El 2024 YR4, un asteroide de hasta 90 metros de ancho, ha generado preocupación a nivel global tras ser detectado en diciembre de 2024. Su posible impacto con la Tierra, aunque con un riesgo relativamente bajo, ha sido clasificado como un evento potencialmente catastrófico que podría causar una destrucción masiva, comparable a la de un «asesino de ciudades». Afortunadamente, los científicos afirman que aún hay tiempo para tomar medidas preventivas, pero el protocolo de defensa planetaria ya ha sido activado.
¿Qué es el asteroide 2024 YR4 y por qué es tan peligroso?
El 2024 YR4 fue detectado por el Observatorio El Sauce en Chile, y sus primeras observaciones señalaron que tiene entre 40 y 90 metros de diámetro. Aunque el asteroide se encuentra actualmente a una distancia segura de la Tierra, su órbita altamente elíptica lo acercará nuevamente a nuestro planeta en 2028, lo que ha elevado las probabilidades de un impacto futuro.
Este asteroide ha sido denominado un «asesino de ciudades» debido a su tamaño y la energía destructiva que liberaría si impactara la Tierra. La explosión sería equivalente a la de más de 500 bombas de Hiroshima, y en el caso de que impactara una zona poblada, las consecuencias serían devastadoras.
¿Cómo se activó el protocolo de defensa planetaria?
La comunidad científica, a través de la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN), emitió un memorando el 29 de enero de 2025, alertando sobre el riesgo de impacto. El asteroide 2024 YR4 fue clasificado con un nivel 3 en la escala de impacto de Torino, lo que activó una red global de defensa planetaria.
En respuesta a esta amenaza, expertos de diversas agencias espaciales, como la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), han comenzado a evaluar posibles soluciones. En 2022, la NASA logró desviar con éxito un asteroide utilizando un «impactador cinético», lo que brinda esperanza sobre la viabilidad de una misión similar si el asteroide sigue su curso de acercamiento.
El impacto de un asteroide: Escenario y consecuencias
En términos de impacto, un asteroide de este tamaño podría provocar una explosión aérea con la fuerza de 8 megatones de TNT. En caso de impacto sobre el mar, los tsunamis serían una de las mayores amenazas para las zonas costeras cercanas. Sin embargo, si el asteroide explotara sobre una gran ciudad, como París, Nueva York o Londres, las consecuencias serían mucho más graves, arrasando con la infraestructura y provocando una tragedia de proporciones masivas.
El caso más cercano a este escenario fue el Evento Tunguska en 1908, cuando un objeto de tamaño similar explotó en Siberia, derribando millones de árboles. Aunque el impacto no dejó cráter, la devastación fue enorme. En el caso del 2024 YR4, los científicos esperan que el asteroide explote en el aire, y no deje un cráter en la superficie.
Medidas de contingencia y estrategias de defensa
Aunque el impacto de un asteroide de este tamaño sería catastrófico, los científicos destacan que hay tiempo para evitar una tragedia. La NASA, en colaboración con otras agencias espaciales, está considerando varias estrategias para desviar el asteroide. Una de ellas consiste en el uso de un «tractor gravitacional», una nave espacial que podría desviar la trayectoria del asteroide utilizando su propia fuerza gravitacional.
Otra opción es el uso de láseres para vaporizar parte del asteroide, lo que generaría un empuje suficiente para cambiar su curso. Si estas tecnologías experimentales no funcionan, la evacuación de las áreas afectadas sería una medida de último recurso.
¿Qué sigue? Evaluación y pronóstico
El asteroide 2024 YR4 tiene una órbita de cuatro años y, aunque en la actualidad se encuentra alejándose de la Tierra, su próximo paso cercano será en 2028. A medida que se acumulan más observaciones, los científicos esperan que las probabilidades de impacto disminuyan. No obstante, la activación de protocolos de defensa planetaria garantiza que el impacto, si llegara a suceder, no tome a la humanidad por sorpresa.
Un futuro incierto: Preparación para lo impredecible
Los expertos aseguran que, aunque el riesgo de impacto es bajo, la humanidad debe estar preparada para lo impredecible. «Podemos predecir y monitorear estos asteroides, pero solo el tiempo dirá si nuestra defensa será suficiente», dijo Bruce Betts, científico jefe de La Sociedad Planetaria.
Mientras tanto, el trabajo de defensa planetaria continúa, y los científicos siguen observando cuidadosamente la trayectoria de 2024 YR4. A pesar de la incertidumbre, las medidas preventivas están avanzando para asegurar que la humanidad esté lista ante cualquier eventualidad.
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