El 90% de las construcciones en la Franja de Gaza han sido destruidas tras 701 días de ofensiva israelí, con pérdidas económicas estimadas en 68 mil millones de dólares. Detrás de esas cifras hay historias como la de Sara, una madre gazatí que enfrenta la guerra con un dolor multiplicado: tres de sus hijos son sordos y, como Hussein, el mayor, están en riesgo permanente. Hussein murió cuando buscaba comida en una fila de ayuda humanitaria y no escuchó los disparos.
Israel y la “zona humanitaria”
El ejército israelí anunció la creación de una zona humanitaria en Jan Yunis, en Al Mawasi. Sin embargo, la ONU advirtió que fue una medida unilateral, sin coordinación con agencias internacionales ni garantías reales de seguridad para los civiles. Organismos humanitarios denuncian que miles de familias siguen atrapadas en un espacio reducido, sin refugio ni acceso a alimentos suficientes.
La crisis humanitaria en cifras
La ofensiva ha dejado 64 mil 368 muertos en Gaza y al menos 382 fallecidos por inanición, según el Ministerio de Salud palestino. El hambre golpea especialmente a los niños: más de siete mil menores de cinco años ingresaron en programas de recuperación por desnutrición aguda administrados por UNICEF en las últimas semanas.
En palabras de Tess Ingram, portavoz de UNICEF:
“La historia es la misma: un plato al día, casi siempre lentejas o arroz, compartido en familia, con los padres saltándose la comida para que los niños puedan comer”.
Gaza, un territorio en ruinas
La ofensiva ha destruido edificios residenciales completos en la ciudad de Gaza. Según Israel, muchos de ellos eran utilizados por Hamas para vigilancia y almacenamiento de equipo militar. Pero para las familias gazatíes, esas construcciones eran su único hogar.
Los testimonios de sobrevivientes coinciden: “No queda ningún lugar seguro”. En los campamentos improvisados, los padres intentan mantener la esperanza mientras enfrentan la escasez de agua potable, el colapso hospitalario y la falta de electricidad.
La dimensión económica y social
El costo de la guerra no se mide solo en vidas humanas. Con 68 mil millones de dólares en pérdidas, la reconstrucción de Gaza parece inalcanzable sin un plan internacional masivo de ayuda. La infraestructura civil, desde hospitales hasta escuelas, está en ruinas.
La situación actual pone sobre la mesa un dilema global: ¿puede reconstruirse Gaza mientras la ofensiva continúa? ¿Qué rol deben jugar la ONU y las potencias internacionales para frenar la catástrofe humanitaria?
Una herida abierta para la comunidad internacional
La ONU y organizaciones de derechos humanos han insistido en la urgencia de corredores humanitarios reales, acceso seguro para la ayuda y un alto al fuego inmediato. Pero, hasta ahora, los llamados han chocado contra la estrategia militar israelí.
La historia de Hussein, la lucha de Sara y las miles de familias atrapadas muestran que el drama de Gaza no se limita a cifras: es un recordatorio del costo humano de la guerra.
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