La Comisión Bilateral entre el Gobierno de España y la Generalitat de Cataluña ha culminado este lunes con un acuerdo calificado de histórico. El pacto sienta las bases para una «financiación singular» y fija como horizonte una Hacienda catalana capaz de gestionar todos los tributos.
En un encuentro de alto voltaje político, el Gobierno español y la Generalitat de Cataluña han sellado un acuerdo que podría transformar el modelo de financiación autonómica del país. Tras la reunión de la Comisión Bilateral celebrada este lunes, ambas partes anunciaron un pacto para desarrollar una «financiación singular» para Cataluña, con el objetivo final de crear una «Hacienda catalana que gestione el conjunto de los tributos» generados en la comunidad.
El consejero de Presidencia de la Generalitat, Albert Dalmau, fue el encargado de anunciar el alcance del acuerdo, afirmando que se han «fijado las bases de un nuevo modelo de financiación basado en la solidaridad y la ordinalidad». Dalmau destacó que el pacto convierte «un acuerdo entre partidos en un acuerdo entre instituciones» y abre la puerta a que la Agencia Tributaria de Cataluña (ATC) asuma la recaudación de impuestos clave como el IRPF.
Un Modelo «Singular» pero «Generalizable»
Por parte del Gobierno central, el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, confirmó que el acuerdo busca «impulsar cambios legislativos para que la Hacienda catalana asuma la recaptación del IRPF y otros tributos». Sin embargo, matizó que el nuevo modelo tendrá en cuenta la «singularidad de Cataluña y también la del resto de comunidades autónomas», y aseguró que cualquier reforma definitiva deberá ser aprobada en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) con el resto de regiones.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, insistió en que el acuerdo «no perjudicará a ninguna comunidad autónoma» y pidió «tranquilidad», enmarcando el pacto en la necesidad de reformar un sistema de financiación que lleva caducado casi doce años. La secretaria de Organización del PSOE, Rebeca Torró, reforzó este mensaje, asegurando que «la solidaridad entre los españoles no se va a romper».
Oposición Frontal de Junts y Críticas del PP
El acuerdo, sin embargo, nace con una fuerte oposición que complica su futuro. Junts per Catalunya, socio clave para la estabilidad del Gobierno en el Congreso, ha calificado el pacto de «muy decepcionante». El diputado Toni Castellà aseguró que «no es un nuevo modelo de financiación» y que «no se recupera ni un euro del déficit fiscal». Para Junts, la Generalitat simplemente hará «el trabajo al Estado» sin obtener beneficios reales a cambio.
Desde el Partido Popular, el vicesecretario económico, Juan Bravo, denunció que el acuerdo busca más «satisfacer a unos partidos independentistas» que «el bien común» y lo asemejó a un «concierto económico» que va «en contra de los demás».
El debate está servido. Mientras el Gobierno y ERC celebran un paso histórico hacia una mayor autonomía fiscal para Cataluña, la oposición de Junts y del resto de fuerzas políticas augura una tramitación parlamentaria compleja y un intenso debate territorial en los próximos meses. La pregunta clave sigue en el aire: ¿es este el primer paso hacia un nuevo modelo federal para toda España o la concesión de un privilegio que romperá la igualdad entre comunidades?


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