Desde este lunes 9 de junio, Estados Unidos aplica nuevas y estrictas restricciones de entrada a ciudadanos venezolanos con visas de trabajo temporal, estudio y turista. La medida, parte de una proclamación del presidente Donald Trump, agudiza la crisis y el aislamiento.
Prohibido Viajar: Las nuevas Reglas de EE.UU. para venezolanos
Un nuevo golpe reciben los ciudadanos venezolanos este lunes 9 de junio de 2025, con la entrada en vigor de severas restricciones de viaje impuestas por el gobierno de Estados Unidos. La medida, originada en una proclamación firmada por el presidente Donald Trump, suspende la entrada al país norteamericano de nacionales de Venezuela que posean ciertos tipos de visas de no inmigrante.
Específicamente, la prohibición afecta a quienes tengan visas temporales de negocios (B-1), turismo (B-2), la combinación de ambas (B-1/B-2), visas de estudiante académico (F), de estudiante vocacional o no académico (M) y visas de programas de intercambio (J). Es fundamental destacar que, si bien la proclamación no implica una revocación formal de las visas ya emitidas, sí prohíbe la entrada al país. Esto significa que, incluso con un visado válido en estas categorías, el ingreso a Estados Unidos no será permitido.
Adicionalmente, la directriz instruye a los funcionarios consulares estadounidenses a reducir la validez de cualquier otra visa de no inmigrante que sea emitida a ciudadanos venezolanos, en la medida que la legislación lo permita. El gobierno estadounidense ha indicado que estas restricciones serán sometidas a una evaluación durante los próximos 90 días, tras lo cual se decidirá si se eliminan, se extienden o se modifican.
Las razones de Washington: Justificación y excepciones
La administración Trump ha presentado varias justificaciones para la implementación de estas drásticas medidas. Según la proclamación oficial, se argumenta que Venezuela «carece de una autoridad central competente o cooperativa para la emisión de pasaportes o documentos civiles y no cuenta con medidas apropiadas de control y verificación».
Otro punto central de la justificación es la supuesta negativa del gobierno venezolano a aceptar de vuelta a sus nacionales que han sido declarados removibles (deportables) por las autoridades estadounidenses. Finalmente, se menciona un dato estadístico: según el Informe de Estadía Excesiva, Venezuela tuvo una tasa de estadía excesiva de visas B-1/B-2 del 9,83%.
No obstante, la proclamación contempla ciertas excepciones. Las restricciones no se aplicarán a:
- Residentes permanentes legales de los Estados Unidos.
- Ciudadanos venezolanos con doble nacionalidad, siempre que viajen con el pasaporte de su otra nacionalidad y cumplan con los requisitos de entrada para ese país.
- Personas que viajen con visas diplomáticas o de servicio (A-1, A-2), de tránsito a Naciones Unidas (C-2), de funcionarios de gobiernos extranjeros en tránsito (C-3), de representantes de organizaciones internacionales (G-1, G-2, G-3, G-4), o de la OTAN (OTAN-1 a OTAN-6).
- Atletas, miembros de equipos atléticos, entrenadores y personal de apoyo necesario, así como sus familiares inmediatos, que viajen para participar en la Copa del Mundo, los Juegos Olímpicos u otro evento deportivo de importancia determinado por el Secretario de Estado.
- Aquellos que posean visas de inmigrante para familiares inmediatos de ciudadanos estadounidenses (categorías IR-1/CR-1, IR-2/CR-2, IR-5), siempre que presenten evidencia clara y convincente de identidad y relación familiar (por ejemplo, pruebas de ADN).
- Beneficiarios de Visas Especiales de Inmigrante destinadas a empleados del Gobierno de los Estados Unidos.
Además, el Secretario de Estado, en coordinación con el Secretario de Seguridad Nacional, podrá realizar excepciones caso por caso si considera que el viaje de una persona sirve a un interés nacional de los Estados Unidos.
La justificación oficial, centrada en aspectos técnicos y de cooperación, podría, sin embargo, enmascarar una herramienta de presión política. En el contexto del prolongado y tenso conflicto entre las administraciones de Washington y Caracas, estas medidas que afectan directamente a la población civil pueden interpretarse como una variable de ajuste en una estrategia más amplia de presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro.
Impacto humano: Desesperación, aislamiento y familias separadas
Las consecuencias de estas nuevas restricciones para la población venezolana son inmediatas y severas. Miles de personas ven truncados sus planes de viaje, ya sea por motivos de trabajo, estudio, turismo, o, más dolorosamente, para la reunificación con familiares que residen en Estados Unidos. El proceso para obtener una visa estadounidense para venezolanos ya era de por sí complicado, debiendo realizarse en consulados fuera de Venezuela, principalmente en Bogotá, Colombia. Ahora, incluso la aprobación de una visa no garantiza la posibilidad de viajar.
Esta medida se suma a la profunda crisis política, humanitaria y económica que atraviesa Venezuela desde hace años. Informes recientes señalan una inflación galopante (18% solo en el estado Nueva Esparta en abril de 2025 ), una producción petrolera mermada, altos niveles de pobreza (86% de los hogares según el Observatorio Venezolano de Finanzas ), y una persistente crisis de derechos humanos, con denuncias de persecución a familiares de presos políticos.
En este contexto, las restricciones de viaje de Estados Unidos, sumadas a las dificultades que ya enfrentan muchos venezolanos para obtener o renovar sus documentos de viaje, están creando una «tormenta perfecta». Esta situación no solo limita drásticamente sus opciones de buscar seguridad, tratamiento médico o mejores oportunidades en el exterior, sino que también podría estar fragmentando de manera irreversible a la diáspora venezolana. A largo plazo, esto podría obstaculizar la futura reconstrucción del país al impedir el flujo vital de remesas, el potencial retorno de talento humano cualificado y la necesaria conexión con el mundo exterior.
Reacciones y posibles escenarios futuros
Aún no se conocen reacciones oficiales del gobierno de Nicolás Maduro a estas nuevas medidas, pero se espera un pronunciamiento en las próximas horas o días. El impacto en las ya deterioradas relaciones bilaterales será, previsiblemente, negativo.
Para los venezolanos afectados, la principal recomendación de los expertos es buscar asesoría legal calificada para entender sus opciones individuales. Como un posible contrapunto a estas políticas restrictivas, en el estado de Florida, congresistas presentaron recientemente un proyecto de ley que busca proteger de la deportación a unos 600,000 venezolanos que residen en Estados Unidos, posiblemente a través de la designación de un Estatus de Protección Temporal (TPS). Sin embargo, esta es una iniciativa legislativa cuyo futuro es incierto.
La política de restricciones de visa de EE.UU. hacia Venezuela, aunque justificada por la administración Trump bajo argumentos de seguridad y cooperación, podría tener efectos contraproducentes. Al cerrar vías legales de migración, se corre el riesgo de empujar a un número aún mayor de venezolanos desesperados hacia rutas migratorias irregulares y extremadamente peligrosas, como el Tapón del Darién. Esto, a su vez, aumentaría la presión sobre los países vecinos de la región, que ya enfrentan enormes desafíos para acoger e integrar a la población migrante venezolana, y podría terminar exacerbando la misma crisis humanitaria regional que Estados Unidos dice querer abordar mediante la presión al régimen de Maduro.


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