El 28 de enero de 2025, dos aviones militares de la Fuerza Aérea Colombiana aterrizaron en Bogotá con 201 ciudadanos colombianos deportados de los Estados Unidos. Este evento es el punto culminante de una reciente disputa diplomática entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y su homólogo colombiano, Gustavo Petro, que estuvo a punto de desencadenar una crisis económica y una guerra comercial entre las dos naciones.
La llegada de los deportados ha sido un acontecimiento clave en una negociación diplomática delicada, que ha buscado evitar aranceles y sanciones que podrían haber afectado gravemente la economía colombiana, una de las más grandes de América Latina.
La disputa entre Trump y Petro: tensiones diplomáticas
La relación entre Estados Unidos y Colombia se tensó cuando el presidente Petro, en un acto de protesta, desautorizó la llegada de dos aviones militares C-17 de Estados Unidos que transportaban deportados colombianos. Trump, indignado por esta medida, acusó a Petro de poner en riesgo la seguridad nacional de Estados Unidos. En respuesta, el mandatario estadounidense amenazó con imponer un arancel del 25% a las exportaciones colombianas, una cifra que podría haberse elevado a un 50% en la siguiente semana.
Además, Trump advirtió sobre la posibilidad de cancelar las visas de los funcionarios colombianos y sancionar económicamente a Colombia. La situación parecía haberse encaminado hacia una guerra comercial que afectaría enormemente las relaciones bilaterales y la economía colombiana.
Acuerdo entre EE.UU. y Colombia: un giro diplomático
El 27 de enero, la diplomacia entre ambos países alcanzó un acuerdo crucial. Después de intensas negociaciones, la administración de Petro aceptó la llegada de los deportados en aviones militares colombianos. A cambio, Washington acordó no imponer las sanciones que amenazaban con dañar la economía de Colombia.
El acuerdo también incluyó una serie de compromisos por parte de Estados Unidos, como la flexibilización de las restricciones de visa y la eliminación de inspecciones reforzadas de Aduanas y Protección Fronteriza, que estaban vigentes hasta el arribo del primer vuelo.
La dignidad de los deportados: un trato humano
El Gobierno de Colombia, en un esfuerzo por garantizar el trato digno a los deportados, expresó su compromiso con el respeto a los derechos humanos de los ciudadanos que regresaban al país. La Cancillería colombiana compartió un mensaje en su cuenta de X (anteriormente Twitter), afirmando que “el Gobierno Nacional los recibe con los brazos abiertos, garantizando su dignidad y respetando sus derechos”.
Andredy Alexander Barrientos, un ingeniero de 26 años, fue uno de los deportados. Barrientos había estado en Estados Unidos durante 12 días buscando una mejor estabilidad económica, pero finalmente fue detenido y deportado por las autoridades estadounidenses.
Impacto en las relaciones bilaterales
Este episodio de tensiones diplomáticas también ha puesto de manifiesto las complejidades de las relaciones entre Colombia y Estados Unidos, especialmente en términos de inmigración. A pesar de las amenazas y las fricciones, la resolución de este conflicto demuestra la importancia de la diplomacia y el compromiso de ambos gobiernos para mantener una relación constructiva.
El regreso de los deportados es solo un capítulo en una serie de decisiones políticas que seguirán marcando la agenda entre las dos naciones. La comunidad internacional observa atentamente el impacto de estos acuerdos en las políticas migratorias y en las relaciones comerciales entre América Latina y los Estados Unidos.
¡Únete a nuestro canal de Telegram! Las noticias más relevantes del día directamente en tu dispositivo móvil
TE PODRÍA INTERESAR