Era una mañana diplomática en Pekín. El ministro de Defensa de China, Dong Jun, recibía a su homólogo cubano, Álvaro López Miera. La reunión no era solo un protocolo: marcaba el 65º aniversario de relaciones entre ambos países y simbolizaba un nuevo capítulo en la cooperación militar y política.
China no oculta su objetivo. Según Dong, los lazos con La Habana son “un modelo de solidaridad socialista” y una plataforma para impulsar la cooperación en defensa. Para Cuba, debilitada por una grave crisis económica y las presiones del embargo estadounidense, el respaldo chino es más que un gesto: es oxígeno político y militar.
Estados Unidos observa con cautela la influencia china
El Caribe, históricamente bajo la órbita de Washington, se convierte en un terreno estratégico. La posibilidad de una mayor presencia militar china en Cuba despierta inquietud en Estados Unidos, que ya enfrenta tensiones con Pekín en el Pacífico.
El apoyo de China a Cuba no se limita a lo militar. Pekín ha firmado acuerdos en agricultura, cooperación tecnológica e incluso en inteligencia artificial, consolidando su presencia en sectores clave de la isla.
Xi Jinping y Díaz-Canel: amistad férrea frente al bloqueo
Hace apenas unas semanas, Xi Jinping recibía a Miguel Díaz-Canel en Pekín. En el encuentro, Xi reafirmó su voluntad de seguir brindando apoyo y asistencia a Cuba, pese a sus propias dificultades económicas.
“China continuará apoyando firmemente a Cuba en su justa lucha contra las injerencias y el bloqueo”, subrayó Xi.
Díaz-Canel, por su parte, agradeció “el respaldo desinteresado” y prometió un mejor entorno empresarial para las compañías chinas en la isla.
La relación no solo se basa en solidaridad ideológica: se trata de una estrategia geopolítica donde Pekín gana un aliado a escasos kilómetros de la costa estadounidense.
Implicaciones para la seguridad regional
La cooperación militar y los acuerdos bilaterales colocan a Cuba como un punto clave en la expansión de la influencia china. Para EE.UU., el mensaje es claro: Pekín no solo compite en Asia, sino también en su propio vecindario.
El escenario plantea interrogantes:
- ¿Hasta qué punto está dispuesta Cuba a permitir una presencia militar china?
- ¿Responderá Washington con nuevas medidas de presión?
- ¿Se abrirá una nueva etapa de rivalidad en el Caribe, similar a la Guerra Fría?
Un tablero geopolítico en movimiento
La alianza China-Cuba es más que cooperación militar; es un símbolo de resistencia política frente a EE.UU. y un recordatorio de que las grandes potencias juegan en múltiples tableros.
El 65º aniversario de relaciones bilaterales llega en un momento clave: mientras La Habana busca sobrevivir, Pekín aprovecha para ampliar su alcance en el hemisferio occidental.


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