El mundo contiene la respiración ante un nuevo Cónclave. Millones de miradas se dirigen a la Capilla Sixtina, donde 133 cardenales electores se encerrarán para decidir quién será el sucesor de Francisco y el próximo guía espiritual de más de 1.300 millones de católicos. ¿Cómo funciona este proceso milenario? ¿Qué ocurre tras los muros del Vaticano?
El Cónclave, del latín «cum clave» (con llave), es un ritual cargado de historia, simbolismo y un secretismo casi absoluto, diseñado para asegurar que la elección del Romano Pontífice se realice con la mayor imparcialidad y bajo la guía divina, según la fe católica. Desde el momento en que se declara la Sede Vacante, ya sea por fallecimiento o renuncia del Papa, se pone en marcha un protocolo estricto que culminará con la famosa fumata blanca.
Fases Clave del Cónclave: Un Camino Hacia el Humo Blanco
El proceso para elegir a un nuevo Papa es uno de los eventos más solemnes y cruciales para la Iglesia Católica, dividido en etapas bien definidas y regidas por el derecho canónico.
* Periodo de Sede Vacante y Congregaciones Generales:
* Con la muerte o renuncia del Papa, comienza el interregno. El Camarlengo, un cardenal de confianza, confirma el fallecimiento y destruye el Anillo del Pescador, símbolo del poder papal.
* Los cardenales de todo el mundo son convocados a Roma. Antes de encerrarse, se reúnen en Congregaciones Generales para discutir los asuntos urgentes de la Iglesia, organizar la logística del cónclave, fijar la fecha de inicio y escuchar informes sobre la situación global de la fe. Es un tiempo de deliberación y conocimiento mutuo.
* Ingreso al Cónclave y Juramento de Secreto:
* El día fijado, los cardenales electores (menores de 80 años) asisten a la Misa «Pro Eligendo Pontifice» en la Basílica de San Pedro.
* Posteriormente, en procesión solemne, ingresan a la Capilla Sixtina, el lugar sagrado de la elección, bajo los frescos de Miguel Ángel.
* Antes de iniciar las votaciones, cada cardenal presta un juramento solemne de observar fielmente las normas del Cónclave y de mantener el más estricto secreto sobre todo lo que ocurra durante el proceso. La violación de este juramento conlleva la pena de excomunión automática (latae sententiae).
* Se pronuncia la famosa frase «Extra omnes» («Que salgan todos»), y las puertas de la Capilla Sixtina se cierran. Los cardenales quedan aislados del mundo exterior, sin acceso a teléfonos, internet o cualquier forma de comunicación, para evitar influencias externas. Se utilizan inhibidores de señal y medidas de seguridad extremas.
* Las Votaciones Secretas:
* El proceso de votación es el corazón del Cónclave. Se realizan hasta cuatro votaciones diarias: dos por la mañana y dos por la tarde, aunque el primer día puede haber solo una.
* Cada cardenal escribe en una papeleta rectangular, de la forma más anónima posible, el nombre de su elegido, con la frase «Eligo in Summum Pontificem…» (Elijo como Sumo Pontífice a…).
* Uno por uno, los cardenales se acercan al altar, sostienen su voto visiblemente, lo depositan en una urna y realizan un juramento.
* Los «escrutadores», designados entre los cardenales, cuentan los votos. Para que un candidato sea elegido Papa, se necesita una mayoría de dos tercios de los votos de los cardenales presentes y votantes. Con 133 electores, esto significaría 89 votos, si todos están presentes.
* Si después de tres días de votaciones (aproximadamente 12 escrutinios) no hay elección, se hace una pausa de un día para la oración, la reflexión y el diálogo informal entre los cardenales.
* La Fumata: Negra o Blanca, el Mensaje al Mundo:
* Después de cada dos votaciones (o una, si es la única del día), las papeletas y cualquier anotación se queman en una estufa especial instalada en la Capilla Sixtina, cuya chimenea es visible desde la Plaza de San Pedro.
* Si no se ha alcanzado la mayoría de dos tercios, se añaden productos químicos para que el humo sea negro (fumata nera), indicando que la Iglesia aún no tiene Papa.
* Si un candidato obtiene los dos tercios de los votos, y acepta la elección, el humo que sale de la chimenea es blanco (fumata bianca), anunciando al mundo: ¡Habemus Papam! (¡Tenemos Papa!). El repique de las campanas de San Pedro confirma la elección.
«El Cónclave no es solo una elección, es un profundo acto de fe y discernimiento donde se busca la voluntad de Dios para el futuro de la Iglesia.»
¿Cuánto Puede Durar un Cónclave?
La duración de un Cónclave es impredecible. Aunque en la historia ha habido cónclaves que duraron meses e incluso años (el más largo, casi tres años, de 1268 a 1271 ), los cónclaves modernos han sido notablemente más rápidos.
* Desde 1900, la duración promedio ha sido de unos tres días.
* El Papa Benedicto XVI fue elegido en 2005 tras dos días y cuatro votaciones.
* El Papa Francisco fue elegido en 2013 también en dos días, tras cinco votaciones. Los expertos anticipan un cónclave relativamente breve, aunque la diversidad geográfica y las diferentes visiones dentro del Colegio Cardenalicio podrían extender las deliberaciones.
Aceptación y Proclamación del Nuevo Papa
Una vez que un candidato alcanza la mayoría requerida:
* El Decano del Colegio Cardenalicio (o el cardenal de mayor rango) le pregunta formalmente si acepta su elección canónica como Sumo Pontífice: “¿Acceptasne electionem de te canonice factam in Summum Pontificem?”.
* Si responde afirmativamente (lo cual es la norma, aunque teóricamente podría rechazar), se convierte en Papa en ese mismo instante.
* Luego se le pregunta qué nombre desea adoptar como Papa. Esta elección suele tener un profundo significado simbólico.
* El nuevo Papa se retira a la «Sala de las Lágrimas», una pequeña estancia contigua a la Sixtina, donde se viste por primera vez con la sotana blanca papal. Hay tres tallas preparadas.
* Finalmente, el Cardenal Protodiácono aparece en el balcón central de la Basílica de San Pedro y anuncia a la multitud congregada en la plaza y al mundo entero la elección con la fórmula latina: “Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam!” (¡Os anuncio una gran alegría: Tenemos Papa!), seguido del nombre del cardenal elegido y el nombre que ha tomado como Papa.
* El nuevo Pontífice imparte entonces su primera bendición Urbi et Orbi (a la ciudad y al mundo).
Este complejo y fascinante proceso asegura no solo la elección de un nuevo líder para la Iglesia Católica, sino también la continuidad de una tradición que se remonta a siglos. La atención del mundo estará puesta en esa pequeña chimenea, esperando la señal que marcará un nuevo capítulo en la historia. Lee más sobre los principales cardenales papables y los desafíos que enfrentará el nuevo Papa en nuestros artículos relacionados.)
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