El asteroide 2024 YR4 ha captado la atención de la comunidad científica y las agencias espaciales debido a su posible trayectoria de impacto contra la Tierra en diciembre de 2032. Aunque las probabilidades de colisión son bajas, el hecho de que supere el umbral del 1% de riesgo ha encendido las alarmas a nivel internacional. Los científicos tienen hasta mayo de 2024 para recopilar datos clave antes de que el asteroide deje de ser visible desde la Tierra. Este artículo explora los detalles de este fenómeno, su seguimiento y las posibles consecuencias.
¿Qué es el asteroide 2024 YR4?
El asteroide 2024 YR4 es una roca espacial detectada por el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS) desde un telescopio en Chile. Con un tamaño estimado entre 40 y 90 metros, este objeto se encuentra en la categoría de asteroides que, en caso de impacto, podrían causar daños significativos a nivel local.
- Descubrimiento: 27 de diciembre de 2024.
- Tamaño: Entre 40 y 90 metros.
- Categoría: Objeto cercano a la Tierra (NEO, por sus siglas en inglés).
Trayectoria y probabilidades de impacto
Según los cálculos más recientes del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), la probabilidad de impacto actual es del 2,3%. Aunque esta cifra es baja, supera el umbral de preocupación establecido por la comunidad científica.
- Probabilidad de impacto: 2,3% (estimación actual).
- Fecha de posible impacto: 22 de diciembre de 2032.
- Distancia estimada en 2028: Miles de kilómetros de la Tierra.
El asteroide volverá a acercarse a la Tierra en 2028, lo que permitirá a los astrónomos refinar sus cálculos y determinar con mayor precisión si representa una amenaza real.
¿Hasta cuando será visible?
Hasta mayo de 2024, el asteroide será visible desde telescopios terrestres. Después de esa fecha, dejará de ser observable hasta su próximo acercamiento en 2028. Durante este período, los científicos están recopilando datos cruciales para determinar su trayectoria final.
- Sistemas de observación: ATLAS, telescopios de la NASA y ESA.
- Próxima oportunidad de observación: 2028.
- Protocolos activados: Red Internacional de Advertencia de Asteroides (IAWN) y Grupo Asesor de Misiones Espaciales (SMPAG).
Posibles consecuencias de un impacto
Si el asteroide 2024 YR4 impactara contra la Tierra, las consecuencias dependerían de su tamaño, velocidad y lugar de colisión. Un impacto directo liberaría una energía equivalente a 8 megatones de TNT, unas 500 veces la potencia de la bomba de Hiroshima.
- Zonas potenciales de impacto:
- Colombia, Venezuela y el norte de Brasil.
- Océano Atlántico y Golfo de Guinea.
- África central y la India.
- Efectos posibles:
- Tsunamis de gran magnitud (si cae en el mar).
- Daños locales significativos (si impacta en tierra firme).
Lecciones del pasado: Casos similares
Este no es el primer asteroide que genera preocupación. En el pasado, objetos como Apofis (descubierto en 2004) y el evento de Tunguska (1908) han demostrado la importancia de monitorear estos cuerpos celestes.
- Apofis: Inicialmente se estimó un 2,7% de probabilidad de impacto en 2029, pero finalmente se descartó como amenaza.
- Tunguska: Un objeto de 30-50 metros explotó en la atmósfera sobre Siberia, arrasando más de 2.100 km² de bosque.
Acciones y protocolos de defensa planetaria
Ante la posibilidad de un impacto, las agencias espaciales y la Organización de Naciones Unidas (ONU) han activado protocolos de seguridad. Entre las opciones de respuesta se incluyen:
- Misiones de desvío: Como la misión DART de la NASA, que en 2022 logró alterar la órbita de un asteroide.
- Planes de evacuación: En caso de que la colisión ocurra en una zona poblada.
- Monitoreo continuo: A través de telescopios y sistemas de alerta temprana.
El asteroide 2024 YR4 representa un recordatorio de la importancia de la vigilancia espacial y la cooperación internacional para mitigar posibles amenazas. Aunque las probabilidades de impacto son bajas, la comunidad científica sigue de cerca su trayectoria para garantizar la seguridad del planeta. Este caso también destaca los avances tecnológicos en la defensa planetaria, que permiten detectar y responder a estos desafíos con mayor eficacia. Como concluyen los expertos, lo más probable es que el asteroide sea reclasificado como no peligroso en el futuro, pero la preparación y el monitoreo siguen siendo esenciales.
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