Tribunal absuelve a mujeres que afirmaron que Brigitte Macron “nació hombre”; fallo causa conmoción en Francia.
En un fallo judicial sin precedentes, un tribunal de apelaciones de París ha absuelto a dos mujeres acusadas de difamar a la primera dama de Francia, Brigitte Macron, al dictaminar que su afirmación de que ella nació hombre no constituye difamación, sino que se enmarca en la «libertad de expresión de buena fe».
La teoría conspirativa que llega a los tribunales
La primera dama de Francia, Brigitte Macron, ha sufrido un duro revés judicial en un caso que alimenta una de las teorías de la conspiración más persistentes y controvertidas de la política francesa. Un tribunal de apelaciones de París ha declarado no culpables a Amandine Roy y Natacha Rey, dos mujeres que en un vídeo de YouTube de 2021 afirmaron que Brigitte Macron nació siendo un niño con el nombre de Jean-Michel Trogneux, que en realidad es el nombre de su hermano.
Los abogados de la primera dama han comunicado que se encuentra «devastada» por la decisión y que apelará ante el Tribunal de Casación, la más alta instancia judicial de Francia. El fallo no solo anula una condena anterior que obligaba a las mujeres a pagar una indemnización, sino que les permite, en teoría, reiterar sus afirmaciones sin temor a consecuencias legales por difamación.
Un veredicto que legitima la conspiración
El razonamiento del tribunal es lo que ha causado una conmoción. Los jueces dictaminaron que las 18 afirmaciones del vídeo «no constituyen difamación», sino que se encuadran en la «libertad de expresión de buena fe». Aún más sorprendente, el fallo sugiere que las acusadas fueron objeto de «intimidación por parte de las autoridades» que intentaban encubrir un «secreto de Estado».
Este veredicto representa un terremoto legal. Un tribunal formal ha otorgado una pátina de legitimidad a una teoría de la conspiración infundada y de naturaleza transfóbica, considerándola un ejercicio válido de la libertad de expresión. Este precedente es extremadamente peligroso, ya que podría servir como un escudo legal para los difusores de desinformación y noticias falsas contra cualquier figura pública. Podrían argumentar que sus afirmaciones, por más descabelladas que sean, se hacen «de buena fe» en la búsqueda de un supuesto «secreto» que las élites ocultan. La línea entre la libertad de expresión y la difamación se ha vuelto peligrosamente borrosa.
Una victoria para los movimientos anti-establishment
Más allá del ámbito legal, este fallo es una victoria estratégica para los movimientos populistas y de extrema derecha que se oponen al establishment encarnado por el presidente Emmanuel Macron. La teoría de la conspiración sobre Brigitte Macron no es un simple cotilleo; es una herramienta política diseñada para deslegitimar, deshumanizar y atacar el corazón del poder.
El fallo declaró que los pasajes del video «no constituyen difamación» sino que caen bajo la «buena fe» de la libertad de expresión, y que las acusadas fueron sometidas a «intimidación por parte de las autoridades».
El lenguaje utilizado por el propio tribunal —»intimidación por parte de las autoridades», «secreto de Estado»— es precisamente el léxico del populismo anti-sistema. Los oponentes de Macron ahora pueden esgrimir una decisión judicial como «prueba» de que sus teorías eran ciertas y de que las élites ocultan la verdad.
El caso, que ya había sido amplificado por comentaristas internacionales como Candace Owens y un polémico libro, ahora recibe un impulso inesperado desde el propio sistema judicial. Este veredicto no solo afecta la reputación de la primera dama, sino que también alimenta la desconfianza en las instituciones, los medios de comunicación y el gobierno, sirviendo directamente a los objetivos políticos de quienes buscan socavar el orden establecido en Francia y en toda Europa.
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