En un importante cónclave en Bruselas, líderes empresariales, altos responsables políticos de la Unión Europea y expertos han urgido este miércoles a la adopción de un ambicioso objetivo de emisiones para 2040 y una Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) creíble para 2035. Subrayan que la claridad política es crucial para desbloquear la inversión privada en la transición verde, fortalecer la competitividad económica y garantizar la seguridad energética del bloque.
La transición ecológica de la Unión Europea se encuentra en una encrucijada que definirá no solo su futuro ambiental, sino también su resiliencia económica y su posición en el competitivo panorama global. Este miércoles, 11 de junio de 2025, el World Resources Institute (WRI), la We Mean Business Coalition y Strategic Perspectives convocaron a un influyente encuentro en Bruselas. El mensaje fue unánime: la UE necesita urgentemente establecer un objetivo robusto de reducción de emisiones para 2040 y una Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) para 2035 que sea «invertible» y envíe señales claras al mercado.
La Transición Verde: Imperativo Económico, No Solo Ambiental
Los argumentos esgrimidos trascienden la mera protección del medio ambiente, enmarcándose crecientemente como una necesidad económica fundamental. Durante la última década, los daños relacionados con el clima en la UE superaron los 145.000 millones de euros, mientras que solo en 2024 las importaciones de combustibles fósiles alcanzaron la asombrosa cifra de 376.000 millones de euros. Estos datos se contraponen al éxito de las energías renovables, que ya suministran un récord del 48% de la electricidad de la UE, subrayando el potencial de una economía más limpia y autosuficiente.
María Mendiluce, CEO de We Mean Business Coalition, fue enfática: «La próxima NDC de la UE debe enviar una señal clara de que la UE se toma en serio la competencia y el liderazgo en la economía global baja en carbono. Las empresas están listas para invertir, pero necesitan claridad y previsibilidad política. Una NDC robusta… impulsará la confianza empresarial, fomentará la innovación y ofrecerá una economía más resiliente y competitiva». Esta perspectiva resalta cómo la política climática se está convirtiendo en una pieza central de la estrategia industrial, donde la estabilidad regulatoria es clave para atraer capital hacia tecnologías limpias y generar empleo.
Competencia Global y Seguridad Energética en Juego
La urgencia de esta claridad política se ve acentuada por la creciente competencia internacional. Stientje van Veldhoven, Vicepresidenta de WRI, advirtió: «Las principales economías –particularmente China– están aumentando la inversión en energía e industria limpias. Una NDC ambiciosa sitúa a la UE en camino de competir por el mercado del futuro y asegurar su independencia energética». Existe una preocupación palpable de que la UE pueda perder su liderazgo en tecnologías verdes si no ofrece señales políticas contundentes y «invertibles», arriesgando que el capital fluya hacia regiones con políticas industriales verdes más decididas.
Karen Pflug, Directora de Sostenibilidad de Ingka Group (IKEA), reforzó esta idea: «La rápida adopción de la NDC de la UE y un ambicioso objetivo climático para 2040 son esenciales para proporcionar seguridad a las empresas progresistas que invierten en la transición verde en un momento de gran incertidumbre».
* «Como industria, necesitamos certeza regulatoria, que es una parte integral del caso de negocio para la transformación industrial a gran escala.» – Cedric de Meeûs, VP de Asuntos Públicos e Impacto Social de Holcim.
Colaboración Público-Privada: La Vía Hacia el Éxito
El evento en sí mismo, al reunir a responsables políticos, líderes empresariales y expertos, simboliza un movimiento hacia enfoques más colaborativos. De hecho, We Mean Business Coalition, junto con Corporate Leaders Group Europe (CLG Europe), lanzó una nota política detallando cómo los sectores público y privado pueden cooperar en una NDC robusta e invertible.
Esta necesidad de colaboración reconoce que las políticas climáticas, por sí solas, son insuficientes. La transición verde requiere la participación activa, la innovación y la inversión masiva del sector privado, que a su vez depende de una acción gubernamental de apoyo, coherente y predecible.
Anne-Sophie Cerisola, de Strategic Perspectives, añadió una dimensión internacional, instando a la UE a trabajar con otros países y empresas, por ejemplo, en la ecologización de las cadenas de suministro, y a apoyar a los países en desarrollo con financiación y asistencia técnica.
La UE se enfrenta a decisiones estratégicas cruciales. Con hitos como la cumbre climática COP30 en el horizonte, la adopción de planes climáticos ambiciosos y bien definidos no es solo una cuestión de responsabilidad ambiental, sino una apuesta fundamental por su futuro económico y su seguridad energética en un mundo en rápida transformación.


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