.
Han Duck Soo, de líder interino a acusado
Tras la caída de Yoon, Han Duck Soo asumió como presidente interino. Durante unas semanas, su figura fue vista como la de un político capaz de encauzar la transición. Incluso sonó como candidato para una elección anticipada.
Pero ahora, la Fiscalía lo acusa de complicidad, perjurio, falsificación de documentos oficiales y violación de la Ley de Registros Presidenciales. Según la fiscal adjunta Park Ji Young, Han “tenía el deber de impedir el abuso de poder del presidente y falló en proteger la Constitución”.
Una acusación inédita en la historia surcoreana
Si el tribunal aprueba la orden, sería la primera vez en la historia de Corea del Sur que un ex presidente y un ex primer ministro terminan encarcelados por un mismo episodio político.
El caso se complica aún más porque la ex primera dama, Kim Keon Hee, ya está tras las rejas por manipulación de acciones, un golpe adicional a la credibilidad del bloque conservador.
La herida política que no cicatriza
El escándalo de la ley marcial sigue dividiendo al país. Para la oposición, el episodio fue un intento fallido de golpe encubierto; para los conservadores, un error político aislado.
Han Duck Soo renunció a su cargo en mayo para postularse a la presidencia, pero su propio partido le dio la espalda, cerrando un camino que hoy parece aún más improbable.Mientras tanto, los tribunales decidirán en los próximos días si el ex primer ministro pasará de los pasillos del poder a una celda, en un proceso que podría redefinir la democracia surcoreana.


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